En el año centenario de su inauguración.
Cruz y crucifijo
La cruz es uno de los símbolos más antiguos de la humanidad y ha sido adoptada por muchas religiones. Se conoce como símbolo del cristianismo desde el siglo III d.C., cuando comenzó a usarse para evocar la ejecución de Jesús y representar su triunfo sobre el madero de tormento. Este sentido primordial de la cruz cristiana se conserva en las iglesias evangélicas, extendido al de la fe en la resurrección. Es solo en la Edad Media cuando comienza a representarse a Jesús sufriente o fallecido sobre la cruz. Dicha modalidad, llamada crucifijo (derivado del latín crucificăre: fijar a la cruz), fue adoptada por la iglesia católica para enfatizar el sacrificio de Jesús, sin dejar por ello de lado el sentido primordial de triunfo sobre la muerte.
La cruz es uno de los símbolos más antiguos de la humanidad y ha sido adoptada por muchas religiones. Se conoce como símbolo del cristianismo desde el siglo III d.C., cuando comenzó a usarse para evocar la ejecución de Jesús y representar su triunfo sobre el madero de tormento. Este sentido primordial de la cruz cristiana se conserva en las iglesias evangélicas, extendido al de la fe en la resurrección. Es solo en la Edad Media cuando comienza a representarse a Jesús sufriente o fallecido sobre la cruz. Dicha modalidad, llamada crucifijo (derivado del latín crucificăre: fijar a la cruz), fue adoptada por la iglesia católica para enfatizar el sacrificio de Jesús, sin dejar por ello de lado el sentido primordial de triunfo sobre la muerte.
La cruz y el crucifijo son los motivos más frecuentes y variados en el cementerio La Primavera. Salvo muy escasas excepciones, los elementos más notables de cruz son en herrería artística de forjado, en su mayoría de pequeño formato. Por su parte, las representaciones relevantes de crucifijo que subsisten apenas sobrepasan la veintena, y al menos la mitad de ellas se encuentran incompletas (se ofrece más detalle al respecto en la entrada del 07 de noviembre de 2014). Debe advertirse que la notabilidad o relevancia asignada a algunos de estos objetos no depende necesariamente de su calidad artística o riqueza de materiales; la singularidad es de hecho otro factor que determina la selección de obras meritorias, de las cuales serán reseñadas las más representativas.
Cruz. Como ya se ha mencionado, las obras
con el motivo de la cruz consideradas de interés en La Primavera son
fundamentalmente piezas elaboradas en metal. Muchas han sido realizadas en
herrería artística de forjado con unión tanto por "ajuste" [1] como por soldadura [2] –obras de taller producidas en serie-, y en menor medida obras
únicas de autoría, de factura popular. Las obras de forjado, un arte milenario, son producto de un proceso en el que cada pieza que las conforma se trabaja por
separado al calor con el concurso de herramientas pertinentes (mazo, martillo, cincel, punzón, tenaza, barras, tornos, hormas), y se ensamblan luego mediante alguna de las técnicas de unión mencionadas.
Si bien las cruces de forjado hechas en serie pueden hallarse con mayor o menor variación en todos los cementerios tradicionales del país, los ejemplares en herrería artística ensamblados por ajuste poseen al menos la peculiaridad de constituir vestigios de una técnica hoy en día reemplazada por otras de mayor competitividad comercial, y en consecuencia sus productos, ahora menos abundantes, tienden a ser más costosos y exclusivos. Las obras de autoría encontradas en La Primavera poseen con todo menor calidad artística, pero son en cambio piezas únicas y constituyen una muestra de ingenio creativo que no debe ser menospreciada.
Encima de una
sepultura libre (sin identificación- s.i., sin fecha-s.f.), y sobre un pequeño pedestal moldeado en cemento,
se halla, en crítico estado de conservación, lo que tal vez constituya el
ejemplo más acabado de cruces en herrería artística de forjado registradas en
este cementerio. Sus extremos han sido martillados y modelados para conseguir
un efecto de latiguillo, mientras que su cuerpo ha sido reforzado a lado y lado
con filamentos que se separan cada cierto trecho para dibujar una especie de
zigzag. A esta estructura reforzada se añaden volutas y cintas, de tamaño
diverso y sobrepuestas, todas unidas entre sí y al cuerpo de la cruz mediante
remaches. Un botón metálico subraya el centro de la cruz, ya enmarcado por el
juego de elementos añadidos.
Menos elaborada resulta la cruz que
remata una estela en mampostería y cemento modelado (s.i., s.f.), y que
probablemente data de la segunda década del siglo XX. Sus puntas han
sido martilladas y modeladas en forma de punta de flecha, y se le ha añadido
como ornamento una serie de volutas de varios tamaños, fijadas al cuerpo de la
cruz mediante abrazaderas.
Otro ejemplar interesante de la técnica de unión por ajuste es una cruz (s.i., s.f.) conformada con cuatro filamentos que se mantienen separados en todo su recorrido. La estabilización de la estructura se logra por la intersección de los brazos de la cruz. En el ejemplo mostrado dicha estabilización se refuerza con el añadido de volutas entre los filamentos, las cuales se unen a estos mediante remaches. Completan los detalles ornamentales una serie de remates en forma de corazón dispuestos en los extremos y en los ángulos externos de la intersección de los brazos. Otra cruz, dedicada a Félix...? (s.f.), es una creación simplificada del mismo tipo.
La cruz que corona el cipo pedestal en la tumba de Petronila León (fallecida en 1916), es por su parte un ejemplo de cruces de principios del siglo XX elaboradas en tubos y sencillamente ornamentadas, en su centro y/o sus extremos, con añadidos de latón recortado u otro tipo de metal.
Sobre la tumba de Mercedes M...?, fallecida el 20-05-1950, se aprecia un modelo de cruz, menos frecuente en el cementerio, ensamblada en caliente y modelada a golpes de maza, recorte (o esmerilado), perforado (o calado) y añadidos. El resultado es una sencilla cruz de cuerpo achatado cuyos extremos terminan en puntas de flecha con perforaciones simétricamente dispuestas; cintas soldadas enmarcando sus brazos complementan su simple ornamentación. Una pieza de similar factura (s.i., s.f.) muestra añadidos foliares mediante soldadura.
La cruz emplazada sobre la tumba de Lucio Bermúdez, fallecido en 1939, es ejemplo de productos con formas similares a los de forjado con unión por ajuste, obtenidos mediante la técnica de soldadura.
La cruz que corona el cipo pedestal en la tumba de Petronila León (fallecida en 1916), es por su parte un ejemplo de cruces de principios del siglo XX elaboradas en tubos y sencillamente ornamentadas, en su centro y/o sus extremos, con añadidos de latón recortado u otro tipo de metal.
Sobre la tumba de Mercedes M...?, fallecida el 20-05-1950, se aprecia un modelo de cruz, menos frecuente en el cementerio, ensamblada en caliente y modelada a golpes de maza, recorte (o esmerilado), perforado (o calado) y añadidos. El resultado es una sencilla cruz de cuerpo achatado cuyos extremos terminan en puntas de flecha con perforaciones simétricamente dispuestas; cintas soldadas enmarcando sus brazos complementan su simple ornamentación. Una pieza de similar factura (s.i., s.f.) muestra añadidos foliares mediante soldadura.
La cruz emplazada sobre la tumba de Lucio Bermúdez, fallecido en 1939, es ejemplo de productos con formas similares a los de forjado con unión por ajuste, obtenidos mediante la técnica de soldadura.
Esta técnica ha permitido además el logro de nuevas formas, con añadidos de recorrido más libre, gracias a la posibilidad de fijar los elementos en los extremos, tal como puede observarse en la cruz que encabeza la tumba de María de Castillo, fallecida en 1976.
Se incluye también en esta reseña ejemplares de cruces que, cualquiera sea la técnica de elaboración y obviando su calidad artística, parecen ser obras no seriadas al mostrar características que les otorgan singularidad, bien sea por los elementos utilizados, bien por la técnica de elaboración, o bien por sus dimensiones poco habituales. Muestra de ello es una cruz de factura popular ubicada sobre una sepultura libre (s.i., s.f.). Consiste en tubos conductores de agua de ¾ pulgadas, dispuestos en par y ensamblados mediante codos del mismo material e igual calibre. En la intersección de los brazos de la cruz hay un añadido en latón, recortado en forma acorazonada.
Más elaborado es el trabajo en herrería de soldadura que ostenta la gran cruz de la sepultura de H. W. Mc Cluskey, fallecido en 1953. Con dimensiones de 2,10 m. x 1,65 m., su forma está dada por cabillas de sección cuadrada dispuestas en par y soldadas, las cuales enmarcan sencillos motivos foliares. En la intersección de los brazos de la cruz, una pequeña lápida en mármol suministra la información básica sobre el difunto. Una obra de parecido concepto aunque de menor tamaño es la dedicada a la niña Maruja (?) Pereira, fallecida en 1972 (?), en la que el vano ha sido resuelto con la superposición de flores metálicas, también de simple trazado.
También se encuentra en La Primavera cruces elaboradas en materiales diferentes al hierro. Por lo general se trata de obras populares de taller en hormigón o en granito artificial armado y moldeado, unas veces de superficie texturizada, otras veces ornamentadas con piedra picada, teselas de cerámica o caracoles, y en muy pocas ocasiones con añadidos de imágenes religiosas o de retratos de las personas fallecidas. Por lo general, estas obras no logran superar el lugar común y es raro hallar entre ellas rasgos mínimos de relieve u originalidad que justifiquen su inclusión en el presente recuento. Con menos frecuencia existen cruces en concreto, revestidas bien en piedra artificial o bien en piedra natural como mármol, caliza o granito. Son excepcionales las que subsisten realizadas enteramente en alguno de estos materiales, sin duda de mayor costo. [3]
Dentro del conjunto de cruces en hormigón vale destacar por su diseño una cruz fitomorfa (s.i., s.f.). Sus brazos laterales semejan hojas, mientras que el superior figura una flor de lis. Su tronco incorpora un nicho, cuya altura sugiere que ha sido concebido para alojar imágenes religiosas en lugar de velas.
Las cruces en hormigón de superficie texturizada tienden a imitar la corteza de los leños con los que se figura estar confeccionadas. La que preside la plataforma de la Orden de las Hermanas Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús (s.f.) constituye un ejemplo de este tipo de creaciones de factura popular. Realizada en hormigón, esta obra de pretensiones realistas representa con fidelidad los círculos de crecimiento en los leños, el levantamiento y la pérdida de pedazos de corteza e incluso los muñones de pequeñas ramas.
Son también de mención algunos esfuerzos por crear productos que muestren cierta variación en la tipología de creaciones populares que de ordinario ofrece el mercado de arte funeraria. En este sentido se señalan tres cruces en hormigón y de modesta factura. La primera (s.i., s.f.) parece inspirada en las formas de la cruz de malta (de brazos angostados hacia su intersección) y opta por una textura obtenida con incisiones que remiten a la técnica de acanalado y con añadidos de hormigón en forma de "V", cuya distribución sigue un patrón; al centro ostenta un corazón igualmente texturado. La segunda (s.i., s.f.) es una cruz de Trinidad con un rostro en altorrelieve de la Virgen o de alguna santa, sin atributo alguno que permita su identificación. En la tercera (Petra D'Arecio, 17-07-1968?), la forma de cruz radiada y con brazos rematados en flor de lis ha sido obtenida por moldeado. Aunque tosco, el resultado es una obra equilibrada y con cierto encanto.
Entre las cruces revestidas, es representativa la cruz del Calvario que se ubica a la cabecera de la tumba de Elizabeth Eleonore, fallecida en 1950. Se trata de una obra en concreto revestida en granito, contundente en su forma, y sobre todo en sus equilibradas proporciones, precisamente remarcadas por su reducido tamaño (
Es de destacar igualmente otra cruz (s.i., s.f.), también en concreto pero revestida con placas de mármol veteado en gris, cuyas grandes dimensiones (2.50 m. x 1.50 m. x 0.30 m.) parecen responder a las exigencias compositivas de la plataforma de seis lotes y de 10 m. de largo x 4m. de ancho, en la cual funge de cabecera.
La segunda cruz (s.i., s.f.) consiste en cuatro cilindros unidos a un cubo central. Las uniones de los cilindros al cubo, ostentosamente visibles, le otorgan un aspecto descuidado, y con ello cierto tono dramático. Existe una variante de este diseño (s.i., s.f.) en la que los cilindros son sustituidos por ortoedros (volúmenes obtenidos a partir de la figura rectangular).
La tercera preside la tumba de Matilde Carboza, fallecida el 04-07-1929 (?). Es propiamente una cruz de calvario conformada por dos piezas en mármol sin pulir y esculpidas de manera basta obteniéndose de ese modo una impresión de escamado (en la actualidad la cruz yace desprendida sobre la pieza que figura el calvario).
La cuarta cruz (s.i., s.f.) está elaborada también en mármol y remite al estilo art nouveau. Consiste en una pieza esculpida que representa un ramo de azucenas sujeto a la cruz mediante una cinta enlazada. Se trata de una obra de buena factura y con mutilaciones irreversibles. Su singularidad hace no obstante de este fragmento una pieza de interés en el contexto del cementerio maracayero.
La cruz
identificada con las siglas P. I. C. (s.f.), es representativa de aquéllas que
sobresalen por su monumental emplazamiento. Es de 1,50 m . de altura, está elaborada en
hormigón armado y moldeado, y corona un cipo escalonado de 2,50 m . de alzado. El
resultado es un monumento que sirve de referencia geográfica en el sector del
cementerio donde se encuentra.
Vale hacer mención de dos cruces más del mismo carácter. La primera, confeccionada en mármol, se encuentra añadida al monolito de 15 m. de altura que preside el Panteón del Aviador Caído (1967) y que por lo mismo también ejerce un papel referencial. La segunda se encuentra en la plataforma de la familia Niño Monro (1958), construida por la firma F. Roversi M. Esta cruz, también en mármol, tiene 1.90 m. de altura y se encuentra adosada a una pared monolítica de 2.20m. x 1.50 m. x 0.40 m., revestida con placas de caliza, hecho que le brinda protagonismo dentro del conjunto compositivo del referido monumento funerario.
Un grupo de cruces de clara factura popular constituyen una buena muestra de la afirmación de Borges (2005) acerca de que el arte popular es fácilmente asimilado por el grupo social en cuyo seno se desarrolla, el cual no solo lo autentifica y lo avala, sino que además llega a involucrarse con su participación directa en el proceso creativo.
El primer ejemplo es una placa moldeada en hormigón e intervenida con pintura blanca, que parece figurar un ángel portando una cruz y que reposa sobre la tumba de Carlos Ramón Noguera, fallecido el 05-07-1976. El segundo es un trío de cruces (s.i., s.f.) elaboradas hormigón y piedra picada, y que aluden sin duda al episodio de la crucifixión de Jesús entre dos malhechores (San Marcos 15:27-28). El tercero y último es una cruz del calvario pintada al modo ingenuo sobre una lápida revestida en caliza.
Solo una cruz en madera fue observada durante el estudio de este cementerio, hecho que lo distingue al menos del cementerio municipal de Coro, donde es posible hallarlas en mayor cantidad y variedad, y también más elaboradas. La misma juega un rol complementario en la tumba de Coletta Zopito, fallecida 1965, y consiste en dos simples listones unidos mediante clavos, donde han sido fijadas sendas estampas del Sagrado Corazón y de la Virgen del Carmen. Su interés reside en su carácter único en el contexto de La Primavera. [4]
No faltan en este cementerio los intentos de garantizar al ser querido una continua ofrenda floral con la provisión de pequeños jardines naturales sobre el cuerpo principal del monumento. De hecho, este sería el uso esperable en los numerosos monumentos del tipo sardinel [5] presentes en La Primavera. Lamentablemente, en su gran mayoría tales monumentos se encuentran hoy revestidos con hormigón ante la dificultad de mantenimiento dada la progresiva disminución del número y frecuencia de visitantes, bien por causa de la inseguridad o bien debido a los cambios culturales respecto de las costumbres funerarias. En todo caso, interesa aquí destacar la subsistencia de monumentos con jardincillos en forma de cruz, algunos de los cuales cumplen todavía su misión, por empeño -o más bien por terquedad- de los deudos (s.i., s.f. y Francisca González, 09-11-1946, respectivamente).
NOTAS
[1] Se utiliza aquí el término ajuste en su acepción de "apretar una cosa de suerte que sus varias partes casen o vengan justo con una cosa o entre sí" (DRAE). En relación a la herrería de forjado, el ajuste se realiza mediante el uso de elementos de unión también metálicos como tornillos, tuercas y pernos, así como cintas y filamentos a modo de abrazaderas.
[2] La soldadura consiste en unir las diversas piezas que conforman una obra de herrería por medio de la fusión metálica por calor o de la aportación de otro metal de enlace, o bien por la combinación de ambos efectos (Landa, 2011).
[3] Un anuncio comercial en Internet, consultado el 03 de enero de 2010, mostraba los siguientes precios para lápidas en mármol: color blanco carrara Bsf. 600 - Tamaño: 35 x 50 cm; Libro- Bsf. 700 - Tamaño: 30 x 40 cm; 2 Bsf. por cada letra o numero/ 200 Bsf. por dibujo. Disponible: (http://www.elnegocioredondo.com.ve).
[3] Un anuncio comercial en Internet, consultado el 03 de enero de 2010, mostraba los siguientes precios para lápidas en mármol: color blanco carrara Bsf. 600 - Tamaño: 35 x 50 cm; Libro- Bsf. 700 - Tamaño: 30 x 40 cm; 2 Bsf. por cada letra o numero/ 200 Bsf. por dibujo. Disponible: (http://www.elnegocioredondo.com.ve).
[4] En recorridos posteriores a la realización de este estudio, se ha corroborado la presencia en La Primavera de al menos una cruz más de este tipo (Zopito Grosso, 01-08-1970), confeccionada en madera y trabajada con sencillo calado. Este hecho no afecta sin embargo el carácter singular en el cementerio maracayero de cruces elaboradas en dicho material.
[5] Sardinel: consiste en un murete (borde bajo), aparente (es decir, claramente visible) o aplanado, que delimita el lote y que en su centro contiene tierra desnuda, o cubierta de grama o de cualquier otro tipo de planta (Herrera Moreno, 2005).
FUENTES
Borges, M. E. (2005). Expresiones de cuño popular en cementerios brasileños [Artículo en línea]. Disponible: http://artefunerariabrasil.com.br/admin/upload/artigos/expressiones%20de%20cuno%20popular.pdf [Consulta: 2009, Octubre 22].
Hernández, P. (2010). Hacia la puesta en valor del cementerio La Primavera de Maracay (estado Aragua): Aportes desde una perspectiva museológica. Trabajo presentado como requisito parcial para optar al grado de Magister en Museología. Santa Ana de Coro: Universidad Nacional Experimental "Francisco de Miranda".
Herrera Moreno, E. (2005). Tipología arquitectónica de los monumentos funerarios del Panteón francés de La Piedad de la ciudad de México. Apuntes [Revista en línea], 18(1-2), 106-117. Disponible: http://revistas.javeriana.edu.co/sitio/apuntes/sccs/tabla_contenido.php?id_revista=30 [Consulta: 2009, Octubre 09].
Landa, C. (2011). Manual de prácticas de soldadura por arco eléctrico manual (TIG, MIG, SMAW). Trabajo teórico práctico para obtener el título de Ingeniero Electricista. Xalapa (México): Universidad Veracruzana. Disponible: http://cdigital.uv.mx/bitstream/123456789/32944/1/landasalas.pdf
Real Academia Española. (1956). Diccionario de la Real Academia Española [DRAE]. Madrid: Autor.
ACTUALIZACIÓN INFORMATIVA
Cementerio de Los Extranjeros: Un vistazo a la historia en siglos XIX y XX. (2015, Julio 30). El Universal [Versión digital]; Caracas (Venezuela). Disponible: http://www.eluniversal.com/noticias/caracas/cementerio-los-extranjeros-vistazo-historia-siglos-xix_30259
Si no fuese por tu descripción tan detallada no reparara en esas obras de arte. Por cierto el domingo pasado salió un artículo acerca de un estudio antropológico en el cementerio de los Extranjeros en La Guaira. Donde se veían esculturas hechas por artistas famosos pero el común de los mortales (como yo) no se da cuenta de esa obra de arte. Pero gracias a Dios hay gente como esos antropólogos y arqueólogos o tú mismo al escribir para nosotros, que nos abren los ojos a lo que en realidad debemos descubrir
ResponderEliminarAsí es, Alí. Todavía es raro en nuestro país encontrar gente que dedique atención a los cementerios, pero poco a poco aparece un estudio por aquí y otro por allá, siempre interesantes desde cualquier perspectiva. En mi caso, lo primero que absorbió mi interés fueron las obras de valor artístico evidente, las cuales, de paso, no son tan comunes en La Primavera: algunas esculturas y fotografías, ciertas rejas, unas cuantas lápidas... En ese contexto, mi primera impresión fue bastante general e imprecisa. Solo cuando decidí llevar a cabo mi tesis de maestría, comencé a hilar cada vez más fino y a descubrir significación también en lo más ordinario: la cruz en el cementerio maracayero es precisamente un buen ejemplo de lo que digo.
ResponderEliminarGracias por tu participación y comentario. Y, a propósito, me gustaría leer ese artículo que mencionas. ¿Dónde apareció?
Qué curioso estás últimas, jamás había visto con ese mini jardín saliendo de la cruz.
ResponderEliminarSaludos
Sí, Claudia. El tipo de monumento funerario con sardinel es el que me gusta más porque permite "vivificar" los espacios donde reposan nuestros seres queridos. Nada comparable al manto fresco y verde en lugar de una fría losa, a veces salpicado de color como en el caso que señalas. Mantener dicho manto requiere agua frecuente y visitas regulares, aquí de difícil cumplimiento por algunas de las razones expuestas en el texto; pero en otros cementerios, como el de Chacarita en Buenos Aires, he podido apreciar verdaderas linduras.
ResponderEliminarbuenas tardes, Sr. Pedro Hernandez, actualmente estoy desarrollando mi trabajo de grado para el área de la arquitectura y donde estoy proponiendo la intervención y recuperación de los espacios del cementerio la primavera para reintegrarlo nuevamente a la ciudad de maracay. Ya no como sitio de inhumación claro pero si darle una nueva cara y una nueva oportunidad a los familiares de visitar a sus difuntos en un ambiente que no sea desolado, inseguro e insalubre ademas de enseñar al pueblo aragueño el patrimonio artístico, histórico y cultural que se esta perdiendo ya muchos ni siquiera saben de tan solo su existencia. He leído poco de sus trabajo en este blog y realmente el nivel de detalle es increíble si pudiera proporcionarme mas información de este Cementerio que pudiera contribuir con mi trabajo de grado estaré enormemente agradecido y estoy dispuesto a reunirme y charlar con usted de ser posible. mi correo es el siguiente arq.jesuscarrillo@gmail.com
ResponderEliminarHola, Jesús. Gracias por tu participación y tu comentario. Te haré llegar por tu correo-e una copia de mi tesis. Allí encontrarás datos característicos y bibliográficos que tal vez puedan servir de apoyo para tu trabajo de grado. ¡Ojalá!
EliminarExcelente de verdad que estaré enormemente agradecido, espero poder contar con usted en la medida de lo posible para el desarrollo de este proyecto y que no solo se quede en la mesa, si no, a que se materialice. Su punto de vista como Museólogo seria de gran ayuda para lograr desarrollar una propuesta bien interesante al igual que me gustaría conseguir el apoyo de IPC e incluso lograr establecer por fin en Maracay una sede para este instituto.
EliminarYO PIENSO PONER UN TALLER DE HERRERIA Y TODO ESTO SIRVE DE BASE PARA IDEAS CREATIVAS, GRACIAS
ResponderEliminarSALUDOS