Vista oeste-este de la avenida Miranda, entre el callejón Girardot y la calle Soublette. En primer plano a la izquierda se observa parte de la fachada sur del antiguo Cuartel Nacional; más allá se divisa la arquería del pórtico sur de la sede de los museos de Antropología y de Historia del estado Aragua (ambos inmuebles son monumentos históricos nacionales, en paciente espera de su necesaria recuperación). Foto de Prensa Alcaldía de Girardot (op. cit.).
Según señala la referida nota informativa este despeje es producto del plan de recuperación de espacios públicos que viene adelantando la Alcaldía de Girardot conjuntamente con el Gobierno de Aragua, así como de las políticas de inclusión social adelantadas por el alcalde Pedro Bastidas, materializadas con la reubicación por sorteo de los trabajadores informales en los mercados populares y en el Edificio de la Economía Social, construidos y/o rehabilitados en diversos sitios del centro de la ciudad por la administración municipal.
La actuación sobre esta arteria vial no es cualquier cosa: aparte de su significación comercial, la misma forma parte de la estructura primigenia de la ciudad. En documentos de fines del siglo XVIII figura como Calle Segunda al Sur, y como calle de la Encarnación del Hijo de Dios hacia 1768. A principios del siglo XX detentaba el nombre de calle Ribas hasta que en 1919 la Municipalidad de Girardot dispuso su actual denominación (Botello, 2007). En sus casi seis kilómetros de recorrido, desde el Barrio Belén al este -aledaño a La Barraca- hasta la urbanización La Romana al oeste, en sus márgenes se localizan edificaciones y sitios emblemáticos o de significación histórica para la ciudad, así como de interés cultural y arquitectónico.
Panorámica de Maracay en sentido este-oeste, a la altura de la Plaza Bolívar. La vía a la derecha (norte) es la avenida Bolívar, que permite el desplazamiento vehicular en ambos sentidos; a la izquierda (sur) y paralela a ella corre hacia el oeste la avenida Miranda. Foto extraída de la Página FB Maracay Forever, y subida por N. Luces en 2008.
De los saltos de agua en el río Maracay a su paso por La Barraca, donde según nos sigue señalando Botello (op. cit.), hace ya 70 años temperaban los habitantes de la pequeña población de entonces, nada queda salvo un curso natural de aguas servidas. Pero el sector así llamado está cargado de historia urbana: a fines del siglo XIX (1886) era propiedad del general Joaquín Crespo, quien fuera en dos oportunidades presidente de la República (http://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/crespo.htm), y hacia la segunda década del siglo XX fue adquirido por el general Juan Vicente Gómez, entonces primer mandatario del país (http://www.biografiasyvidas.com/biografia/g/gomez_juan.htm).
Desde aprox. 1926 funciona en esta parte de la ciudad el hoy decadente Hotel La Barraca (el más antiguo entre los hoteles que prestan servicio en Maracay), de grata recordación juvenil por parte del escritor Arturo Uslar Pietri (http://www.biografiasyvidas.com/biografia/u/uslar.htm). En este establecimiento llegaron a hospedarse personajes significativos del acontecer nacional como Isaías Medina Angarita (http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/medina_angarita.htm) y Marcos Pérez Jiménez (http://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/perez_jimenez.htm), a quienes, en sus respectivos momentos y circunstancias, también tocó regir el destino de la Nación. Su habitación número 20 lleva la impronta de la conspiración política: de Pérez Jiménez contra Rómulo Gallegos (http://www.biografiasyvidas.com/biografia/g/gallegos.htm) y de Godofredo González contra Pérez Jiménez ((http://www.el-nacional.com/aniversario-72/Godofredo-Gonzalez_0_676132509.html).
En la imagen superior, aspecto del Hotel La Barraca hacia las décadas de 1940-1950 (foto extraída de la Página FB Maracay: Solo su pasado histórico, y subida por G. Valero en 2014). La imagen inferior muestra la galería de acceso a las habitaciones del hotel, con su piso original de mosaicos de cemento pigmentado producidos en una fábrica que precedió al hotel en el mismo sitio (foto extraída de IPC, 2006).
Almorzaron asimismo en el hotel La Barraca los diestros taurinos Manuel Rodríguez Sánchez Manolete (http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/manolete.htm) y Carlos Arruza (http://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/arruza.htm) en ocasión de su célebre mano a mano celebrado el 12 de mayo de 1946 (Ferimar 2002) en el coso calicantino que desde 1971 ostenta el nombre de César Girón, destacado torero venezolano e iniciador de una significativa dinastía de la tauromaquia americana (http://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/8932/Cesar%20Giron%20Diaz).
En su trayecto hacia el oeste de la ciudad, la avenida Miranda atraviesa el barrio San Agustín, desarrollado espontáneamente sobre tierras de la antigua hacienda Piñonal, tiempo atrás dedicadas al cultivo de la caña de azúcar, del café y del cacao, así como a la actividad pecuaria, y que fueran propiedad de Santiago de Michelena y Unsaín, padre de Santos Michelena (http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/michelena_santos.htm), a fines del siglo XVIII; de Luis López Méndez a principios del siglo XIX (http://www.biografiasyvidas.com/biografia/l/lopez_mendez.htm), de descendientes de José Antonio Páez (http://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/paez.htm) a mediados del mismo siglo, y de Juan Vicente Gómez a principios del siglo XX. En tiempos de López Méndez, la casa de hacienda sirvió en 1812 de sitio de reunión de conspiradores contra la corona española, entre ellos Francisco de Miranda (http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/miranda.htm), y tal vez el propio Simón Bolívar (Botello, op. cit.).
En este barrio se impone desde 1999 la figura de la Torre Sindoni, el edificio más alto de la ciudad y cuyo proyecto fue premiado en la segunda edición del Salón Malaussena de Arquitectura y Urbanismo (Venezuela). La altura desproporcionada de este inmueble respecto de su entorno rompe con la relativa homogeneidad del paisaje urbano, a lo cual contribuye también su diseño, que le permite mostrar un perfil y un carácter diferentes según el ángulo desde donde se mire.
La Torre Sindoni captada desde distintos puntos de la ciudad (la foto superior es de Ricardo Rattia y extraída de la página FB Maracay: Solo su pasado histórico; las tres inferiores fueron extraídas de la Página FB Maracay Forever).
El segmento más sosegado y agradable del trayecto de la avenida Miranda hacia el extremo occidental de Maracay es el que corresponde a la margen sur de la Plaza Bolívar, rehabilitada el pasado año (ver entrada a este blog del 15 de febrero de 2015). Recientemente convertido en bulevar, este segmento, despejado y verde, y a la vera del antiguo Hotel Jardín, ha sido bautizado recientemente con el nombre de Carlos Escarrá (https://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Escarr%C3%A1) y se encuentra hoy en proceso de ampliación para incorporar en su trazado el Teatro de la Ópera de Maracay (TOM), próximo a su reinauguración.
Imagen superior: vista este-oeste del Bulevar Carlos Escarrá en su recorrido al costado sur de la Plaza Bolívar y a lo largo de la fachada del antiguo Hotel Jardín (foto de PGHS, 11 de enero de 2015). Segunda imagen: vista oeste-este de los trabajos de ampliación del bulevar (foto de PGHS, 04 de julio de 2015). En primer plano, a la derecha, se observa parte de la fachada principal del Teatro de la Ópera de Maracay (TOM), en proceso de rehabilitación, y a la izquierda, parte de la volumétrica fachada sur, estilo deco (tercera imagen; foto de PGHS, 23 de agosto de 2009), de la edificación que complementa la antigua Policlínica Maracay (imagen inferior en B/N; foto extraída de la página FB "Maracay: Solo su pasado histórico y subida por G. Valero), también conocida como Hospital Civil de Maracay (hoy Ambulatorio Doctor Efraín Abad Armas) y obra del arquitecto Carlos Guinand Sandoz (https://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Guinand_Sandoz), inaugurada el 19 de diciembre de 1930 como parte del conjunto arquitectónico Plaza Bolívar de Maracay . Las fachadas del conjunto hospitalario serán objeto de "retoque" para la próxima reinauguración del TOM, tal como se hiciera en su momento con el antiguo Hotel Jardín para la reapertura de la Plaza Bolívar, a fines de 2014.
Una cuadra después de este punto, a la altura de la esquina Gran Vía, la avenida Miranda se adentra en el tráfago cotidiano del centro de la ciudad. Excepto si acaso durante los domingos (y hasta apenas dos semanas atrás, ni siquiera en esos días) la congestión causada por el número y la disposición caprichosa de los puestos informales, la lentitud del tráfico vehicular, el tránsito peatonal obligado a circular por la calzada y el calor sofocante dentro y fuera de los medios de transporte impedían apreciar el perfil urbano de esta vía, todavía caracterizada por el predominio de edificios de baja altura, muchos construidos entre las décadas de 1940 y 1970, los cuales aportan su sencilla pero particular propuesta estética a la significación urbana de esta arteria vial y en conjunto le brindan un aspecto agradable que podría ser potenciado con un plan de rehabilitación, aun cuando el mismo solo consistiera en la recuperación de las fachadas, tal como se ha hecho recientemente en el caso del Bulevar Pérez Almarza.
Algunos de los edificios que bordean la avenida Miranda y que muestran a los transeúntes curiosos fachadas de variado diseño y con revestimientos de caliza, mármol, granito y otras piedras naturales, mosaico, vidrio molido, ladrillo a la vista u obra limpia (La segunda foto, correspondiente al edificio Gran Vía, ha sido extraída de la Página FB Maracay Forever, y subida por S. Laya en 2009; el resto de las imágenes han sido tomadas en 2015 por PGHS).
A pocos pasos del Gran Vía, la pastelería y bombonería Suiza ofrece -incluso los fines de semana- sus dulces, diversos y siempre frescos, los más reputados de la ciudad. El disfrute de las funciones matinales en el TOM no estaba completo sin una visita a la popular dulcería para enfrentarse a la indecisión de escoger la pasta con qué acompañar un espumoso café. Es posible que esta deliciosa costumbre sea retomada con el reinicio de la programación del teatro.
Aspecto actual de La Suiza, tal como familiarmente la llama su numerosa clientela, que incluye habitantes de poblaciones vecinas. Foto de PGHS, 2015.
Detrás, se alinean hasta la calle Páez las callejuelas del barrio El Toro, primera urbanización obrera construida en Maracay por el Banco Obrero, en 1932. Aun cuando conserva rasgos significativos de su morfología original, dicha urbanización se encuentra hoy día sometida a un fuerte proceso de inadecuadas intervenciones privadas que ponen en riesgo los valores que motivaron su inclusión en 2006 en el Registro General del Patrimonio Cultural de Venezuela (IPC, op. cit., p. 65). Corresponde a la Dirección de Planificación Urbana de la Alcaldía de Girardot la regulación de estas intervenciones y su control mediante el otorgamiento condicionado de los permisos correspondientes. Para ello, la mencionada Dirección debe dejar de subestimar el carácter de guía e instrumento legal de los catálogos municipales de bienes de interés cultural elaborados por el IPC -de libre acceso a través de la Internet-, y elaborar una estrategia de salvaguarda y recuperación de espacios urbanos emblemáticos que se traduzca en planes de intervención de amplia visión, seriamente concebidos y eficaces desde el punto de vista social, económico y cultural.
En la imagen superior, una calle del barrio El Toro, apenas intervenida en 2001. En la imagen inferior, la misma calle ocho años más tarde, intervenida en forma inadecuada (fotos de PGHS, 2001 y 2009).
Ha sido precisamente la inveterada ausencia de una estrategia coherente de desarrollo urbano la causa del desvirtuado -cuando no de la destrucción- del casco histórico de Maracay, principalmente a partir de la década de 1960.
Vista aérea del centro histórico de Maracay (¿décadas de 1930-1940?). Conservaba entonces su trazado cuadriculado y sus casas con tejado, zaguán y galería abierta al patio interior, características de la arquitectura colonial y de los inicios republicanos (foto col. del Arq. Ricardo Rodríguez Boades, extraída de la Página FB Maracay Forever).
No por otro motivo, tres significativos bienes urbanos, de interés histórico o arquitectónico, desaparecieron del patrimonio construido sobre la avenida Miranda:
(a) la vieja casona donde se instaló en 1893 el Hospital de San José gracias a los esfuerzos y gestiones del padre Justo Vicente López Aveledo (http://www.agustinasrecoletas.net/jvla_biografia.html) y de la hoy Beata Madre María de San José (http://diocesisdemaracay.org.ve/portal/index.php/nuestro-obispo/articulos-de-monsenor/8-general/118-vida-y-obra-de-la-madre-maria-de-san-jose). Fue el primer centro asistencial en forma que tuvo la ciudad (Botello, op. cit.);
Casona donde funcionó el Hospital San José, en el cruce de la avenida Miranda con calle Sucre (imagen superior). El sitio se encuentra hoy ocupado por la sede del Ciclo Básico Aragua (imagen intermedia, tomada por PGHS en 2015), edificio que requiere una fuerte labor de mantenimiento, hecho que favorecería la apreciación de aspectos interesantes en su volumetría y en los detalles de sus fachadas, entre los cuales, el revestimiento con cerámica de diseño tridimensional, también utilizado, con colores diferentes, en otra edificación muy próxima (imagen inferior; foto de PGHS, 2015).
(b) la quinta Galavís, construida en 1917 y que fue residencia del general Félix Galavís, quien ocupó diversos cargos públicos durante la administración del general Juan Vicente Gómez (ídem). Señala Botello que en el inmueble también residió doña Dolores Amelia Núñez de Cáceres, con los hijos nacidos de su unión con el general Gómez, durante la construcción de su casa en la calle Santos Michelena cruce con Mariño (conocida hoy como casa de doña Dolores Amelia y afortunadamente ganada en 2006 para el patrimonio construido de la ciudad luego de una fuerte presión de la opinión pública en acción conjunta de la organización civil y la cámara municipal de Girardot). El mismo autor describe la quinta Galavís del siguiente modo: "Una casa de dos plantas, con el piso superior de madera y escalera de caracol, con ornamentaciones de yeso. Bonita construcción al estilo de las que caracterizan la urbanización El Paraíso de Caracas y que contrastaba con las vetustas residencias del centro de Maracay" (p. 212). Esta vivienda era la única obra en Maracay del ingeniero y arquitecto Alejandro Chataing (http://encontrarte.aporrea.org/145/personaje/), y se utilizó como hospital y como sede de la Unidad Sanitaria antes de ser derribada en la década de 1960;
Imagen postrera de la quinta Galavís, en el cruce de la avenida Miranda con calle Mariño (foto superior). Su derribo dio paso al que fuera edificio sede del Banco Italo-Venezolano en Maracay (foto inferior; PGHS, 2006). A pesar del descuido, el interior de la planta baja de este edificio brinda una idea de la imagen de opulencia y fortaleza económica que en otros tiempos era requisito mostrar a la clientela. Siendo aún adolescente y viviendo bastante cerca de allí, me encantaba plantarme frente a su puerta de dorado y brillante bronce para disfrutar la ceremonia cotidiana de su majestuosa apertura: automática, puntual y pausada, y desde arriba hacia abajo, hasta desaparecer en el piso solemnemente y sin rumor alguno: sin duda un intencionado y efectivo recurso comercial, fascinante al menos para ese muchacho de entonces.
y (c) la casa que perteneciera a don Alejandro González de Soto, que a fines del siglo XVIII se alzaba entre las calles Mariño y Soublette, y donde se hospedó Alejandro de Humboldt en febrero de 1800 (ibídem). Escribe Botello que en el siglo XX ..."construyó una hermosa residencia en ese sitio [hoy también desaparecida] don Antonio Pimentel, comerciante y hacendado yaracuyano, compadre doble del general Juan Vicente Gómez y amigo de toda su confianza" (p. 214).
Margen sur de la avenida Miranda entre las calles Mariño y Soublette, donde tiempo atrás estuviera ubicada la casa en la que se alojara Humboldt a principios del siglo XIX. Con excepción del edificio donde funcionara la Joyería Diana, hoy día esta margen no muestra edificaciones de interés alguno. La significación universal del sabio alemán que estuvo de visita en la ciudad y estudió sus alrededores merece al menos el rescate del sitio mediante la colocación de una placa conmemorativa por parte de la administración municipal, tal como acostumbra hacerse en numerosas ciudades del mundo (Foto PGHS, 2015).
Edificio del antiguo Cine Principal en 1983 (imagen superior; foto extraída de la Página FB Maracay: Solo su pasado histórico, y subida por R. Peñuela), y en 2015 (imagen inferior; foto de PGHS). El lamentable empobrecimiento en el estilo y la estética de su fachada es un claro ejemplo de lo que debe evitarse respecto de las intervenciones permisadas por la municipalidad.
Edificio del antiguo Cine Maracay, actualmente objeto de uso indefinido, ostenta aún los hermosos remates déco en sus fachadas (Foto extraída de IPC 2006, op. cit.).
Edificio del antiguo Cine Tropical en tres aspectos de su historia. La foto en B/N ha sido extraída del la Página FB Maracay: Sólo su pasado histórico, y subida por F. Márquez; las fotos a color fueron tomadas por PGHS en 2009 y 2015, respectivamente.
Aparte del monumental conjunto de la Plaza Bolívar, de alto valor icónico para la ciudad, y al lado de la cual corre la avenida Miranda convertida en bulevar, se alzan sobre esta vía cuatro edificaciones con declaratoria de Monumento Histórico Nacional: el antiguo Hotel Jardín (G.O.V. 35.441, Nº04, del 15-4-1994); el Teatro de la Ópera de Maracay-TOM (G.O.V. 35.441, Nº04, del 15-4-1994); el antiguo Banco Agrícola y Pecuario, hoy sede de los Museos de Antropología e Historia del estado Aragua (G.O.V. 32.024, del 11 de julio de 1980) y el antiguo Cuartel Nacional (G.O.V. 35.441, Nº04, del 15-4-1994).
El antiguo Hotel Jardín fue inaugurado en 1930 y forma parte del conjunto de la Plaza Bolívar. Es obra del arquitecto Carlos Raúl Villanueva (http://www.actualidad-24.com/2010/07/carlos-raul-villanueva-obras-disenos-y_14.html), el mismo autor de la Plaza Bolívar, y ha sufrido importantes modificaciones a lo largo de casi sesenta años de uso como sede de la Gobernación del estado Aragua. En la actualidad es objeto de un proceso de intervención poco publicitada, lo cual no deja de ser inquietante. Su fachada principal, la que da frente a la avenida Miranda, fue apenas retocada en ocasión de la reapertura de la Plaza Bolívar, el 29 de diciembre de 2014. En dicha oportunidad, el gobernador de la entidad anunció la intención de reasignarle su función hotelera. Hasta ahora no están claros los alcances de su rehabilitación para tal efecto.
Vista del antiguo Hotel Jardín (¿hacia las décadas de 1930-1940?), cuando todavía ostentaba su fachada principal original sobre la avenida Miranda (foto extraída de la Página FB Maracay: Solo su pasado histórico, y subida por G. Valero en 2014).
El Teatro de la Ópera de Maracay (TOM) fue proyectado por Luis Malaussena, conjuntamente con Carlos Guinand Sandoz, y comenzado a construir en 1934. La obra fue paralizada a principios de 1936, luego del fallecimiento del general Juan Vicente Gómez el 17 de diciembre de 1935. Permaneció inconclusa hasta 1971, cuando se da inicio al trabajo de recuperación de la abandonada estructura y de su culminación bajo la responsabilidad del arquitecto Luis Manuel Trómpiz, para ser inaugurado oficialmente el 19 de marzo de 1973. En 2011 el TOM cerró sus puertas al público para ser sometido a un controvertido proceso de restauración. Luego de establecerse las correcciones y ajustes pertinentes a dicho proceso, se anuncia su esperada reapertura en fecha próxima.
Vista del Teatro de la Ópera de Maracay en proceso de restauración y próximo a su reapertura (foto PGHS, 28-04-2015).
La actual sede de los Museos de Antropología e Historia del estado Aragua, cuya porticada fachada sur abre hacia la avenida Miranda, fue construida entre 1928 y 1931 para funcionar como sede nacional de los entonces recién creados Banco Agrícola y Pecuario y Banco Obrero. El proyecto inicial estuvo a cargo de un equipo de arquitectos franceses (J. Lambert, G. Saake y P. Bailly), quienes proponían un estilo morisco en sus fachadas. Dicha propuesta fue simplificada por Carlos Raúl Villanueva para dar preferencia al predominio de líneas neoclásicas (Moreno, 1998). Se trata de una construcción más bien discreta, pero que, gracias a la incorporación de galerías exteriores en su diseño, representa en cambio (junto con el antiguo Hotel Jardín) un excelente ejemplo de adaptación de la arquitectura moderna local a las fuertes condiciones de radiación solar y de temperatura que caracterizan el clima de Maracay. Hoy en día el edificio parece esperar en vano el cumplimiento de las erráticas promesas de su restauración.
Vista de las fachadas sur y oeste de la sede de los Museos de Antropología e Historia del estado Aragua (foto extraída de la Página FB Maracay: Solo su pasado histórico, y subida por S. Labrador en 2014).
El antiguo Cuartel Nacional, que también muestra su fachada sur sobre la avenida, fue construido entre 1778 y 1779, pero a lo largo de su historia ha sufrido severas intervenciones que hacen dudar sobre la pertinencia de su temprana data. En relación a esto, escribe Botello (1980) que "este cuartel posiblemente fue derribado y sustituido por otro que a su vez sería reemplazado por el que construyó la administración del general Crespo años más tarde y que aún su estructura se alza desafiando el tiempo y desempeñando funciones civilistas como la de Gobernación del estado durante la administración gomecista, y sede de varios institutos educacionales de secundaria" (p.50). Para colmo, el inmueble ha sido destinado a la actividad comercial, en razón de lo cual ha sido objeto de severas e inadecuadas intervenciones. De su antigua función militar da fe una garita que asoma sobre el callejón Girardot (fachada oeste), construida a fines del siglo XIX. [3]
Vistas de las fachadas oeste (sobre el callejón Girardot) -imagen superior-, y este y sur (sobre la calle Soublette y la avenida Miranda, respectivamente) -imagen inferior-, del antiguo Cuartel Nacional. El callejón Girardot, hasta hace poco ocupado por la economía informal, debería ser convertido en paso peatonal, a objeto de realzar y valorizar la visual más interesante de esta edificación, y de reivindicar de este modo el maltratado monumento (fotos extraídas de IPC 2006, op. cit.).
Merece hacer mención de una edificación más, posible de apreciar también en el trayecto de la avenida Miranda hacia el oeste de la ciudad: el Grupo Escolar República de México (fachada sur). Esta edificación forma parte del conjunto de grupos escolares proyectados por Luis Malaussena en diversas poblaciones de Venezuela, producto de un interesante y ambicioso proyecto impulsado por el gobierno del general Isaías Medina Angarita (http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/medina_angarita.htm), enfocado en una especial atención a la educación primaria, en la primera mitad de la década de 1940. La actitud ante el diseño de estos grupos escolares ha sido catalogada de académica, en virtud de la cual sus elementos compositivos (aulas, viviendas para director y directora, auditorio, comedor, servicios y patios) se organizan como un todo unitario según normas o leyes invariables, entre las cuales está la axialidad (Hernández de Lasala, 1990). Añade esta autora que la apariencia exterior fluctuaba en cambio entre el estilo neocolonial -que identificó todos los grupos del interior del país (incluyendo por tanto a este construido en Maracay)-, y el Art Déco, estilo presente en mayor o menor grado en aquellos edificados en Caracas.
Grupo Escolar República de México en Maracay: imagen superior, dibujo isométrico en sentido SE-NO (la avenida Miranda es la que corre al extremo izquierdo de la imagen); imagen intermedia, detalle de la fachada principal (fachada este, sobre la calle Vargas), e imagen inferior, vista aérea (en sentido O-E). Fotos de Nelson Garrido, extraídas de Hernández de Lasala, op. cit.
NOTAS
[1] El cine Miranda funcionó en la avenida Miranda (cruce con calle Vargas) entre 1927 y 1952, bajo la administración de Manases E. Capriles (González y Landaeta, 1998). Al respecto, señalan las autoras lo siguiente:
"Este cine era uno de los amplios en su estilo, tenía un área de construcción aproximada de dos mil metros cuadradros. En la fachada de la casa se erigían las dos taquillas, una para preferencia y la otra para galería. Estas dos áreas se encontraban divididas por una reja estilo barroco, adosadas a pequeñas columnas. La preferencia se situaba debajo de la parte techada, teniendo una capacidad para 400 personas, y el área de galería con capacidad para 500 personas. Encima del techo se encontraba ubicada la sala de proyección, a la cual se tenía acceso a través de una escalera de metal muy inclinada. Los proyeccionistas eran Arrieta y su ayudante José Varela. Las proyecciones que se solían pasar eran del cine parlante de sello hollywoodense, y también francesas, mexicanas, argentinas y otras producciones internacionales de la época. Actualmente en este terreno existen dos establecimientos comerciales" (pp. 71 y 72).
[2] Los cines Tropical y Maracay han sido incluidos en el Primer Censo del Patrimonio Cultural Venezolano, en razón de lo cual se encuentran amparados por la Providencia Administrativa 012/05 (resolución Nº 004 del 09-04-2003, publicada en la G.O.R.B.V. Nº 37 del 08-05-2003)
[3] Botello (2007, op. cit.) hace mención de este vestigio arquitectónico del siguiente modo: "A quien escribe estas notas correspondió impartir clases en un aula del liceo Valentín Espinal ubicada exactamente en el sitio donde estaba emplazada la garita, de la cual ya no quedaba escalera sino la demarcación de la estructura sobre los gruesos muros de lo que fue Cuartel Nacional hasta la década del cuarenta del siglo XX" (p.147). En la misma página de su obra, Botello se refiere al callejón Girardot como una curiosidad en la topografía maracayera, ya que rompe el trazado colonial de cuadras de 100 metros y manzanas perfectamente delimitadas como consecuencia de una resolución del Ministerio de Guerra y Marina (20 de diciembre de 1893), el cual dispuso el desalojo y derribo de las casas adyacentes al cuartel en procura de su aislamiento con fines de seguridad.
FUENTES
Avenida Miranda de Maracay despejada de trabajadores informales. (2015, Agosto 31). El Aragüeño. Disponible: http://elaragueno.com.ve/avenida-miranda-de-maracay-despejada-de-trabajadores-informales/
Botello, O. (1980). Maracay: Noticias del viejo valle. Maracay: Publicaciones del Concejo Municipal del Distrito Girardot.
Botello, O. (2007). Toponimia antigua de Maracay: Calles, plazas, esquinas, casas, sitios. Maracay: Publicaciones del Concejo Municipal de Girardot.
FERIMAR- Ferias y fiestas de Maracay. (2002). Plaza de Toros César Girón Maestranza de Maracay: 70 años (1933-2003). Maracay; Alcaldía del Municipio Girardot.
González, P. y Landaeta, B. (1998). El espectáculo cinematográfico en la ciudad de Maracay: 1927-1935. Trabajo de Grado presentado para optar al título de Licenciado en Artes Mención Cine (Julio de 1988). Caracas: Universidad Central de Venezuela
Hernández de Lasala, S. (1990). Malaussena: Arquitectura académica en la Venezuela moderna. Caracas: Fundación Pampero.
Instituto del Patrimonio Cultural-IPC. (2006). Municipios Girardot y Francisco Linares Alcántara, estado Aragua: Catálogo del Patrimonio Cultural Venezolano. Región Centro Oriente: AR 03-17. Caracas: IPC.
Moreno, J. (1998). Monumentos Históricos Nacionales. Caracas: Instituto del Patrimonio Cultural. Serie Inventarios. Monumentos Históricos Nacionales, 1.
Qué interesante ver esas fotos del pasado y presente, qué gran trabajo, Pedro,l a verdad, y cuántas memorias me despiertas, yo viví gran parte de mi infancia en la avenida Miranda Este...
ResponderEliminarSaludos
¡Una razón más para justificar mi particular afecto por esta avenida, Claudia! A mi modo de ver, esta es una de las vías más activas, diversas e interesantes de la ciudad. Su rehabilitación integral y orgánica debería ser objetivo prioritario dentro de las políticas municipal y regional de "convertir Maracay en una ciudad vanguardista". También deberían ser consideradas seriamente en este sentido las calles Santos Michelena, Vargas, Boyacá y Páez -vamos, el cinturón comercial tradicional-, y la calle Ricaurte, cuya intervención apropiada favorecería la conexión norte-sur de la ciudad... Cosas que se sueñan, Sancho...
ResponderEliminarEstás haciendo un trabajo de calidad y muy cuidadoso ¡Te felicito! Son muchas las cosas que desconocía de Maracay y que al revisar tu blog me entero. Eso de Manolete está buenísimo. Y la marquesina del cine anunciando la película SOBREVIVIENDO está muy adecuada a lo poco que se ha salvado y restaurado de nuestra Maracay
ResponderEliminarEl esfuerzo vale la pena cuando se recibe comentarios como el tuyo, Alí, ¡muchas gracias! Intento siempre dar una visión de conjunto a fin de que el lector tenga oportunidad de captar la significación del bien, del sitio o del tema abordados, por modestos que estos puedan ser. ¡Qué bueno que a veces lo logro!
ResponderEliminarSaludos! Ojalà este blog recibiera un mayor respaldo. Como maracayero y amante de la historia citadina me identifico con el contenido. Mis felicitaciones a los responsables, colaboradores y seguidores. A la orden en 92.9 MAX F.M., Valencia. (0241) 858 32 06. Wilmer Rafael Hernández.
ResponderEliminar