sábado, 26 de marzo de 2011

La Casona de La Trinidad: epicentro patrimonial mariobricense. El acueducto de la hacienda.

La antigua hacienda La Trinidad disponía, desde fines del siglo XVIII, de un acueducto para proveer de agua a la casona y sus dependencias aledañas, y posiblemente a las actividades agrícolas en su entorno. El agua era conducida desde la quebrada de Valle Verde, distante aproximadamente 3.5 km. de la Casona, mediante una zanja o acequia construida para el efecto a lo largo de la vertiente oeste de la fila de colinas que enmarcan el paisaje de la antigua hacienda, y cuyo trayecto aún puede divisarse desde la avenida Universidad, vía que comunica las poblaciones de Maracay y El Limón.

La acequia, trazada hacia 1780 y revestida en adobones de arcilla cocida, además de transportar el agua potable de la quebrada, captaba en invierno el agua que escurría por la vertiente.



Detalle de la acequia a la altura de la Casona. En este punto de su trayecto, la acequia es un conducto de formas precisas, probablemente realizado en mampostería y con revestimiento de hormigón.



Para salvar un abra o abertura natural entre las estribaciones montañosas del litoral y la colina La Trinidad, se levantó una obra de ingeniería que garantizaba la continuidad en el trazado de la acequia. Dicha obra, realizada en mampostería con sistema de arcada, según los cánones que España trajo consigo a América, aún se conserva -aunque fuertemente intervenida- y ha dado nombre a la urbanización "Los Arcos".
Vista de la arcada del antiguo acueducto de La Trinidad desde la urbanización Los Arcos (Foto de Arq. Anna María Monzón, 2002).

Existen testimonios orales según los cuales, aproximadamente a 200 m. de distancia de esta obra, en el campo agrícola experimental actualmente adscrito al Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas-INIA, han sido encontrados restos de otra arcada. La eventual veracidad de este hecho permitiría considerar el posible uso del agua de la acequia también con fines de riego.

Aun cuando ya no se encuentra activa, la acequia se ha mantenido intacta en ciertos trechos de su trazado, a pesar de la ausencia de mantenimiento. Sin embargo, ha venido colmatándose a lo largo del tiempo por efecto de la erosión y los desprendimientos en la vertiente, procesos éstos favorecidos por la pérdida de la cobertura vegetal a causa de los incendios forestales anuales. La superficie llana resultante es con frecuencia percibida como un cortafuego, e incluso como un sendero, al que se ha dado en llamar “camino de los españoles”, lo que da cabida al establecimiento de un falso histórico.







En el extremo izquierdo de esta foto de la arcada, tomada de IPC 2006, puede observarse la obstrucción del trazado de la acequia por desprendimientos en la vertiente.



FUENTES:


Asociación Civil “Hacienda La Trinidad”. [Página Web en línea]. Disponible: http://haciendalatrinidad.org.ve/ [Consulta: 2011, marzo 25].


Instituto del Patrimonio Cultural-IPC. (2006). Municipios Mario Briceño Iragorry y Ocumare de la Costa de Oro, estado Aragua. Catálogo del Patrimonio Cultural Venezolano. Región Centro Oriente: AR 08-18. Caracas: Autor.

7 comentarios:

  1. Qué bien nos descubres la memoria arquitectónica de la ciudad.

    ResponderEliminar
  2. Sí, Claudinha. Tratando de dejar testimonio de un pasado (una memoria) que se nos escapa.

    ResponderEliminar
  3. Pedro te felicito este trabajo me parece muy interesante y yo he investigado en el Archivo General de la Nación (AGN) sobre las acequias, sistemas de riego muy importantes para la economía agrícola, sobre todo en las haciendas de los valles de Aragua donde se realizaban dos y tres cultivos. En el caso de finales del siglo XVIII se cultivaba en La Trinidad, propiedad de D. Antonio Fernández de León, Oidor de la Real Audiencia para la época, añil y caña de azúcar.
    Ahora una pregunta ¿el dato exacto de 1780 de dónde lo tomas?

    ResponderEliminar
  4. Que interesante información. En la casa de la hacienda La Vega aun se conserva un pequeño segmento de la acequia que servía a la casa e ingenio del trapiche y que venía de mas allá de Montalban y seguía haciaEl Paraiso.

    Recuerdo haber visto en la hacienda Paya un acueducto de similares arcos y caracteristicas, aunque mas pequeño,que iba al patio desde el rio, y en El Consejo se conserva tambien parte de uno similar, viniendo de PieDeCerro, creo.
    Saludos

    ResponderEliminar
  5. Zandra, esta fecha la tomo de la página Web de la Asociación Civil Hacienda La Trinidad ( http://haciendalatrinidad.org.ve/paginas/acequia.php ). En rigor, la fecha se menciona allí como "aprox. 1780", que yo modifiqué con la preposición "hacia", lo cual le confiere menor precisión... Gracias por tu observación... en ocasiones como éstas es importante indicar expresamente la fuente, y tal como aparece, es decir, "aprox. 1780". En todo caso, la fuente debería indicar a su vez de dónde saca la fecha y no lo hace, lo cual no hace confiable el dato; mea culpa. En una parte leí que "un blog se alimenta de los comentarios". Tu participación y tu oportuna observación son una prueba fehaciente de la veracidad de este aserto.

    Buenos datos los que das Juan; ¡gracias!

    ResponderEliminar
  6. Yo tengo la dicha de vivir en este espacio Geográfico, en una Urbanización llamada "Los Arcos", la cual se ubica próxima al acueducto y de la Acequia con dicho nombre, me contenta saber que personas interesadas en este espacio, quieran conocer más sobre la historia, y sobre la arquitectura de la época en la que se construyo esta obra, la cual es evidente al verla que es influencia del ingenio Romano, traspasado a los Españoles, y progresivamente construida por manos de esclavos, la historia de la hacienda es muy interesante, sin embargo ante la presencia nuestra han habido severas trasformaciones que han afectado este espacio, la perdida del bosque originario y la sustitución progresiva de esta por el pasto, y la quema, han acabado con los árboles, entre otras cosas la erosión y la presencia de escombros o resto de construcción moderna, irrespetan lo que implícitamente representa este espacio, gracias a Dios habemos personas que dedicamos tiempo a limpiar el área próxima al acueducto, y en ella hemos sembrado nuevos árboles.

    ResponderEliminar
  7. Gracias por tu comentario, frastank. La verdad es que este es un valioso espacio, que atesora testigos importantes de nuestra historia rural. Lamentablemente no existe sensibilidad suficiente - y probablemente tampoco interés alguno- para su protección y rescate por parte de las instancias y organismos competentes. A estas alturas, mi esperanza es que se conserven aquí y allá algunos de estos testigos, y, en el caso de los arcos, ustedes los vecinos son un elemento fundamental para su salvaguarda.

    ResponderEliminar