viernes, 21 de agosto de 2009

El Art Deco en Maracay (Parte II)

Pedro G. Hernández S.


Al menos desde 1915, en Maracay ya comenzaban a verse manifestaciones de las nuevas tendencias de principios del siglo XX con la fábrica de papel, conocida también como La Papelera (zona industrial La Hamaca),[1] cuya fachada, de diseño predominantemente lineal, presenta además como detalles ornamentales líneas en zigzag y medias circunferencias (motivos vinculados al estilo deco), estas últimas en trío y a manera de falsas hornacinas. Cabe preguntarse si no podría ser éste un preanuncio del art deco propiamente dicho, cuyo desarrollo “oficial” ha sido ubicado por los conocedores entre las décadas de 1920 y 1940, aunque ya se hubiese manifestado en forma plena en Europa hacia 1905, y su influencia, en lo que respecta a Venezuela, haya perdurado prácticamente hasta la década de 1960.


Un exponente del art deco como expresión “doméstica” moderna se observa en el vasto conjunto de los Telares de Maracay (calle Mariño sur), edificado por constructores catalanes en 1926 y considerado entonces por el arquitecto Rafael Seijas Cook “una de las siete maravillas de la arquitectura venezolana”.[2] Este singular conjunto ha sufrido lamentables demoliciones a lo largo de los años, y actualmente se encuentra sometido a una fuerte intervención para habilitarlo como centro comercial (ver foto a color).[3] No obstante ello, se aprecian en su diseño original elementos que permiten ubicarlo dentro del estilo deco, entre los que destaca la linealidad en su diseño, sólo alterada por la irrupción de una especie de “miradores” semioctogonales y por la presencia de arcos de aire morisco con grandes ventanales metálicos en panel acristalado, a tono con la importancia que se daba al ambiente natural circundante. Son notables también los detalles geométricos que decoran profusamente sus fachadas y los compactos remates de las columnas que parecen esquematizar antiguos florones.












La Plaza Tacarigua (Base Sucre, Boca de Río) es por su parte un ejemplo de art deco de fusión con elementos prehispánicos. Esta obra de Alejandro Colina, construida en 1933 a orillas del Lago de Tacarigua, se inspira en las manifestaciones culturales de los pueblos aborígenes de la cuenca del referido lago y de Latinoamérica, las cuales se encuentran aquí representadas en las esculturas, fuentes, asientos y macetas, así como en las luminarias, cuyos pilares -que recrean pintaderas- se asientan en míticas figuras zoomorfas y se encuentran coronados con pantallas hexagonales en hierro forjado y teselas de vidrio de colores diversos.[4] La ubicación en alto de este sitio permite un magnífico panorama del lago, que le sirve de fondo. La Plaza Tacarigua fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1987 (G.O. n° 33.634 del 09 de enero de 1987). Lamentablemente su acceso público se encuentra restringido por encontrarse en zona militar.
















El art deco fue adoptado por la industria cinematográfica y fue sobretodo símbolo del glamour hollywoodense. De allí que en cualquier ciudad del mundo no fuese extraño observar características de dicho estilo en las salas de cine construidas entre las décadas de 1930 y 1940. En Maracay quedan en pie cuatro de ellas, cuya distinción y categoría pueden deducirse del tratamiento formal y decorativo de cada una. Los antiguos cines Aragua (calle Independencia, Barrio Santa Ana) y Royal (calle Santos Michelena con calle Pichincha), ambos de modesta construcción, presentan un sencillo – y casi ingenuo- ornamento en sus fachadas, en lo que podría considerarse un art deco popular. Dicho ornamento está compuesto de líneas seriadas en un solo plano, motivo típico de este estilo, como lo es también la cornisa escalonada (período zigzag) que aún conserva el segundo inmueble. Más complejo y de mejor factura es el remate de la fachada principal del antiguo cine Maracay (calle Miranda oeste) -ubicada en la esquina noreste del inmueble-, remate que se repite en su fachada norte. El antiguo cine Tropical (calle Miranda este) es en particular interesante por sus formas curvas y su asimetría, aspectos que le otorgan elegancia y lo relacionan con el período stream line.




















FUENTES

[1] MUSEO DE ARTE CONTEMPORÁNEO DE MARACAY MARIO ABREU-MACMA (1996). Maracay. Espacio y Memoria. Maracay: CONAC y Gobierno de Aragua. [Fotos: Fábrica de Papel de Maracay/Luís Felipe Toro; Telares de Maracay en ByN/ Luís Felipe Toro].

[2] SEIJAS COOK, Rafael. “Una de las siete maravillas de la arquitectura venezolana”. En Élite, N° 41, jun. 1926. Artículo reproducido en: HERNÁNDEZ DE LASALA, Silvia (1990). Malaussena. Arquitectura académica en la Venezuela moderna. Caracas: Fundación Pampero. p. 346.

[3] FEDO. “Centro Comercial Estación Central”. [En línea], puesto en línea el 11 de agosto de 2008. URL: http://74.125.47.132/search?q=cache:R93N06Py-EcJ:www.skyscrapercity.com/showthread.php%3Ft%3D683550+centro+comercial+Estaci%C3%B3n+Central+y+Maracay&cd=2&hl=es&ct=clnk&gl=ve. [Foto: Telares de Maracay a color].

[4] INSTITUTO DEL PATRIMONIO CULTURAL-IPC (2007). Municipios Girardot y Francisco Linares Alcántara, estado Aragua. Caracas: Instituto del Patrimonio Cultural. Catálogo de Patrimonio Cultural Venezolano. Región Centro Oriente: AR 03-17. [Fotos: fuente de Plaza Tacarigua y cines Aragua, Royal, Maracay y Tropical].

martes, 11 de agosto de 2009

Art Deco en Maracay


El Art Deco en Maracay (Parte I)

Pedro G. Hernández S.

Agosto, 2009


Llegó a mis manos un amplio artículo sobre el Art Deco -así sin acento, a la manera estadounidense- en South Beach (Miami, USA), desplegado en las páginas centrales de El Nacional en su edición del domingo 07 de junio de 2009.[1] Me lo obsequió una amiga de toda la vida, quien al leerlo recordó algunas de nuestras conversas sobre la Maracay de principios del siglo XX.

El artículo, firmado por Débora Ilovaca Leiro, se intitula “South Beach en dos palabras” y está profusamente ilustrado con fotos de edificios y detalles ornamentales en esta corriente estilística. Ofrece además datos históricos y técnicos que resultan más que suficientes para la intención fundamentalmente promocional que persigue la sección Viajes donde se inserta el artículo en cuestión.

Para quien, como yo, no conoce Miami, resulta interesante enterarse de que una organización no gubernamental, la Miami Design Preservation League (MDPL) delimitó el hoy llamado Distrito Histórico Art Deco de Miami Beach y logró que el mismo fuese incluido en el Registro Nacional de Lugares Históricos de Estados Unidos, lo cual representa un logro importante -aun cuando no necesariamente determinante- para su salvaguarda.

Es asimismo interesante saber que el mencionado distrito histórico posee la mayor concentración de edificios art deco en el mundo y está compuesto por unos 700 edificios construidos entre finales de la década de 1930 y 1941, muchos de los cuales, los más llamativos, serían hoteles.

El artículo también señala que el art deco de South Beach se divide en dos períodos. El de los primeros años (período Zigzag) está representado por edificios esencialmente cuadrados, simétricos y angulares, con su parte central rematada en zigzag y con el uso de elementos decorativos en tríos de líneas o de círculos, o bien con “esculturas chatas y abstractas” con aires aztecas y egipcios. Los edificios correspondientes al segundo período –desarrollado principalmente en Estados Unidos ente 1930 y 1939, y conocido como Stream Line- son asimétricos y presentan un perfil redondeado y suave, con su parte central más alta y prominente.






Hotel Congress (período Zigzag) y Hotel Essex House (período Stream Line)




Las fotos que acompañan el artículo, aunque numerosas, no documentan en cambio -si los hubiera- ejemplos arquitectónicos de envergadura, circunstancia un tanto extraña ante un conjunto tan amplio de inmuebles, lo cual podría tener su explicación en el hecho de que Miami era entonces una ciudad pequeña y dependiente de una actividad turística en potencia pero todavía incipiente.

Entre 1915 y 1935 Maracay fue una ciudad privilegiada desde el punto de vista urbanístico. En el transcurso de esas dos décadas, el pequeño y bucólico poblado nacido espontáneamente a medio camino entre Caracas y Valencia se constituyó en capital del estado Aragua y en sede virtual del poder político nacional. Gracias a esta última condición fue objeto de numerosos e importantes proyectos arquitectónicos y urbanísticos que hicieron de ella uno de los más importantes centros de la premodernidad en Venezuela.

Aun cuando -como en todas las ciudades del país- Maracay ha sido víctima del “progreso”, todavía conserva una cantidad apreciable de edificaciones y conjuntos urbanos que dan testimonio de una época dorada en la que se conjugaron la voluntad política, los altos ingresos petroleros y el trabajo conjunto de talentosos arquitectos e ingenieros experimentados, buena parte de ellos formados en Europa.

Contrario a lo que solemos pensar, y tal como atestiguan numerosos inmuebles todavía en pié en distintos puntos de la ciudad, las tendencias artísticas y constructivas que se liberaban progresivamente de las convenciones y técnicas del siglo XIX eran conocidas y aplicadas en mayor o menor grado en Venezuela, con poca diferencia de tiempo respecto de los centros culturales del momento.

Como en Miami, y salvo muy contadas excepciones, no se encontrarán en Maracay obras que, sin dejar de ser importantes, sean de tal envergadura que constituyan hitos arquitectónicos; a diferencia de Miami, tampoco son frecuentes los ejemplos claros de art deco, y en buena parte de las veces se perciben apenas elementos aislados vinculados al estilo. Es de destacar, en cambio, la variedad tipológica de las edificaciones donde puede apreciarse, o por lo menos deducirse, el estilo deco mediante la observación de ciertas características y rasgos propios de su repertorio.

El llamado art deco engloba en realidad un conjunto de manifestaciones estéticas que desde los primeros años de 1900 comenzaron a apartarse de las líneas sinuosas y serpentinas de los “modernismos” finiseculares (entre ellos, el Art Nouveau), y cuyas variantes regionales fueron dadas a conocer oficialmente al mundo a partir de 1925 en la Exposition Internationale de Arts Décoratifs et Industriels Modernes, celebrada en París. Desde aquellos tempranos años empezaban a imperar las líneas rectas y las formas geométricas, compactas y simples influidas por el cubismo, el constructivismo ruso y el futurismo italiano, así como la simetría, las figuras de perfil y los ornamentos aerodinámicos o con motivos étnicos derivados del entusiasmo por la máquina o por los grandes descubrimientos arqueológicos ocurridos entonces en África y América. Técnicas y materiales constructivos novedosos como el concreto armado, el acero, el aluminio, el cromo y las maderas preciosas, y sustancias como las resinas sintéticas y el mismo plástico, permitían una mayor libertad espacial y ligereza en las formas, así como enormes posibilidades decorativas.





De izq. a der., edificio del Bauhaus (Alemania, 1926), iglesia Nuestra Señora del Raincy (Francia, 1922-1923), Instituto de Arte y Arqueología (Francia, 1927).



Conviene tener presente que el art deco no abandona su herencia del art nouveau ni denigra de ella; a lo sumo la reelabora a la luz de las nuevas tendencias a principios del siglo XX. Constituye más bien una respuesta ante las tesis funcionalistas más extremas, que subordinaban en exceso la forma a la función y que propugnaban un estilo internacional a fin de reducir al máximo cualquier expresión de carácter regional. Ante la desnudez de las formas se promueve entonces una riqueza de revestimientos: mármoles, estucos, mosaicos, cerámica y hierro forjado, [2] pero también el ladrillo a la vista, hasta entonces de uso común en las edificaciones complementarias o de servicio. Frente a un estilo internacional que persigue un lenguaje común y una uniformidad expresiva, se recurre a un estilo “doméstico” moderno, inspirado en fuentes tradicionales, el cual no permitió romper del todo y de forma definitiva con el eclecticismo historicista del pasado. De allí la dificultad de discernir a veces entre las diversas propuestas, sobre todo en los casos en que ocurre una combinación de las mismas.

A propósito de esto, resulta igualmente pertinente mostrar aquí algunas imágenes fotográficas que ilustran parte de la enorme variedad de obras arquitectónicas inscritas dentro del art deco en Estados Unidos,[3] y que pueden servir de apoyo en el reconocimiento de elementos del estilo en grandes y pequeñas edificaciones maracayeras, a los fines de la interpretación personal y aficionada que se ofrece en el presente trabajo.
























Kalamazoo County (USA). Diversas expresiones de art deco: de izq. a der., County Building; Spring Tools Plant; Dewey House; Paris Cleaners; Pump Station; Alexander Medical Office; Upjohn Company.



FUENTES

[1] ILOVACA LEIRO, Débora. “South Beach en dos palabras”. En: El Nacional. Sección Viajes, pp. 6 y 7. Caracas, domingo 7 de junio de 2009. [Fotos: Hotel Congress y Hotel Essex House].

[2] HUYGHE, Rene y RUDEL, Jean (1976). El arte y el mundo moderno. Volumen 2: de 1920 a nuestros días. Barcelona (España): Editorial Planeta, S.A. [Fotos B y N sobre propuestas funcionalista y “doméstica” moderna: Edificio del Bauhaus, Alemania (1926) /Marburg; Iglesia N.S. del Raincy, Francia (1922-1923)/ Chevojon; Instituto de Arte y Arqueología, Francia (1927)/L’Illustration].

[3] Dressler, Heidy. “Art Deco in Architecture. Introductory Essay”. [En línea]. URL: http://kalamazoomi.com/deco/decointr.htm. [Fotos: County Building, Spring Tools Plant, Dewey House, Paris Cleaners, Pump Station, Alexander Medical Office, Upjohn Company]