En el capítulo X de la obra Maracay: Noticias del viejo valle (1980), el historiador y cronista oficial de Maracay, Oldman Botello, hace una pormenorizada relación (pp. 335-341) de los acontecimientos locales relacionados con la llamada “Revolución de Octubre”, insurrección cívico militar que tuvo lugar en Caracas y Maracay entre el 18 y el 19 de octubre de 1945, y que culminó con la caída del gobierno entonces ejercido por el general Isaías Medina Angarita.
General Isaías Medina Angarita, Presidente constitucional de Venezuela entre 1941 y 1945 (foto extraída de Google Imágenes, s.f.)
En la página 340 de dicho capítulo, intitulado “La Revolución de Octubre en Maracay” y del que se ha publicado amplios extractos en la pasada entrada del 18 de octubre de 2011, se lee lo siguiente:
Una vez que cesaron las hostilidades se procedió al enterramiento de las víctimas lo cual se llevó a cabo en fosas comunes. Nos refiere el popular Don Víctor Hernández ex -celador sempiterno del cementerio “La Primavera”, que la inhumación de los cadáveres se hizo bajo amenaza de negras bocas de tanques de guerra que se asomaban por encima de las tapias que circundaban el camposanto; en esa tumba común hay una lápida sobre el túmulo piramidal, donde se lee la siguiente inscripción: “Madre Patria: nos pediste, nos ofrecimos; aquí estamos Madre Patria. Presentes”. Apenas fueron reconocidos los militares César y José Betancourt, José Alexander, Pablo Monsalve, José Pérez Urbina, José Antonio Castillo, Pedro Alcántara Andrade, Tomás Escalona, Pedro Rodríguez, Martín Villegas, Francisco Castillo y José Peña, cuyos nombres figuran en el túmulo.
Entre los muertos conocidos se mencionó a las siguientes personas: Dr. Aníbal Paradisi, Juan Bautista Rodríguez, Coronel Andrónico Rojas, Teniente Álvarez de Lugo, Teniente Juan Leonardo Agreda, Coronel José Anselmi; Expedito García, Ramón de Jesús Dávila, Vladimir Killinger, Cabo segundo Amado Sequera Amundaray… (Botello, 1980, p.340).
La revisión del libro de inhumaciones en el cementerio “La Primavera” que abarca las fechas del 01 de diciembre de 1940 al 27 de septiembre de 1947 permite suponer que el entierro de las probables víctimas mortales del derrocamiento del general Medina Angarita tuvo lugar entre el 19 y el 31 de octubre, a juzgar por la nota “herida por arma de fuego” que, como causa de fallecimiento, acompaña el nombre de cada una de ellas. El primer día habría correspondido a los directamente involucrados, es decir a las autoridades y a los militares que resultaron muertos en la contienda. Las autoridades, Aníbal Paradisi, Presidente del Estado, y Juan Bautista Rodríguez, su Secretario Privado y pariente, fueron sepultados en fosas individuales contiguas, en el sector norte del camposanto (cuartel RT, línea 7, fosas 11 y 12, respectivamente).
Aspecto actual de los monumentos funerarios de Paradisi (izquierda) y Rodríguez (derecha), los cuales muestran un acusado deterioro por hurto, vandalismo y profanación (Foto P.H., 2011).
En el sector noroeste, catorce lotes sucesivos alojaron los cuerpos de 20 militares de rango diverso. Diez de dichos cuerpos fueron sepultados en cinco lotes contiguos, sobre los cuales fue erigido luego un sobrio túmulo piramidal de base rectangular, de 1.5 x 3.0 x 10.0 m., revestido en granito y delimitado por ocho pilares con cerramiento en cadenas. En la pared norte del monumento, dos lápidas en mármol, hoy ausentes o parcialmente destruidas, contendrían, una, la inscripción de la que hace mención Botello en párrafos anteriores, tal vez sin la palabra “Presentes”, y otra (de la que quedan vestigios) los nombres de algunos de los que allí reposan, indicados también por Botello, con ciertas discrepancias. La pared sur ostentaba por su parte una corona de hojas de acanto en mármol, con la palabra “Presentes” en su centro, y que hoy permanece, desprendida pero intacta, a un lado del túmulo.
Monumento funerario dedicado a los militares caídos durante la asonada. Se observa el cerramiento en cadenas de dicho monumento y la presencia de dos lápidas de mámol sobre la cara norte del mismo (Foto extraída de Botello, 1980).
Fragmento de la lápida inferior de la cara norte del monumento (Foto P.H., 2011).
Corona de hojas de acanto en mármol que se encontraba adosada a la cara sur del monumento funerario a los militares caídos. Hoy día permanece suelta, a un lado de referido monumento (Foto P.H., 2011).
Como un aporte al texto de Botello, se transcribe de seguidas la relación de los militares sepultados, tal como aparece en el libro de inhumaciones 1940-1947, ya mencionado:
Cuartel N, línea 29, José Anselmi (fosa 18); Evelio Cubillán (fosa 19); Ruperto Doguiz(?)(fosa 20)(1); Antonio González (fosa 21); Fernando Albares (sic)(fosa 22); José de Rosa (fosa 23); Pablo Manosalva (sic)(fosa 24); César Betancourt (fosa 24); José A. Alexander (fosa 25); Jesús Urbina Pérez (sic)(fosa 25); Jesús Antonio Castillo (fosa 26); Pedro Alcántara (fosa 26); Tomás Escobar(sic) (fosa 27); Pedro Rodríguez (fosa 27); Martín Villegas (fosa 28); Francisco Castillo (fosa 28); Jesús Peña (sic)(fosa 29); Luís Martínez (fosa 30); Amado Sequera (fosa 31); Carlos Navarro (fosa 31).
Es probable que el túmulo piramidal abarque las denominadas fosas 24 a 28, las cuales en realidad corresponden a cinco lotes, cada uno con dos fosas superpuestas. De hecho, de acuerdo con lo que resta del epitafio, es deducible que hayan figurado en el mismo al menos los nombres de Amado Sequera Amundaray, José Pérez Urbina, José(o Jesús) Antonio Castillo, Pedro Alcántara Andrade, Tomás Escalona, Pedro Rodríguez, Martín Villegas y Francisco Castillo. Según la relación del libro de inhumaciones, deberían entonces haber estado además incluidos en el epitafio Pablo Monsalve y César Betancourt. Queda en cambio la duda acerca de la presencia bajo el túmulo de José Alexander, quien debería encontrarse en el lote 25 y cuyo nombre pareciera estar suplantado por el de Amado Sequera Amundaray, claramente identificable en el fragmento de lápida existente. El libro de inhumaciones señala sin embargo la ubicación de los restos de Sequera Amundaray en el lote 31, es decir, fuera del monumento dedicatorio. Cabe así preguntarse acerca de cuál de las relaciones de nombres estará errada: ¿la del libro de inhumaciones o la del epitafio? [2].
Página del libro de inhumaciones 1940-1947 correspondiente al día 19 de octubre de 1945 (Foto P.H., 2010).
Según indica también el libro de inhumaciones, el día 20 de octubre fueron enterrados dentro del mismo cuartel (Cuartel N) -en ocho lotes sucesivos de la línea 30-, Pedro García (fosa 1); Andrés Anzoátegui (fosa 2); Elpidio Herrera (fosa 3); Juan Camacaro (fosa 4); Federico Daza (fosa 5); Francisco Yépez (fosa 6); Ernesto Del Vechio (fosa 7) [3}; Simón Hernández (fosa 8), todos ellos posibles víctimas civiles de la asonada. En el cuartel RT, línea 7, fosa 13, fue sepultado Ramón García (?) -esto es, al lado de Juan Bautista Rodríguez-, y en un panteón familiar, Melecio Sánchez Bello.
De atención aparte es el caso de José María Sánchez, enterrado el 21 de octubre, en el cuartel N, línea 30, fosa 9: una lápida a la cabecera de su tumba, colocada al año siguiente de la insurrección, muestra un epitafio que pareciera recordar el hecho: “José María Sánchez Benítez/ *8-12-1892/ + Maracay La Barraca edo. Aragua 20-10-1945/ Se fue Don José María hacia no sé qué/ lejano horizonte empujado/ por la mano de los mandones tan cobardes como injustos los hombres/ desde el suplicio de la cruz no saben lo que hacen. Buen amigo tu/ recuerdo estará eternamente en la conciencia de los hombres íntegros/ Nicolás D. Paola/ 1946”. El tono de rencorosa denuncia en dicho texto deja abierta la presunción de que don José María no fuera una víctima casual más. ¿Habría sido acaso este personaje el militar fiel a Medina Angarita que se parapetó en La Barraca, al cual ha hecho referencia Botello? (ver entrada del 18 de octubre de 2011 en este blog). Si éste fuera el caso, su inmolación habría tenido lugar el 20 de octubre, es decir, al día siguiente de que ondeara la postrera bandera de rendición en el cuartel Sucre, y don José María habría constituido entonces el último de los bastiones medinistas caídos en Maracay.[4]
Epitafio dedicado en 1946 a José María Sánchez Benítez, fallecido en La Barraca (Maracay) el 20 de octubre de 1945.
Aun cuando el libro de inhumaciones señala como ilegible las causas de muerte, tres personas más podrían formar parte de las víctimas mortales del derrocamiento: Víctor Núñez y Domingo Campos, sepultados el 24 de octubre en el cuartel N, línea 30, fosas 10 y 11, respectivamente, y Luís Carrillo, sepultado el 25 de octubre en la fosa 12. Finalmente, se señala “herida por arma de fuego” como causa de muerte de Alberto Tovar Pérez, sepultado el 31 de octubre en la fosa 14. No es descartable la posibilidad de que estas cuatro personas hayan fallecido días después de la asonada a causa de las heridas que tal vez le fueran infligidas durante la misma.
Los casos seguros y probables de presuntas víctimas mortales que documenta el libro de inhumaciones son treinta y siete, cifra que dista de los cientos de civiles estimados que habrían sido abatidos. Es factible que algunas de las víctimas hayan sido enterradas en cementerios de otras ciudades. Aun así, costaría admitir una cifra que pudiese siquiera equipararse al número de los sepultados en “La Primavera”, el único cementerio entonces activo en Maracay. Todavía menos probable sería el enterramiento masivo y clandestino de la mayor parte de las víctimas, algo que difícilmente pasaría desapercibido en una ciudad entonces tan pequeña, o permanecería desconocido hasta ahora, casi setenta años más tarde.
NOTAS
[1] En nota de prensa recordativa al Dr. Aníbal Paradisi, Oscar Zerpa Bustamante (¿2011, Octubre 18?) señala lo siguiente: “En los cuarteles se produjeron intensos tiroteos y se recuerda que el Coronel José Anselmi, Comandante del Cuartel Páez fue abatido al igual que su ayudante el Capitán Carlos Donguiz. En el cementerio ‘La Primavera’ se levantó un monumento al soldado desconocido pues fueron muchas las víctimas”. Una lápida que se conserva sobre la tumba que debe corresponder a este capitán Donguis (según el libro de inhumaciones) hace referencia a un "capitán/ Mariano/ Ruperto/ Doguinz/ caído el/ 18-10-45".
[2] En la lápida restante se aprecia un espacio en blanco después del supuesto nombre de Francisco Castillo. ¿Habría estado ocupado dicho espacio por el nombre de Jesús Peña, tal como menciona Botello? Si así fuera, el túmulo estaría levantado sobre seis lotes en lugar de cinco; abarcaría entonces los lotes 24 a 29 de la línea 29.
[3] En la misma nota de Oscar Zerpa Bustamante (op. cit.) puede también leerse: "Fueron momentos amargos y angustiosos para la ciudad, en las calles la gente corría despavorida, un caos que se prolongó hasta el día siguiente cuando en los cuarteles de la plaza Bolívar continuaba la batalla y se recuerda que los jóvenes hermanos Del Vecchio, muy conocidos en la ciudad, que estaban un tanto retirados fueron alcanzados por disparos muriendo Ernesto y Julio resultó gravemente herido en una pierna". Esta nota tal vez explique la presencia del nombre de uno solo de los hermanos Del Vecchio (Ernesto), por lo menos hasta el 31 de noviembre de 1945, fecha hasta la cual aparece con relativa frecuencia la frase “herida por arma de fuego” como causa de muerte en el libro de inhumaciones que abarca el período 01 de diciembre de 1940 - 27 de septiembre de 1947.
[4] (Nota posterior a la publicación de esta entrada): Botello 2007 (p. 35) se refiere al acontecimiento del siguiente modo: "Un hecho histórico acaeció en La Barraca en la tarde del 18 de octubre de 1945 cuando un defensor del régimen del general Isaías Medina Angarita, el capitán retirado Rafael Sánchez Benítez -tío de Alfredo Sadel [connotado tenor venezolano], según nos informó el cantante en 1987- hizo obstinada oposición en una casa de su propiedad. Un disparo de tanque contra la residencia de quien solo esgrimía un revólver o tal vez un fusil, acabó con la existencia del empecinado defensor de lo indefendible, porque ya el general Medina Angarita permanecía prisionero en la Escuela Militar de La Planicie [Caracas]. Sánchez Benítez era oriundo del estado Trujillo como nos informó Alfredo Sadel". De acuerdo con los datos contenidos en el libro de inhumaciones y en la lápida dedicada a su memoria, el personaje en realidad tendría por nombre José María, y habría muerto el 20 de octubre de 1945. No coincide la edad en ambas fuentes; son factibles en tanto las circunstancias de su muerte (Nota agregada a esta entrada el 04 de septiembre de 2015).
FUENTES:
Botello, O. (1980). Maracay: Noticias del viejo valle. Maracay: Concejo Municipal del Distrito Girardot.
Botello, O. (2005). Ferias y fiestas de San José: 100 años de tradición: 1905-2005. Maracay: Alcaldía del Municipio Girardot.
Botello, O. (2007). Toponimia antigua de Maracay: Calles, plazas, esquinas, casas, sitios. Maracay: Publicaciones del Concejo Municipal de Girardot.
Diciembre 1° 1940 hasta 26 septiembre 1947. [Manuscrito]. (Libro de inhumaciones en el cementerio “La Primavera” de Maracay, estado Aragua, Venezuela).
Google Imágenes. (s.f.). Imágenes de Isaías Medina Angarita. Disponible: http://www.google.es/search?q=Isa%C3%ADas+Medina+Angarita&hl=es&prmd=imvnso&tbm=isch&tbo=u&source=univ&sa=X&ei=7DaYToCQKcnr0gHO_8m-BA&ved=0CC8QsAQ&biw=1024&bih=545
Zerpa Bustamente, O. (¿2011, Octubre 18?). Recuerdo al Dr. Aníbal Paradisi. El Periodiquito: Galería de la Cantera. Disponible: http://www.elperiodiquito.com/secciones/viewarticle/690/Recuerdo-al-Dr--Anibal-Paradisi [Consulta: 2011, Octubre 18].