domingo, 26 de abril de 2015

Cementerio "La Primavera" de Maracay. Arte funeraria. La colección de obras iconográficas: Jesús, María y José (I)



                                                                  En el año centenario de su inauguración.


Señala Ruiz Montejo (1991) que hasta la primera mitad del siglo III d.C. no se conoce manifestación alguna de arte cristiano. Adelanta como posibles razones la posición iconoclasta de los Padres de la Iglesia por prescripción bíblica, así como la dificultad inicial de expresar mediante la materia contenidos de carácter trascendente. El cristiano primitivo provenía sin embargo de un pasado pagano, en el que la vinculación con los dioses se realizaba a través de la manifestación artística, lo cual supondría una actitud popular generalizada que deseaba ver en imágenes los personajes y los acontecimientos propios de la novel religión que se abrazaba. Dicha actitud popular y las propias  necesidades de catequesis llevan a la Iglesia a adoptar el simbolismo como vía de expresión plástica. Recurre entonces a imágenes paganas cuyas connotaciones morales fuesen congruentes con las cristianas, a fin de poder considerarlas propicias para adecuarlas a nuevos contenidos. Símbolos, mitos y representaciones diversas de deidades de las antiguas religiones sustituidas, así como pasajes y episodios bíblicos constituyeron entonces la materia prima para la iconografía cristiana.

A lo largo de su historia, el cristianismo experimentará disensiones y cismas que determinarán actitudes diversas frente a la imagen religiosa, así como la adopción de formas expresivas propias. El catolicismo ha sido sin duda un medio fructífero para la evolución y enriquecimiento iconográfico, mediante el usufructo, recreación y diversificación de signos, símbolos y alegorías. Las representaciones de la Virgen María en sus numerosas advocaciones y las de los personajes del amplio santoral católico constituyen muestra fehaciente de esta afirmación. 


Jesús, María y José

Aun cuando estos personajes se encuentran estrechamente relacionados, en La Primavera los tres aparecen sólo una vez en una misma representación escultórica. Abundan en cambio las imágenes de María con su pequeño hijo, en tanto que son menos frecuentes y variadas aquellas en las que José se encuentra acompañado por Jesús Niño. Por razones de extensión, de seguida se realiza solo una relación de las representaciones más comunes de Jesús. En próxima entrada se efectuará en tanto la correspondiente a María y José.



         Jesús. El crucifijo es una imagen habitual en los cementerios de raigambre católica, y en el cementerio maracayero se han registrado varias obras de calidad con este motivo, un conjunto de las cuales han sido comentadas en la entrada a este blog del 07 de noviembre de 2014 (Crucifijo). Son en cambio mucho menos frecuentes las representaciones de episodios de la Pasión de Jesús previos a su crucifixión, incluyendo aquellas que la prenuncian. 

Respecto del prenuncio de la Pasión, ela entrada del 19 de diciembre de 2010 (Ángeles) se ha hecho referencia a dos imágenes pertinentes: la primera se aprecia en la estela sobre la plataforma de Rosario de Ramos (ver en la sección correspondiente a María de la presente entrada) y se recrea en una pintura anónima (s. XIV o XV) de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, donde los arcángeles San Miguel y San Gabriel portan los instrumentos de la Pasión ante un Jesús Niño que parece presentir con sobresalto el destino que le ha sido asignado. La segunda ofrece una singular escena de Jesús en Getsemaní [1], sin duda la más humanizada de las representaciones de este personaje registradas y todavía presentes en La Primavera.





En lo que respecta a los episodios de la Pasión propiamente dichos, gracias a información aportada por obreros de este cementerio se tiene conocimiento de la probable existencia, en el sector norte y aledaño a la iglesia (¿tal vez en la tumba de la familia Díaz Borges?), de una escultura en mármol de Jesús atado a la columna, correspondiente al episodio de la Flagelación y la Coronación de espinas [2 y 3], hoy en día desaparecida. 

Añadida a la base de la estela que preside la tumba de Leoncio Reina (fallecido el 17-6-1942) subsiste en tanto una pequeña imagen de Jesús con la cruz a cuestas [4], moldeada en pasta. Su valor consiste fundamentalmente en su carácter de pieza única en el cementerio, a pesar de ser la representación más interpretada por el arte cristiano después de la iconografía de Cristo Crucificado (Hernández, 2007). 

Señala Wikipedia (s.f., b) que "en los primeros ejemplos de este tema artístico, el peso de la cruz no parece representarse como una gran carga, mientras que en la Baja Edad Media sí se insiste en ello, haciendo arrastrar su parte inferior por el suelo, al igual que se intensifica la representación del sufrimiento de Cristo. También se hace más habitual que aparezca la cabeza de Jesús con la corona de espinas, mientras que antes no" (s.n./p.).




El Santo Rostro es otra representación de Jesús, mediante la cual se venera el rostro de Cristo en sus misterios de dolor. Su origen se ambienta en el Viernes Santo cuando, cargando Jesús la cruz camino al Gólgota, la Verónica seca con su velo el rostro del condenado, quedando éste impreso en la tela. La Verónica, cuyo nombre significa “Verdadera imagen”, es un personaje que no aparece en los Evangelios canónicos. En el Evangelio apócrifo de Nicodemo (siglo II) se encuentra en cambio la cita más antigua de este episodio. La aceptación popular del milagroso acontecimiento en la Edad Media determinó su presencia en el Vía Crucis como la sexta estación (de La Vega, 2005; Wikipedia s.f.,b).


Este tema perteneciente a la Pasión es poco frecuente en el cementerio “La Primavera”. De hecho, sólo han sido localizados cuatro casos, uno de los cuales pasa prácticamente desapercibido en el paño colgante de la cruz que forma parte de la monumental “Piedad” en la plataforma de la familia Capriles Peñaloza (1952) y que remite al velo de la Verónica.




Otras dos imágenes del Santo Rostro pueden apreciarse en dos estelas en mármol, dedicadas, respectivamente, a Francisco R. Mazzone (fallecido el 11 de junio de 1971) y a María Margarita de Alvarado (fallecida el 22? de enero de 1980?). En ambas, el rostro  de Jesús martirizado se muestra en altorrelieve, a manera de medallón. En el primero, la Pasión se enfatiza mediante una corona de espinas profusa en el detalle; en el segundo, mediante la ubicación del medallón como centro manifiesto dentro de un campo de representación determinado por el símbolo de la cruz (Caballero, 1981). 







El cuarto ejemplar es de factura popular y recrea el tema del velo de la Verónica colgando de la cruz. Moldeado en cemento blanco e intervenido con pintura negra, el velo muestra la imagen del Santo Rostro en bajorrelieve y se encuentra aplicado a una cruz moldeada en granito artificial. Esta obra, posiblemente de taller, se encuentra en malas condiciones de conservación y es testimonio de la capacidad del genio creativo popular para servirse del repertorio iconográfico católico, incluso en temas poco frecuentes en el mercado devocional. 





En contraste con la imagen de Jesús crucificado, la del Sagrado Corazón es diversa en gestos y formas de representación, lo cual puede ser reflejo de la popular devoción en el culto católico por esta advocación cristiana, basada en el simbolismo del amor de Jesús despreciado y airado, manifestado en el corazón herido, al que el devoto debe corresponder con un amor de reparación (Bainvel, s.f.). Aun cuando la primera fiesta del Sagrado Corazón se celebró el 31 de agosto de 1670 en el Gran Seminario de Rennes (Francia), la devoción no fue oficializada por la Iglesia sino hasta el 11 de junio de 1899, cuando, por orden de León XIII, la humanidad fue solemnemente consagrada a esta advocación (op. cit.). Hoy día, la Congregación de Ritos sólo acepta dos imágenes de la misma: (a) el corazón en llamas sobre el pecho de Jesús, y (b) la emanación de rayos de luz desde una incisión en el lado izquierdo de su pecho (El Sagrado Corazón de Jesús, s.f.).

En La Primavera se observa con frecuencia la imagen del Sagrado Corazón en la primera de estas modalidades. Sin obviar el buen modelado de la mayor parte de las obras registradas, ninguna de ellas supera el peso de su convencionalismo, exceptuando, quizás, las de factura popular. No obstante, en conjunto constituyen una muestra de la variedad de la representación del tema. Entre las obras de carácter erudito es ejemplar la que se emplaza sobre la tumba de Miguel Ángel Rodríguez (s.f.), provista por la firma E. Gariboldi. Se trata de una versión que se popularizó en el siglo XIX, derivada de la figura del Cristo que realizó el escultor danés Bertel Thorvaldsen (1770-1844) para la iglesia de Nuestra Señora de Copenhague (op. cit.). La obra de Thorvaldsen muestra al Cristo vistiendo una larga túnica y con los brazos abiertos, en actitud afectiva. A objeto de utilizar esta imagen para representar el Cristo cardióforo (es decir, que “lleva” el corazón), se agregó a su pecho la figura del corazón en llamas. La pieza en mármol presente en “La Primavera” ha perdido el dedo índice de ambas manos, lo cual no impide admirar su exquisita factura, en especial el sobrio trabajo de su túnica.



Particular mención merecen las representaciones del Sagrado Corazón de factura popular, en las que se reconoce, tal como señala Borges (2005) al hablar sobre la construcción de monumentos artesanales en Brasil, “el artista-artesano, productor de una manifestación artística funeraria ‘dotada de otros tipos de reconocimiento estético’” (p.3). Sobre un sencillo cipo pedestal en hormigón, que preside la tumba de [?] Perdomo (s.f.), se alza la afectuosa imagen de Jesús resucitado, moldeada en el mismo material del cipo e intervenida con pintura blanca, la cual constituye un apretado resumen de su pasión y gloria: en su pecho refulge el corazón coronado de espinas, mientras a sus pies se hallan algunos de los numerosos objetos que simbolizan su sufrimiento: el cáliz y el velo; el martillo y la tenaza. La obra en cuestión, de discretas dimensiones (0.60 m. x 0.40 m) y de realización tosca y desproporcionada, no deja de despertar cierto interés y simpatía.



    
Añade Borges que en las manifestaciones de este tipo también pueden dar su aporte creativo los deudos para satisfacer su necesidad de elaborar mejor la pérdida del ser querido, y que, incluso en la recreación de los modelos de la cultura erudita, destaca la forma sorprendente en que el artista- artesano (o la conjunción creativa de éste con los deudos) rompe las convenciones y adopta un lenguaje particular, fácilmente asimilado por el grupo social para el cual se realiza la obra, la cual ciertamente no encaja con los valores de autenticidad, durabilidad y unicidad con los que se juzgan las creaciones artísticas de carácter erudito. Frente al acusado estereotipo de las imágenes marmóreas del Sagrado Corazón registradas en La Primavera, se contrapone entonces la espontaneidad, la fuerza expresiva y el particular encanto de un corazón coronado con la cruz, llevado a los extremos de la simplicidad.

        

Otros casos interesantes son las representaciones del Sagrado Corazón en la figura infantil de Jesús así como de Jesús Niño abrazando la cruz (Henares Paque, 2008), los cuales serán tratados en entrada próxima, en los párrafos dedicados a la Sagrada Familia (dentro de la sección correspondiente a María) y a San José, respectivamente.

    
      
NOTAS

[1] La escena recreada en el monumento de la familia Solórzano Pérez, el cual lleva la firma de F. Roversi M., parece estar relacionada con la oración de Jesús en el Huerto de los Olivos, según se encuentra expresado en Lc 22, 41-43: "Se apartó de ellos como un tiro de piedra, y, puesto de rodillas, oraba, diciendo: 'Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz; pero no se haga mi voluntad sino la tuya'. Se le apareció un ángel del cielo que le confortaba".

[2] "Tomó entonces Pilato a Jesús y mandó azotarle. Y los soldados, tejiendo una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza, le vistieron un manto de púrpura y, acercándose a Él, le decían: '¡Salve, rey de los judíos!', y le daban de bofetadas" (Jn 19, 1-3).

[3] Cerdeña y Hernández. (s.f.). señalan lo siguiente: "La iconografía de la Flagelación tiene su origen en el castigo a que fue sometido Jesús antes de la Crucifixión, que aparece referido por los evangelistas. Este episodio de la Pasión ha sido representado tradicionalmente por la figura de Cristo, flagelado y atado a una columna, aunque este elemento no aparece en los textos de los evangelios" (p. 1).

[4] "Tomaron, pues, a Jesús, que, llevando su cruz, salió al sitio llamado Calvario, que en hebreo se dice Gólgota, donde le crucificaron, y con Él a otros dos, uno a cada lado y Jesús en medio" (Jn 19, 17-19).

[5] Todas las fotos de esta entrada fueron tomadas por Pedro Hernández S. entre 2009 y 2015.



FUENTES

Bainvel, J. (s.f.). Devoción al Sagrado Corazón de Jesús. En Enciclopedia Católica [Página Web en línea]. Disponible: http://ec.aciprensa.com/d/devocioncorjesu.htm 

Borges, M. E. (2005). Expresiones de cuño popular en cementerios brasileños [Artículo en línea]. Disponible: http://artefunerariabrasil.com.br/admin/upload/artigos/expressiones%20de%20cuno%20popular.pdf 

Caballero, J. (1981). Morfología simbólica, alegórica y sígnica. Barcelona (España): A.T. E.

Cerdeña, R. y Hernández, I. (s.f.). Noticias históricas sobre la imagen de Cristo atado a la columna de la iglesia de Santa maría de Betancuria: Fuerteventura. Disponible: http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2230008

Cristo llevando la cruz. (s.f.). Wikipedia. Disponible: http://es.wikipedia.org/wiki/Cristo_llevando_la_cruz

De la Vega, Osa. (2005). Santo Rostro de Jesús. Disponible: Web%20de%20Osa%20de%20la%20Vega_%20Santo%20Rostro%20de%20Jes%C3%BAs_archivos/pagi_perso_w.htm

Henares Paque, V. (2008, Abril 4). La iconografía de la imagen exenta del niño Jesús en el arte colonial  hispanoamericano: Apuntes para su clasificación. AFHC [Boletín en línea], 35. Disponible:             http://afehc-historia-centroamericana.org/index.php?action=fi_aff&id=1875 

Hernández, R.M. (2007). Breve síntesis de la evolución de la iconografía de Jesús con la cruz al hombro (I). Disponible: http://www.lahornacina.com/dossiernazarenos1.htm

Ruiz Montejo, I. (1991). El nacimiento de la iconografía cristiana. Cuadernos de Arte e Iconografía [Revista en línea], 4(7). Disponible: http://www.fuesp.com/revistas/pag/cai0701.html 

El Sagrado Corazón de Jesús. (s.f.). En Historiarte.net [Página Web en línea]. Disponible: http://www.historiarte.net/iconografia/corazon.html

Wikipedia. (s.f., a). Cristo llevando la cruz. Disponible: http://es.wikipedia.org/wiki/Cristo_llevando_la_cruz

Wikipedia (s.f., b). Santa Faz. Disponible: http://es.wikipedia.org/wiki/Santa_Faz


ACTUALIZACIÓN INFORMATIVA

Cementerio de Los Extranjeros: Un vistazo a la historia en siglos XIX y XX. (2015, Julio 30). El Universal [Versión digital]; Caracas (Venezuela).. Disponible: http://www.eluniversal.com/noticias/caracas/cementerio-los-extranjeros-vistazo-historia-siglos-xix_30259

domingo, 19 de abril de 2015

Una luz para nuestro patrimonio urbano: Las "casas inglesas" declaradas patrimonio municipal


El 21 de marzo de 2015 el diario El Aragüeño publicó, con despliegue de hermosas fotografías, una nota de prensa sobre el avance de la rehabilitación del bulevar Pérez Almarza, en el centro de la ciudad, trabajo que fue iniciado hace año y medio, y que forma parte del plan de recuperación de espacios públicos que adelantan conjuntamente los gobiernos nacional, regional y municipal. Dicha recuperación ha significado una inversión de 120 millones de bolívares e implicado la reubicación de 1.200 trabajadores de la economía informal (Avanza rehabilitación, 2015).

Aspecto actual del bulevar Pérez Almarza en el tramo comprendido entre las calles Páez y Miranda. Foto tomada de El Aragüeño (2015, Marzo 21)


Este proyecto, en la actualidad con un adelanto de 98% (Angulo, 2015), se desarrolla a lo largo de cuatro tramos entre las calles Boyacá y Páez, y ha contemplado el despeje y recuperación de las fachadas de los edificios aledaños (muchos de los cuales datan de las décadas de 1960 y 1980), la recuperación [en realidad solo frisado y pintura] del Mercado Principal (Monumento Histórico Nacional según G.O.V. Nº 35.441, del 15 abril 1994), la remodelación del Edificio de la Economía Social (que cierra el bulevar en la calle Páez y que se encuentra en 90% de avance) y la recuperación [en realidad solo revestimiento de fachadas y refacción básica de cubiertas] de los inmuebles que subsisten del antiguo conjunto de viviendas denominadas Casas Inglesas.


Vistas del Mercado Principal, edificación construida en 1920 para funcionar como caballeriza y que luego fue reacondicionada para ser utilizada como mercado desde 1929, después de pasar por otros usos circunstanciales (CONAC, 1992; IPC, 2006). Su reciente recuperación, sin duda circunstancial y como actividad suplementaria al proyecto de rehabilitación del bulevar, no incluyó su espacio interior, así como tampoco su techado, ni la cornisa y frontón de su fachada principal. Fotos extraídas de El Aragüeño (2015, Marzo 21), superior a color, y de MACMA (1996), inferior en B/N.


Fachada principal del Edificio de la Economía Social, culminado en 2004 con el nombre de Centro Comercial de la Economía Social, y hoy en proceso de rehabilitación integral mediante una inversión de más de 44 mil bolívares. Esta rehabilitación incluye la ampliación de su capacidad con 54 nuevos locales, la impermeabilización del techo, el revestimiento de paredes y el acabado de pisos, el mejoramiento de los sistemas eléctrico y de aguas blancas y servidas, la colocación de dos ascensores y la adecuación de espacios para una feria de comida (Edificio de la economía, 2015). Foto P.H.S., 2006.


Mención especial merecen las casas inglesas antes mencionadas -conjunto arquitectónico concebido inicialmente para viviendas destinadas a alojar a los trabajadores de la Fábrica de Aceites de Maracay (Cordero Velásquez, 1997) y en la actualidad utilizado para uso comercial (locales y almacenes)- en razón de que, gracias a información reciente de la Directora de Planificación Urbana Municipal, Lorena Puche, los maracayeros nos hemos enterado sobre su declaración como patrimonio de Girardot.(Avanza rehabilitación, op.cit.). Al respecto debo advertir que, luego de deambular toda una mañana por varias dependencias de la municipalidad (atendido siempre con amabilidad, es de reconocer), no me ha sido posible dar con el documento que certifique oficialmente tal declaratoria.


Vista parcial del conjunto de viviendas denominado "Casas inglesas" y desarrollado sobre las calles Pérez Almarza  y Santos Michelena [1]. La foto (1934 ca.) es de Luis Felipe Toro, "Torito", y muestra el grupo de viviendas ubicado frente a la calle Pérez Almalza (Col. Biblioteca Nacional de Venezuela).


En todo caso, y aun cuando por lo pronto tengamos que movernos en el terreno de las suposiciones (y confiando en la buena fe de la informante), la noticia de la declaratoria reconforta, pues nos habíamos resignado a contemplar con impotencia la paulatina pérdida de la integridad del conjunto a causa de intervenciones inadecuadas e individuales sobre los inmuebles que lo conforman. A ello contribuyó en buena medida la ausencia de instrumentos legales que establecieran normas respecto del alcance y la calidad de tales intervenciones. No obstante el hecho de que el conjunto al fin se incluyese en 2006 en el I Censo del Patrimonio Cultural Venezolano (IPC, 2006), continuaron por un tiempo más las agresiones contra el mismo, a pesar de haber adquirido, a partir de entonces, carácter de bien de interés cultural [2].

Dispositivo de información y difusión sobre la rehabilitación del bulevar Pérez Almarza, donde se da a conocer a la ciudadanía las características y valores de los edificios de carácter patrimonial existentes en su recorrido: las Casas inglesas y el Mercado Principal de Maracay. Foto: P.H.S., 2015.


Sobre estas casas, el Preinventario de bienes inmuebles del estado Aragua (IPC-Fundacite Aragua, 2001) refiere lo siguiente: "Junto con el Barrio y el Pasaje Catalán, [el conjunto de las casas de la calle Pérez Almarza] constituye uno de los desarrollos habitacionales representativos de lo que significó la transformación urbana de Maracay como consecuencia de la política de instalación de industrias de Juan Vicente Gómez". El mismo estudio las cataloga como un "interesante ejemplo de la política habitacional implementada por el Estado durante la primera mitad del siglo XX", y advertía en su momento que era "de vital importancia definir estrategias legales para la preservación de estas edificaciones, puesto que en los últimos años algunas de estas unidades de vivienda han sido objeto de intervenciones, modificando irreversiblemente su imagen y características originales". Este preinventario revela así la significación de estas casas respecto de la historia urbana de Maracay y reafirma la importancia de su salvaguarda como muestra viva de la evolución arquitectónica de la ciudad.

El arquitecto restaurador Orlando Araque Pérez nos ofrece todavía, con un emotivo texto suyo (MACMA 1996, op. cit.), un elemento adicional de cualificación: el de la valoración afectiva, la cual ha sido por cierto considerada en el I Censo como una de las variables aplicadas para conferir carácter de patrimonio cultural a una manifestación determinada (IPC, 2004). El texto es extenso, pero a mi modo de ver, también bastante ilustrativo acerca de la identidad y sentido de pertenencia que nos vincula de manera profunda con la ciudad donde nacemos, crecemos y convivimos; reprocha además las intervenciones caprichosas e inconsultas que muchas veces ejercen las autoridades en detrimento del sentido esencial de los espacios urbanos:

"Mis abuelos maternos, cojedeño él y yaracuyana ella, vivían para el año 1958, en la casa Nº 63 de 'la placita' Pérez Almarza, antigua plaza '19 de diciembre', ubicada entre las calles Boyacá, Santos Michelena y Pérez Almarza. En ese año nací y en ese sitio transcurrieron muchos episodios de mi infancia. Para ese entonces y durante algunos años más, 'la placita' fue un espacio urbano que contenía jardines centrales en donde jugábamos metras y tumbábamos  las piñatas en los cumpleaños, rodeados de aceras con piso de granito pulido, en el que patinábamos los diciembres.

Hacia el oeste de la plaza se disponían las casas de habitación, todas adosadas, y hacia el este, a una cota inferior se ubicaba  la calle Pérez Almarza y el estacionamiento en 'espina de pescado' en donde cada puesto tenía su respectivo parquímetro. Las viviendas correspondían a dos tipologías principales. Hacia el sur, las 'casas inglesas', que eran viviendas de dos pisos con fachadas de medio hexágono, construidas por el Banco Obrero alrededor de 1930 [1]. Hacia el norte se encontraban viviendas de un solo piso con fachadas que conservaban las características comunes de las casas de la primera mitad del siglo XX, con ventanas rectangulares y rejas, sobre poyos, y cornisas superiores de remate que ocultaban la techumbre de tejas, permitiendo la salida de las aguas de lluvia a través de gárgolas.

Durante el día, la vida de la placita tenía un carácter comercial pues, diagonal a ella, queda el Mercado Principal, que data de los años 20, a donde muchas veces fui con mi abuelo a hacer las compras diarias.... Cerca quedaba, y aún subsiste, el resto del área comercial de la ciudad, por lo que mucha gente se mezclaba en sus calles.

De noche al cerrar el comercio, la vida de la placita se tornaba en un intercambio familiar, en donde los mayores se sentaban en la puerta de la casa a conversar y a ver jugar a los niños en la plaza. Prácticamente todas las puertas estaban abiertas y los vecinos vivían en permanente comunicación. Ya de madrugada, no faltaba una que otra serenata en alguna de las ventanas, sobre todo en casa de la Pérez, mis tías, en donde todavía quedaban solteras las menores de seis hermanas.

Pero este grato ambiente duraría aproximadamente unos veinte años más. A comienzos de la década de los ochentas, el Concejo Municipal de turno decidió la construcción del Bulevar Pérez Almarza, lo que incorporó un diseño urbano ajeno totalmente a la tradición del lugar. La placita desapareció como tal, para fundirse en un solo espacio con la calle Pérez Almarza. También desaparecieron el estacionamiento en espina de pescado y los parquímetros. Ya no había donde estacionar los vehículos de las familias residentes de la plaza. Todo se transformó en bancos y jardineras sembradas de plantas poco atractivas. 

Por otro lado, el Plan Regulador de la Ciudad del año 1972 otorgó potencialidades comerciales a las parcelas que hasta ahora habían sido empleadas para uso residencial, sin considerar las características que, como patrimonio arquitectónico y urbano, poseía el sector. El resultado fue que, poco a poco, las casas inglesas y las demás casas vecinas de la plaza han desaparecido para dar paso a locales comerciales de hasta tres pisos, de escaso valor arquitectónico. La coherencia y el alineamiento de fachadas en la placita se perdió, al igual que la vivificante presencia de los niños y adultos (...) Entonces, Maracay perdió su 'Placita Pérez Almarza'" (MACMA, op. cit., pp. 79-80).


La magnitud de las intervenciones sobre las casas inglesas, hay que decirlo, ha sido devastadora: su armónica visión de conjunto ha desaparecido y las modificaciones de que han sido objeto buena parte de ellas no son en modo alguno compensadas ante la rotunda pobreza arquitectónica de las fachadas resultantes.

Aspecto del conjunto "casas inglesas" en 1975, todavía íntegro. Foto de Cecilio Torres, extraída de Botello 2007, p.247.

Vista parcial de las "casas inglesas" sobre el bulevar Pérez Almarza en 2002. Una de las fachadas ya había sido transformada de manera drástica en sus dos niveles (edificación en amarillo claro). Foto: P.H.S., 2002.

Vista del conjunto hacia 2008 (?), donde se observa la posible modificación total de otras dos casas (una estructura metálica oculta los pisos superiores), así como la modificación de la planta baja del par de casas que se encuentran en primer plano. Foto extraída de la página FB Maracay Forever.

Vista general de las "casas inglesas" sobre el bulevar Pérez Almarza en 2015. Puede observarse con claridad la modificación radical de dos casas más (edificación en blanco). La edificación del centro (en gris) muestra las plantas altas definitivamente intervenidas en la segunda y tercera casas y que en la imagen anterior se encontraban ocultas por una estructura metálica. Ambas edificaciones, sin valor arquitectónico alguno, rompen para colmo la linealidad de la perspectiva original con el recurso de proyectar hacia la acera las plantas altas intervenidas. Se conservan sin mayor intervención solo cuatro de las posibles diez fachadas originales (se considera que la casa de la esquina forma parte de las fachadas que hacen frente a la calle Santos Michelena).  Foto: P.H.S., 2015.

Volante publicitario con vista parcial de las "casas inglesas" (s.f.), donde puede apreciarse (con cierta dificultad) el desarrollo de las fachadas sobre la calle Santos Michelena (tal vez tres fachadas). Foto extraída de la página FB Maracay: Sólo su pasado histórico, y subida por E. Angarita en 2014. 

Vista general de las "casas inglesas" sobre la calle Santos Michelena (década de 1970 o 1980?). Las casas conservaban su techo y fachada con pocas modificaciones, entre ellas el frisado de las paredes originales de ladrillos a la vista y la eliminación de algunos vanos de ventana. Foto extraída de la página FB Maracay: Sólo su pasado histórico, y subida por H. Sumoza.

Vista de las "casas inglesas" sobre la calle Santos Michelena en 2015. Los techos y las fachadas de la planta baja han sufrido fuerte modificación. Foto: P.H.S., 2015


La recuperación de las casas que subsisten es tan incompleta e insatisfactoria como la correspondiente al Mercado Principal. Se agradece no obstante, y mucho, la declaratoria patrimonial -aun cuando tardía- de las mismas, pues con ello se sientan las bases para la necesaria (e impostergable) elaboración y ejecución de un plan de salvaguarda, que comprenda orgánicamente otros conjuntos urbanos y arquitectónicos igualmente significativos, que acusan hoy un fuerte descuido y que han comenzado desde hace rato su progresivo proceso de desaparición, bien por desvirtuado a causa de intervenciones inadecuadas, como es el caso del Barrio El Toro, o bien por derribo -sin que ni siquiera sean sustituidos por edificaciones notables-, tal como ha ocurrido ya con el conjunto de viviendas del Barrio Catalán destinado a alojar a trabajadores de Telares de Maracay.

Vista de una calle del Barrio El Toro, primera urbanización obrera construida en Maracay por el Banco Obrero, en 1932. La edificación en primer plano y a la izquierda es indicio del comienzo de un proceso de intervenciones drásticas en el sector. Foto extraída de IPC (2006). 

Pasaje Catalán en 1928, cuyas casas sirvieron de alojamiento para personal obrero de Telares de Maracay. Hoy el conjunto se encuentra en estado crítico. Foto de Luis Felipe Toro "Torito", extraída de la página FB Maracay: Sólo su pasado histórico y subida por W. Prada.

Quintas del Barrio Catalán, donde fueron alojados los ingenieros de Telares de Maracay. Aun cuando el conjunto se conserva casi íntegro (ocho de tal vez nueve quintas originales), muestran un alto grado de deterioro. La segunda quinta, de derecha a izquierda, corresponde a El Vergel, vivienda de infancia del dramaturgo Isaac Chocrón; a la primera se le ha añadido un tercer piso de manera inadecuada. Imagen extraída de la página FB Maracay: Sólo su pasado histórico, y subida por M. Figuera.

Viviendas del Barrio Catalán destinadas a trabajadores (¿personal técnico?) de Telares de Maracay, y derribadas a inicios de la década de 1970. Foto (s.f.) extraída de la página FB Maracay Forever, y subida por Arias en 2008.


Quiera la Providencia que sea este el inicio de una actitud más comprensiva por parte de las administraciones de turno hacia el aporte urbano de Maracay en el contexto nacional, y de una consecuente actuación respetuosa de aquéllas sobre los sitios y edificaciones de la ciudad. Tal vez los maracayeros podamos disfrutar de este modo el panorama que Silvia Lasala (1997) hubiese querido apreciar en Caracas si se hubiesen conservado las edificaciones coloniales conviviendo con los nuevos símbolos de la ciudad republicana: ..."Hubiera sido una ciudad tal vez menos coherente aún que la de hoy en día, pero más compleja, más rica en contenidos y más llena de las contradicciones y vicisitudes de su propia historia" (p.177).



NOTAS

[1] No se posee en la actualidad información sobre el número exacto de viviendas que formaban la totalidad del conjunto. Es posible que sobre la calle Pérez Almarza se desarrollaran diez viviendas, y tal vez tres sobre la calle Santos Michelena (incluyendo la del cruce de ambas calles).

[2] Este conjunto fue considerado en el Preinventario de bienes inmuebles del estado Aragua, elaborado en 2001 por el Instituto del Patrimonio Cultural (IPC) y FUNDACITE Aragua. Dicho trabajo tuvo escasa difusión, y aunque en principio no poseía carácter legal, pudo al menos haber servido de apoyo y guía para las instancias municipales responsables de la permisología. El catálogo resultante del I Censo del Patrimonio Cultural Venezolano (IPC, 2006) sí posee ese carácter en virtud de la Providencia Administrativa Nº 012/05 que contiene (pp. 267-271), y aunque fue ampliamente distribuido (disponible incluso en la Internet), no evitó que continuaran las intervenciones drásticas e irreversibles sobre algunos de estos inmuebles.



FUENTES

Angulo, E. (2015, Marzo 27). Bs. 700 millones fueron invertidos en Girardot durante 2014. El Aragüeño [Versión digital]. Disponible: http://www.prensaescrita.com/adiario.php?codigo=AME&pagina=http://www.elaraguano.com.ve

Avanza rehabilitación del Bulevar Pérez Almarza. (2015, Marzo 21). El Aragüeño [Versión digital]. Disponible: http://www.prensaescrita.com/adiario.php?codigo=AME&pagina=http://www.elaragueno.com.ve

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