viernes, 11 de noviembre de 2011

El 11.11.11 en un pequeño parque municipal






Desde hace varios meses ya había estado circulando por correo electrónico un texto que nos asombraba con los sorprendentes resultados de operaciones matemáticas con base al número 111111, número que la cultura popular ha hecho coincidir con la fecha de hoy, 11 de noviembre de 2011. El resultado que más ha calado es 12345654321, compleja cifra que es igual leída de izquierda a derecha que de derecha a izquierda -conocida como capicúa (DRAE)-, obtenida de multiplicar por sí mismo 111111, otra capícúa, pero de acusada simplicidad.  

11-11-11 es además la última fecha binaria del siglo XXI, y la humanidad –que no nosotros- habrá de esperar a 2100 para que una fecha de igual carácter se repita: 01-01-00.

Pero curiosidades aparte, el número 111111 posee alta significación en la numerología, y por tanto en la simbología, y por tanto en las creencias y prácticas mágico-religiosas de los pueblos, cuyo conjunto, en su vasta diversidad, forma por cierto parte del patrimonio inmaterial de la humanidad.

Dentro de ese contexto mágico religioso, la entrada a la era de Acuario que nos ha tocado vivir abre para nosotros la oportunidad de cultivarnos y fortalecernos interiormente, con una libertad y multiplicidad de opciones como nunca antes había sido posible. Estos años iniciales de los miles que habrá de recorrer esta nueva era corresponden a una época de transición, durante la cual tiene lugar una desavenencia entre la materia y el espíritu, que habrán de reencontrarse a la luz del nuevo signo. Por lo pronto, el ser humano lucha por liberarse del dominio del pensamiento lógico y del individualismo; por la vuelta a una relación de respeto a la naturaleza y al prójimo mismo, en momentos en que la estabilidad del mundo como un todo parece estar a punto de trasponer la línea del no regreso. Y en esa lucha están vivas en nosotros las dudas, las contradicciones, los anhelos, todo mezclado en la cotidianidad de nuestras vidas.

En tal sentido hoy es una fecha de ópticas y posturas diferentes, y también de acciones consecuentes, ninguna por lo pronto menos razonable que las otras: junto a la fe en el logro conjunto y pacífico de un mundo más elevado, cabalgan el descrédito, el cálculo y las pasiones tan de todos los días en este nuestro mundo de ahora.

Dos artículos sobre la fecha que nos ocupa ilustran lo anteriormente expresado:

(1) "Llega el 111111, la fecha capicúa y misteriosa" (El Colombiano, Colombia):

http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/L/llega_el_111111_la_fecha_capicua_y_misteriosa/llega_el_111111_la_fecha_capicua_y_misteriosa.asp


(2) "El 11 del 11, hace cien años, EU vivió caos" (El Universal, México).

http://www.eluniversal.com.mx/notas/808003.html


Soy de los que aspiran la posibilidad de un mundo más elevado -con todo lo que el adjetivo implica-, que habrá de lograrse con la activa participación de todos (o por lo menos de una masa crítica). Por tanto he acudido al llamado de quienes en todo el mundo se han reunido para conformar, el 11-11-11, a las once horas, once minutos y once segundos, una fuerza espiritual y energética dedicada a la PAZ –con todo lo que el sustantivo implica.

Mi contribución a esta fuerza ha sido mediante la meditación, práctica que no había ejercido en años, y que hoy he decidido retomar.

El sitio escogido fue el parque Gerardo Yépez Tamayo, en El Limón, que a diario recorro, temprano en la mañana y al igual que muchas otras personas, para mantenerme “en forma”. Sentado a orillas del río –hoy canalizado-, me centré en mi respiración y dejé correr mis pensamientos sin aferrarme a ninguno (labor que se me hace extremadamente difícil).





Once minutos antes del momento cumbre inicié la meditación; cuarenta y cinco minutos más tarde la di por culminada. Había olvidado las bondades de esta práctica: el rumor del agua y el canto de las aves opacaron el ruido del tráfico; el paso de la brisa fresca ahuyentó el calor y los mosquitos; las preocupaciones del día dieron paso al sosiego. Me costó salir de ese estado, sin duda placentero.

Camino de vuelta a casa, y algo más centrado que de costumbre, he visto con otros ojos este parque que, sumido en mis pensamientos, uso con tanta frecuencia: a pesar de su aspecto abandonado y a ratos salvaje, es un espacio abierto y hermoso, y lleno de vida en horas apropiadas. Al momento de mi regreso, un grupo de niños uniformados y correlones disfrutaba con sus padres un escolar “compartir en familia”; una banda de adolescentes ensayaba una melodía, usada como pretexto para dar rienda suelta al tam- tam de los tambores y a los complicados pasos de baile de la muchachada; y más allá, personas de edades diversas se encontraban reunidas en esta fecha especial bajo el lema “Venezuela presente por la paz”.










En 2006 este sitio fue incluido en el Registro General del Patrimonio Cultural Venezolano. El catálogo que lo registra (IPC, 2006) lo describe del siguiente modo:

Hace algunos años este lugar era conocido como parque Los Apamates, debido al gran número de estos árboles que se encontraban en las 10 ha. de terreno del parque. Éste quedó apresado entre el pié de monte de la fila de La Cabrera, el río Tapatapa y la nueva avenida Universidad que se estaba construyendo. En 1987, a raíz del deslave conocido como la tragedia de El Limón, todo el barro y lodo que se abatió sobre el sector El Progreso fue despejado del centro poblado y depositado en este terreno que fue decretado camposanto, pues no se sabe cuántos cuerpos quedaron sepultados en él. En el año 1995 el terreno fue bautizado con su nombre actual por la alcaldía del municipio Mario Briceño Iragorry, en honor a su primer alcalde, el reconocido ambientalista y ecólogo profesor Gerardo Yépez Tamayo. (31)


Actualmente está en vías de conformarse la Asociación de Amigos del Parque Municipal Gerardo Yépez Tamayo, orientada a mejorar sus áreas verdes y su infraestructura.





FUENTE:

Instituto del Patrimonio Cultural-IPC. (2006). Municipios Mario Briceño Iragorry y Ocumare de La Costa de Oro, Estado Aragua. Caracas: IPC. Catálogo del Patrimonio Cultural Venezolano. Región Centro-Oriente: AR 08-18.


ACTUALIZACIÓN INFORMATIVA

Parques Santos Michelena y Codazzi reabrirán el primer semestre de 2017. (2016, Diciembre 13). El Aragüeño [Versión digital]. Disponible: http://elaragueno.com.ve/region/parque-santos-michelena-y-codazzi-reabriran-el-primer-semestre-de-2017/

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