En la entrada a este blog fechada 9 de septiembre de 2011 comenté sobre la agresión perpetrada días antes contra la estatua del cacique Maracay, obra emblemática del sur de la ciudad, que por más de 50 años había permanecido al final de la avenida Mérida y a orillas de la Laguna de Tacarigua (hoy conocida como Lago de Valencia), sin que hubiese sufrido daños de consideración, salvo el hurto de su arco, sus flechas y su posible placa de identificación original, y la modificación drástica de su pedestal fuente con la eliminación de la pila. Solo parecía preocupante entonces el aumento continuo de la cota del lago, cuyas aguas comenzaban a rodear ya el artístico "otero" desde donde el aguerrido indio vigilaba sin descanso los confines de sus predios. A pesar de ello, el daño no provino precisamente del lago, sino de manos alevosas: se le hizo caer desde su alta base, se le amputó el antebrazo izquierdo, y, a juzgar por los cortes que mostraba la escultura derribada, el derecho estuvo a punto de correr igual suerte.
Conviene advertir que el historiador Oldman Botello, cronista oficial de la ciudad, pone en duda la realidad histórica del Cacique Maracay y señala al aragüeño Rafael Bolívar Coronado como "el primero en utilizar a un tal indio Maracayo [o Maracaya], cuya existencia, por no decir incierta, hasta ahora no ha podido establecerse" (Botello 1980, p. 33; Botello 2007, p.13); se adhiere además al investigador Lisandro Alvarado (1858-1929) en la sugerencia de que la denominación Maracay derivaría del vocablo Maracaya, "nombre con el cual se conoció al cunaguaro (Felis pardalis) y no al tigre o jaguar (Felis jaguar) como se ha popularizado" (Botello 2007, op. cit., p. 13), afirmación sobre la que el investigador y docente universitario Alberto Fernández B. aporta un interesante punto de discusión al mencionar "la posible existencia del yaguar o jaguar (Panthera onca) [según el autor, especie considerada anteriormente del género Felis] en los alrededores de ese pequeño caserío que con el tiempo recibiría el nombre de Maracay" (A. Fernández B., texto en correo-e; Enero 30, 2001). En todo caso, personaje histórico o personaje de leyenda, el Cacique Maracay mantiene su presencia en el imaginario colectivo de los maracayeros, y sin duda alguna formando parte del sentido de pertenencia de los habitantes del barrio Brisas del Lago.
Para quienes estén interesados en conocer más sobre el personaje en cuestión, se ofrece aquí el enlace a la entrada del 21 de agosto de 2014 del Blog Historias de Maracay: Tiempos de la ciudad, que ofrece algunas versiones de sus presuntas vicisitudes:
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Los detalles del rescate de la estatua por parte de la entonces Secretaría de Patrimonio Histórico de la Gobernación de Aragua [1] y del Comando de Guardacostas del estado Aragua, así como las observaciones sobre los planes inmediatos para la obra, están contenidos en la mencionada entrada del 9 de septiembre de 2011 de este blog (La ciudad recobrada), bajo el título "Monumento al Cacique Maracay o el calvario silencioso del patrimonio artístico urbano", el cual dio pie a dos entradas más, fechadas el 12 y el 20 de septiembre de 2011, donde se expuso otros casos de pérdida o de deterioro -por comisión u omisión- de obras artísticas en diversos espacios públicos de la ciudad.
Finalmente, y tal como anunciara la Secretaría de Patrimonio desde el principio de los acontecimientos, la estatua fue restaurada y reubicada a fines de 2014 sobre un nuevo pedestal levantado en los espacios de la plaza El Ancla [2], al comienzo de la avenida Mérida y, por ende, distante del lago. La reubicación, de acuerdo con declaraciones de la representante de la mencionada dependencia del gobierno regional, favorecería el resguardo de la obra contra el vandalismo, así como su mantenimiento, aunque implicaba la separación de la misma de su pedestal original y la construcción de otro similar en el nuevo emplazamiento elegido (Otaiza, 2011).
Monumento al Cacique Maracay (décadas 1950-1960 ca.), con su pedestal fuente sin sufrir todavía la intervención que eliminó su pila o estanque. Foto extraída de la página FB "Maracay: Solo su pasado histórico" y subida por W. Prada en 2012.
Desde la perspectiva del "vaso medio lleno", puede en cambio decirse que la repudiable agresión condujo no solo a la restauración y salvaguarda de la estatua, por tanto tiempo dejada a su suerte, sino también a la identificación de su autoría, hasta hace poco atribuida al escultor venezolano Alejandro Colina (1901-1976). En ello jugó un papel clave la ahora Coordinación de Patrimonio Histórico, y en particular uno de sus funcionarios, Wladimir Rodríguez, al cual correspondió llevar a cabo el proceso de recuperación de la obra, y quien gentilmente ha facilitado valiosa información sobre este asunto, tanto oral como escrita:
La estatua en bronce del Cacique Maracay (titulada Cacique) es obra del escultor italiano Gaetano Chiaromonte (Salerno, 1872-Nápoles, 1956), autor de otras esculturas monumentales, entre las que destacan La Civilización y La Ciencia y La República y El Comercio, ambas realizadas para la Universidad de Panamá; Monumento a los caídos, en Salerno-Italia, y Cristóbal Colón, en Atlantic City-USA (Grieco, 2001; L. Setaro, texto en correo-e, Octubre 25, 2011). Fue fundida en Nápoles por la prestigiosa Fonderia Chiurazzi, en una época en que dicha empresa atravesaba por una seria crisis tras los embates de la Segunda Guerra Mundial. Respecto de esto, es ilustrativo el siguiente párrafo:
..."Quedó, por tanto, frente a la dirección de la actividad de la Fonderia solo Gennaro Chiurazzi junior (el mayor de los hijos varones), llamado don Gennarino, nacido en Nápoles en 1897. Formado a la sombra de los grandes maestros que frecuentaban habitualmente la fábrica, había madurado durante el periodo de auge y esplendor de la empresa, pero se encontró, casi cincuentón, en el durísimo momento de la continuación, después de la tragedia de la guerra, que había perturbado el mundo entero. La reconstrucción de los daños provocados por el conflicto mundial le empujó inevitablemente hacia el desarrollo de la marmolería artística, dada la necesidad de restauración, de restablecimiento y de reconstrucción integral de obras monumentales, tanto en el campo civil como en el campo religioso. La fundición monumental experimentaba un lento y curioso ascenso, pero nada comparable a los encargos del pasado reciente; los costos eran todavía demasiado elevados para los críticos tiempos de la reactivación económica internacional. Los encargos más importantes llegaron de ultramar; en efecto, fue justo bajo la dirección de don Gennarino que fueron realizadas en los años cincuenta tres imponentes fundiciones: el monumento Cacique de Maracay (Venezuela), el de Cristóbal Colón de Atlantic City (USA), y en particular el imponente Armando Díaz de Nápoles, obra del escultor Francesco Nagni, de unos 5 metros de altura y 75 quintales de peso" (Grieco, op. cit., p. 55).
Imagen de la obra "Cacique", probablemente en las instalaciones de la Fonderia Chiurazzi, en Nápoles (Italia), poco antes de ser enviada a su destino final en Maracay (Venezuela). Se presume que las personas que flanquean la estatua pudieran ser Gennaro Chiurazzi Jr (izquierda) y Gaetano Chiaromonte (derecha). Foto extraída de Grieco, 2001.
Luego de que las averiguaciones iniciales condujeran a la identificación de la empresa fundidora, y a través de ella, la del autor de la obra, se procedió a la búsqueda de quien pudiera emprender localmente el delicado trabajo de restauración. La responsabilidad recayó en la empresa "Arte y Estilos", que reconstruyó el antebrazo amputado, restituyó la pluma desprendida de su penacho con la caída, repuso arco y flechas a semejanza de los otrora hurtados, y corrigió una abolladura en la parte posterior de la cabeza que al parecer tenía antes de la agresión.
Imagen del Cacique Maracay luego de su reciente restauración. Foto: P.H., 2015
La réplica del pedestal fue, si se quiere, más complicada, sobre todo con relación a los altorrelieves que adornaban sus paredes norte, este y oeste, pues los originales quedaron sumergidos con la subida de nivel del lago y solo se contó para su reproducción con unas fotografías en close-up que habían sido tomadas incidentalmente por Rodríguez en 2008, cuando este aún no laboraba en la Coordinación de Patrimonio. Al momento del rescate de la estatua, y cuando todavía lo permitía la escasa profundidad de las aguas, se tomaron las medidas aproximadas del pedestal, con base a las cuales la empresa restauradora recreó otro que recuerda el anterior.
Detalle del altorrelieve (pared este del pedestal). Foto: P.H., 2015
El nuevo sitio de emplazamiento y la orientación del monumento se acordaron con los habitantes del barrio Brisas del Lago: en el sector sur de la plaza El Ancla (fuera del espacio que figura una embarcación) y el cacique oteando hacia la ahora distante laguna de Tacarigua, tal como estuvo haciendo a lo largo de más de medio siglo. Su ubicación actual permite además ser apreciado desde la elevada autopista en dirección a Valencia (estado Carabobo) y desde el trazado del futuro tren, que corre a mayor altura.
Emplazamiento actual del monumento al Cacique Maracay: en el extremo sur de la recién rehabilitada plaza El Ancla, frente a los elevados de la autopista Caracas-Valencia y del futuro tren, y la figura orientada a la Laguna de Tacarigua. Foto: P.H., 2015
Aun comprendiendo las circunstancias y las razones de peso que motivaron la decisión de separar la estatua de su pedestal original, guardo la esperanza de que la figura del Cacique Maracay retorne al sitio que le es natural y significativo: las orillas de ese enorme espejo de agua que privilegia nuestra ciudad y que a ratos, y solo apenas, hemos sabido aprovechar. Pero para ello, repito, habrá que esperar un buen tiempo.
NOTAS
[1] En la actualidad Coordinación de Patrimonio Histórico, adscrita a la Secretaría Sectorial del Poder Popular para la Infraestructura y el Desarrollo Urbanístico, del Gobierno Bolivariano de Aragua.
[2] La rehabilitación de esta plaza formó parte del conjunto de obras y espacios a ser recuperados en 2014, en acción conjunta del Gobierno Bolivariano de Aragua y la Alcaldía del Municipio Girardot.
FUENTES
Instituto del Patrimonio Cultural. (2006). Municipios Girardot y Francisco Linares Alcántara, estado Aragua. Catálogo del Patrimonio Cultural Venezolano. Región Centro Oriente: AR 03-17. Caracas: Autor.
Grieco, M. (editor). (2001). Fonderia artistica Chiurazzi: La forma dell'arte. Nápoles (Italia): Altrastampa edizioni.
Museo de Arte Contemporáneo de Maracay Mario Abreu- MACMA. (1996). Maracay: Espacio y memoria: Aproximación en el tiempo, paisaje, arquitectura, iconos y vida de la ciudad. [Catálogo de exposición: Diciembre 1996-marzo 1997]. Maracay: Fundación MACMA.
Otaiza, J. (2011, Septiembre 7). Vecinos hallaron plumas perdidas. El Aragüeño [Versión digital]. Disponible: http://w.w.w.el-aragueno.com.ve