sábado, 2 de abril de 2011

La Casona de La Trinidad: epicentro patrimonial mariobricense. Sepulcro del Marqués de Casa León




Oculta tras un enorme tanque de agua (construido a sólo diez centímetros de distancia), y cubierta de maleza, permanece -desafiando el tiempo y el vandalismo- la tumba de don Antonio Fernández de León, Marqués de Casa León, en vana espera de los restos de quien la mandara construir y debiera huir sin regreso a Puerto Rico en 1821, acusado de traición a la causa patriótica. Por tal razón la tumba es más bien un sepulcro vacío que, sin embargo, no alcanza el carácter de cenotafio por no haber sido concebido –ni tampoco utilizado hasta la fecha- para guardar la memoria del referido personaje.






Foto superior: vista del tanque en lo alto de la colina La Trinidad, construido a escasos diez centímetros del monumento funerario del marqués de Casa León, según puede observarse en la foto inferior.


Este monumento funerario, de aprox. 150 x 120 x 200 cm., responde a la tipología decimonónica de catafalco-sarcófago, estructura compuesta de un elemento inferior destinado a alojar el cuerpo o sus cenizas (sarcófago), y uno superior con forma de ataúd y con meros fines decorativos (catafalco).



 Foto B/N: Ejemplo de catafalco-sarcófago, en el Panteón Francés de La Piedad, de Ciudad de México (foto extraída de Herrera Moreno, 2005).








Fotos a color: Sepulcro del Marqués de Casa León, detalles.


Hoy día, semiderruido y objeto de profanación (posiblemente en busca de “tesoros escondidos”), el sepulcro muestra descubierto el nicho que habría de recibir en su momento los restos mortales del marqués, y que mientras tanto debió haber estado cerrado, tal vez mediante un delgado tabique (ver foto inferior).




Este tipo de monumento funerario es ejemplo único en Maracay luego de la desaparición en 1950 del antiguo cementerio de la calle Páez, que ya funcionaba hacia 1839 (Botello, 2007). La teoría miasmática que prevalecía hacia fines del siglo XVIII en Europa y que daba importancia a la sensibilidad olfativa, derivó en la reglamentación de las inhumaciones y exhumaciones, la cual demandaría, entre otros aspectos, la sepultura bajo tierra de los cadáveres, a profundidades claramente estipuladas.

En Venezuela, estas especificaciones comenzaron a tomar cuerpo en la conciencia ciudadana desde el septenio de Guzmán Blanco (1870-1877), y se concretaron para los cementerios de Caracas, a partir del decreto firmado el 3 de julio de 1876, que ponía en funcionamiento el Cementerio General del Sur, el 10 de julio de ese año, en detrimento de los otros cementerios existentes en Caracas (Cobos, 2009). Estos cementerios, donde era común la sepultura superficial en sarcófagos y en construcciones verticales para gavetas y nichos, sobre todo para personas pudientes, fueron clausurados y condenados a su paulatina desaparición (1).

El sepulcro destinado al Marqués de Casa León -construido en algún momento del largo período comprendido entre 1785, año en que don Antonio recibe en dote la hacienda La Trinidad, y 1821, año de su huida a Puerto Rico- es entonces reflejo de la tradición pregumancista de enterramientos en Venezuela. Este monumento funerario pudo tener formas semejantes a las del siguiente bosquejo, realizado a partir de la observación de las imágenes fotográficas disponibles de sus ruinas:
 




Sepulcro del marqués de Casa León, recreación. Planos de alzado y de planta (dimensiones estimadas).


Realizada en mampostería, con revestimiento en mortero -tal vez de cal hidráulica (Morteros, 2007)- y con mínima ornamentación, esta obra adquiere particular interés no sólo por su singularidad, sino también por su extrema sencillez a pesar del encumbramiento económico, social y político del que habría de ser su futuro ocupante.



NOTAS:

(1) Ya el 15 de octubre de 1827, Simón Bolívar, entonces Presidente de la República de Colombia, había expedido un decreto que, en su artículo segundo especificaba que ..."ningún cadáver en cualquier estado, condición o sexo que haya sido, podrá ser enterrado en ningún templo, capilla, bóveda, cementerio dentro de poblado, ni casa o terreno particular de las mismas poblaciones, y todos los cadáveres irán a los cementerios según queda prevenido en el artículo 1°". Otro decreto, firmado también por Bolívar el 13 de agosto de 1828, exceptuó de la disposición anterior (que ..."tuvo sólo por objeto impedir el contagio que podía resultar del abuso introducido de enterrar en todas las iglesias") a ..."los arzobispos, obispos, miembros de los cabildos eclesiásticos y monjas profesas", siempre y cuando fuesen sepultados ... "en bóvedas y panteones construidos con todo cuidado" (Elschnig, 2000, pp. 29-30). La creación posterior de cementerios como "Los hijos de Dios" en Caracas (1856), catalogado por el viajero Eastwick como el más bello de Suramérica y cuyos muros son descritos por dicho personaje como "una especie de casillero gigantesco", con receptáculos para los ataúdes con los cuerpos "de todo el que pueda pagar los derechos respectivos" (Cobos, 2009, p.64), parece indicar que los decretos de El Libertador no fueron observados del todo.



FUENTES:

Asociación Civil “Hacienda La Trinidad”. [Página Web en línea]. Disponible: http://haciendalatrinidad.org.ve/ [Consulta: 2011, Marzo 31].

Botello, Oldman. (2007). Toponimia antigua de Maracay: Calles, plazas, esquinas, casas, sitios. Maracay: Concejo Municipal de Girardot.

Cobos, Eduardo. (2009). La muerte y su dominio: Cementerio General del Sur en el guzmanato, 1876-1887. Caracas: Centro Nacional de Historia.

Elschnig, Hans. (2000). Cementerios en Venezuela: Los camposantos de los extranjeros del siglo XX y los antiguos cementerios en Caracas y el litoral. Caracas: Tipografía Cervantes.

Herrera Moreno, Ethel. (2005). Tipología arquitectónica de los monumentos funerarios del Panteón francés de La Piedad de la Ciudad de México. Apuntes [Revista en línea], 18 (1-2), 106-117. Disponible: http:// revistas.javeriana.edu.co/sitio/apuntes/sccs/tabla_contenido.php?id_revista=30 [Consulta: 2009, Octubre 09].

Morteros de construcción y ornamentación. (2007). [Artículo en línea]. Disponible: http://www.ugr.es/~agcasco/personal/restauracion/teoria/TEMA04.htm [Consulta: 2011, Marzo 30].

2 comentarios:

  1. Gracias Zandra. Tu comentario me motiva para perseverar en el esfuerzo de registrar estas pequeñas grandes cosas que guarda nuestra ciudad.

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