lunes, 16 de abril de 2012

Maracay en abril


"Hoy, UCV. ¡ESPECTÁCULO DE APAMATES!, ¡Imperdible!"


Este mensaje ha llegado hoy a mi celular... Lo envía una amiga, siempre entusiasta de lo que a diario nos obsequia la naturaleza. Y sé que no soy el único en recibirlo, pues le gusta compartir ese entusiasmo suyo entre el gran número de personas que forman parte de sus afectos.

Para ella, y para aquellos que alguna vez estudiamos en el campus Maracay de la Universidad Central de Venezuela (UCV), el disfrute de esta escena anual es casi una tradición: la tierra de nadie (área arbolada que separa las facultades de Agronomía y Veterinaria) se pinta por estos días del rosado y del blanco de las plantas de apamate, una de las diversas especies vegetales que en Venezuela florecen en época de sequía, particularmente en abril, último mes de verano. El espectáculo de este regalo a la vista y el espíritu es fugaz, ya que entre el ramaje desnudo de hojas y el ramaje despojado de flores media no más de una semana.

Ejemplar de apamate, a las afueras del campus Maracay de la Universsidad Central de Venezuela (UCV). Foto P.H., 2012.


En honor a la verdad, la pureza de este espectáculo se ha perdido en el transcurso del tiempo, debido a que han sido introducidas especies menos espléndidas, por una parte, y por otra, a que los chubascos importunos provocados por el cambio climático llegan a alterar la cabal defoliación, previa al florecimiento.

Conjunto de apamates florecidos en la avenida de acceso al campus Maracay de la UCV. Foto P.H., 2012.


Cierta confusión informativa -tal vez intencionada-, generada del desarrollo en 1930 de un significativo proyecto urbanístico (Plaza Bolívar y sus alrededores), otorgó por muchos años a Maracay el calificativo “Ciudad Jardín de Venezuela”. Y razones no faltaban: hasta hace pocas décadas, daba gusto recorrer por esta época del año cualquier punto del trazado urbano, para encontrarse con calles, plazas y extensas áreas sombreadas de un verde tupido, o florecidas de apamates, araguaneyes, gallitos, majomos, samanes o flor de la reina, y que invitaban -más bien obligaban-  a un momento de deleitosa contemplación.

Vista general de La Placera, en la zona este de Maracay, lugar que mantiene intacta, quién sabe hasta cuándo, la visión idílica de este centro poblado como "Ciudad Jardín de Venezuela".


La flor del samán, el árbol emblemático del estado Aragua.


La sustitución de casas por edificios multifamiliares ha dejado de lado el amor por el cultivo y mantenimiento de los jardines y las aceras frontales. La ampliación de las calles y avenidas para el creciente tráfico vehicular se realiza hoy a costa de las vías peatonales y las islas arboladas. Apenas aquí y allá permanecen, no pocas veces a disgusto de algunos, árboles maltratados y enfermos que, no obstante, nos otorgan todavía -y en abril sobre todo- lo que naturalmente saben dar: la hermosura de su floración.

Un magnífico ejemplar de "flor de la reina", obstinado en sobreponerse -a fuerza de color- a la indolencia ciudadana.


Acaso en uno de estos sobresaltos visuales con que aún nos sorprende la ciudad, algún gobernante inteligente y sensible decida rescatar el calificativo de “Ciudad Jardín” mediante un plan bien estructurado de reforestación de espacios urbanos con especies adecuadas de este tipo, que incluya calles, plazas y parques, y cuyos resultados puedan resumirse en una sola exclamación, viva y vibrante cada mes de abril, en cada habitante de Maracay: ¡¿Quién ha dicho almendros en flor?!


El araguaney en flor privilegia por unos días el parque Santos Michelena y esgrime su mejor argumento para reafirmar su declaratoria como Árbol Nacional de Venezuela. Foto Andrés Alfredo Milano, 2012.



lunes, 9 de abril de 2012

La primera Bendición del Mar en Cata y Ocumare de la Costa



Fotos de Luís Sánchez (El Siglo, 2012).


Leo en el periódico regional El Siglo que el día de ayer, Domingo de Resurrección, se realizó por primera vez la Bendición del Mar en las playas de Cata y Ocumare de La Costa, estado Aragua (Ortega, 2012). Unos sesenta lancheros habrían participado con sus botes en esta manifestación propia de la Semana Santa -donde se agradece la riqueza de los recursos naturales y se bendice el mar como fuente de alimento-, con asistencia de un nutrido grupo de vacacionistas.


A pocos kilómetros de estas playas, en la vecina población de Puerto Cabello (estado Carabobo), el mismo evento se celebraba de manera especial (pues este año cumplió ciento cincuenta años de vida), con la presencia de unas doce mil personas de todo el país (Boyer, 2012), demostrando que se trata de una tradición local arraigada en los católicos venezolanos.

La nota de prensa de Ortega parece incluir el evento aragüeño como una opción más entre la amplia oferta de actividades que el Estado brinda como incentivo al turismo interno, el cual, según las cifras oficiales, ha venido en aumento de año en año.

Por lo pronto, manifiesto mi reconocimiento a esta iniciativa y mis sinceros votos por su continuidad en el tiempo, pues de algún modo contribuye a que no se pierda el verdadero sentido de la Semana Santa: conmemorar y reflexionar sobre los últimos días de Jesús y sobre el significado y trascendencia de su muerte y resurrección (según la fe cristiana), particularmente en estos tiempos que corren, cuando pareciera que la ética, la justicia y la solidaridad en el mundo son valores en franco proceso de extinción.



FUENTES:

Boyer, M. (2012, Abril 9). Más de 12 mil feligreses celebraron la bendición del mar en Puerto Cabello. El Siglo: Maracay. p. B16.

Ortega, R. (2012, Abril 9). Por primera vez se llevó a cabo Bendición del Mar en Ocumare. El Siglo: Maracay. p. D-25

viernes, 23 de marzo de 2012

DEL ÁLBUM FAMILIAR AL LIBRO DE LA INTIMIDAD


                                     A Isabelita y Francisco, por siempre en mi memoria





De izq. a der.: Primera Fila, sentados: general Toribio M. (padre de Ana Isabel) y un amigo del general. Segunda Fila: Toribio M. hijo (padre de los M. G.) y Eugenio M. (murió joven).


“Recuerda Pedrito H.A. que cuando contaba con unos siete años de edad (1924), conoció en Guasipati a dos o tres señoras centenarias, familiares de la “tía Petra”, esposa del general Toribio M. Una de ellas tenía entonces 113 años de edad, y se decía que había bailado en Upata con Simón Bolívar cuando era apenas una niña. Pedrito agrega que la “tía Petra” murió de 106 años, y que su nieto Federico M. G. cuidó de ella hasta el fin de sus días” (Hernández, 2008, s.n/p)



Familia M.G.: De izq. a derecha. 3ra. Fila, de pie: Eugenio M. G., Margot G. de M., Toribio M. hijo y Margot M. G. 2da. Fila, sentados: Petra, Petrica (hija de Federico M. G., el único de la familia que no aparece en la foto), Toribio M.G. 1ra. fila, sentadas: María Teresa M.G. y Luisa Helena M.G.



¿La fotografía como soporte de la historia que se relata, o la historia como complemento de la fotografía que se muestra? Este dilema se presentará a todo aquél que asuma la empresa de construir el árbol de la familia a la cual pertenece, y más aún si quien lo construye sucumbe a la tentación de caracterizar y contar la vida de los personajes, ya distantes en el tiempo, de cuya unión fueron surgiendo otros y otros y otros, cada vez más cercanos y conocidos.

En el inicio de esta aventura, ¿qué ha sido primero?, ¿el álbum familiar que hemos contemplado desde niños, o las historias y anécdotas que desde siempre hemos oído de nuestros mayores? Es cierto que este tema de la primicia alimenta diversidad de análisis especializados, de gran interés para comprender la dinámica de la creación del conocimiento. Pero también es importante no desestimar el hecho de que las fuentes orales y visuales contenidas en la memoria de los miembros de la familia y en el conjunto no siempre organizado de fotos que guarda la abuela, constituyen documentos únicos e insustituibles para sentar las bases de nuestra identidad como integrantes de un colectivo específico y reducido, identificado por lo general con un par de apellidos.

Sucede sin embargo que dicho colectivo forma parte e interactúa en una sociedad determinada, gracias a lo cual su propia historia se enriquece y enriquece la de otros. Sus fuentes informativas –relatos y fotografías familiares- trascienden entonces su entorno íntimo para contribuir en los fundamentos de la identidad de un colectivo más extenso y más abierto: el de la ciudad -y hasta el del país- donde la familia se asienta y se desarrolla. He allí la necesidad perentoria de recuperar los recuerdos atesorados por nuestros ancianos en su memoria y sus imágenes fotográficas, antes de que se pierdan para siempre con su ausencia física.


“Hacia 1946 -cree recordar Francisco H.- llegaron a la calle Ricaurte de Maracay Ana Isabel A. y su esposo Pedro H.L., a una casita cercana al ya desaparecido sector obrero del barrio Catalán, y que probablemente subsiste. En ese año también vivieron en la calle Ricaurte, muy cerca del cementerio viejo (desmantelado en 1950), Emigdio y Nimia, en una casita de dos pisos que aún está en pie, y donde habría nacido, según Francisco, uno de los hijos de ese matrimonio, probablemente Olivia H.S. [En efecto, tras la consulta al respecto a Olivia, ella informó que su partida de nacimiento ubica el lugar de la casa donde nació, el 08 de febrero de 1946, en la “Avenida” Ricaurte N° 8, Municipio Páez, Distrito Girardot] (op. cit., s.n/p)





Mirado de este modo, el tema de la primacía se hace entonces menos significativo: apenas importa partir de la fotografía para abordar luego la historia o viceversa. La decisión sobre el orden de inicio reside más bien en la inminencia del riesgo de pérdida de alguna de estas fuentes.


“De los tiempos de la familia H. A. en Guasipati hay otra anécdota de Isabelita relacionada con los animales familiares: Juan Bautista L., pretendiente suyo, le regaló un pollito al que llamaron “Farolito” en alusión a la célebre canción de Carlos Gardel. Isabelita crió a “Farolito” con cariño y esmero hasta el punto de que, a su llamado, el ave -ya adulta- acudía presurosa y le hacía compañía mientras leía, estudiaba o descansaba. Un día, a la hora del almuerzo, María V. le dijo: “no coma eso comaíta (Isabelita era ya madrina de Lesbia, hija de María), que le va a caer mal”. Isabelita captó de inmediato el mensaje cuando vio que el almuerzo consistía en un suculento arroz con pollo. No le quedó más que llorar por años su animalito” (idem, s.n/p).



Isabelita en Guasipati (estado Bolívar), a los trece años de edad (1926) [Cuenta Isabelita que esta fue la primera foto que le tomaron en su vida, gracias a que su primo Federico M.G. había traído de USA una cámara portátil, poco conocida entonces en la localidad].


Una vez asegurada la preservación de los recuerdos familiares mediante la escritura y la reproducción o el resguardo de las fotos ancestrales, tal vez sobrevendrá -tal como sostiene el uruguayo Daniel Merle (de quien he tomado en préstamo el título de esta entrada)- el proceso evolutivo desde esa colección particular de imágenes conformada a través del tiempo por la abuela con el fin exclusivo de que sea disfrutado por los miembros de su entorno inmediato –“el álbum familiar”-, hasta el conjunto reproducible de fotos familiares organizadas intencionalmente para contar una historia capaz de interesar a numerosas personas ajenas a dicho entorno : “el libro de la intimidad”.

Dependerá sólo de nosotros decidir hasta dónde continuar en el camino de esta evolución.



FUENTES:

Hernández, P. (2008). Árbol genealógico de la familia Hernández Ascanio [Trabajo inédito].

Merle, D. (2006). Del álbum familiar al libro de la intimidad [Artículo].

sábado, 28 de enero de 2012

Puesta en valor del patrimonio urbano maracayero: La Casa de Los Arcos. Parte 3 (y última).

IV. Estado de conservación



A pesar de sus limitaciones presupuestarias, la Asociación Ateneo de Aragua-Casa de Los Arcos ha prestado debida atención al mantenimiento del conjunto (1). Este hecho, aunado a que construcciones y trabajos de restauración efectuados en el sitio son de data reciente (2), ha sido determinante en el excelente estado general de conservación. Se observa asimismo un buen funcionamiento de la fuente, equipos de aire acondicionado, iluminación artificial y baños.

Se ha detectado sin embargo algunos puntos de deterioro causado por agentes naturales, particularmente en la glorieta, que deben ser solventados con prontitud: todas las paredes externas e internas se encuentran manchadas con excrementos de murciélago, a pesar de los numerosos esfuerzos por mantener alejada a esta especie animal.



Manchas de excremento de murciélagos en el corredor perimetral de la glorieta (foto: P.H., 2002)


Por razones obvias, este problema es crítico en la pintura mural, la cual se encuentra también amenazada por el agua de lluvia que penetra a través de las ventanas y que escurre desde lo alto del muro. Manchas de humedad en la esquina noroeste, a la altura del faldón que cubre el corredor, indican deterioro, todavía en forma localizada, de la cinta azul de la pintura.



Indicio de deterioro por agua de lluvia de la pintura mural en el cuerpo central de la glorieta (Foto: P.H., 2002).


Así mismo, las tejas de las cubiertas están periódicamente sujetas a alto riesgo de daño a causa del impacto de los frutos de un árbol de mango que se encuentra demasiado próximo a la glorieta. El pasado año el árbol fue objeto de una poda severa por parte de la Alcaldía de Girardot, lo que no evitó algunas tejas rotas durante esta temporada (2002). El complicado proceso administrativo para el continuo mantenimiento de la poda, y la rigidez de las normas existentes para la eliminación de grandes árboles, no contribuyen a la solución del problema.

La Asociación Ateneo de Aragua-Casa de Los Arcos ha estado directamente involucrada en el proceso de restauración de la glorieta. Conoce por tanto el compromiso y las implicaciones de una adecuada conservación. La continua vigilancia, la convivencia con la comunidad vecina, la reparación inmediata de pequeñas fallas y desperfectos, y el control periódico de los agentes naturales de deterioro son actividades que ordinariamente se llevan a cabo. La escasez de recursos para acometer trabajos más delicados -con las personas y los materiales adecuados- como la eventual limpieza de la pintura mural, constituye la preocupación fundamental.


V. Acciones para la adecuación al uso actual


A pesar del valor artístico de la edificación, así como de su significación para la historia urbana en tanto testigo de una época dorada difícilmente repetible en su calidad y dimensiones, la glorieta de Las Delicias se encontraba en absoluto estado de abandono y severamente deteriorada a causa del efecto perjudicial del sol y la lluvia, los hongos y las plagas, los actos vandálicos y la inconsciencia de los entes municipales. Es así como al momento de hacer un balance de su situación en 1998, la glorieta presentaba una pérdida (por deterioro y/o desmantelamiento) de 90% de las tejas, 50 % de las rejillas basculantes de madera, 40% del plafón casetonado, 40% de la cerámica policromada (especialmente la de la fuente), 10% de la pintura mural y 5% de los pisos (3). A ello se agregaba un anterior intento, paralizado a tiempo, de construir un anexo adosado a la glorieta, cuyas columnas, hoy demolidas, destruyeron parte del piso original de la plataforma.

La cesión en comodato del terreno y las bienhechurías por parte de la Alcaldía de Girardot a la Asociación Ateneo de Aragua-Casa de Los Arcos constituyó el punto de arranque para llevar a cabo un proyecto de rescate de la edificación original y de adecuación de la misma para un nuevo uso. La efectiva gestión de la Asociación logró interesar al entonces Gobernador del Estado, Didalco Bolívar, quien autorizó finalmente los recursos necesarios para iniciar el proyecto, dirigido técnicamente por el arquitecto y restaurador José Pulido, con estudios de especialización en México y Cuba, y con amplia experiencia de trabajo en el centro histórico de Santo Domingo. A tal efecto, se adelanta un proceso de restauración en la glorieta que intenta respetar cada una de las partes estructurales de la obra y que se fundamenta en la investigación histórica, técnica y filológica (Pulido, s.f.).

Bajo la autorización y supervisión correspondientes por parte del Instituto de Patrimonio Cultural se busca recuperar el aspecto original de la edificación. Con dicho propósito se contrata a los restauradores Jhon Lozada Zamudio, especializado en maderas, Rafael Rivas Valiente y Guillermo Casano, especializados en mosaicos y piezas de alfarería, y Salvador Lo Bello, especialista en frescos y pintura mural. Cada uno procede al análisis de piezas y materiales originales para su posterior restauración o para la fabricación de objetos similares de reemplazo. Muestras del plafón, por ejemplo, son enviadas al Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas-IVIC a fin de determinar la composición de los pigmentos. Los resultados de laboratorio son luego enviados a la empresa Pinturas Montana para la preparación de los colorantes (J. Lozada Z., conversación personal, Junio 2002). Un proceso semejante conduce a la elaboración de las cerámicas policromadas, las tejas esmaltadas y los mosaicos de cemento coloreados faltantes en talleres y fábricas de Caracas y Villa de Cura. La paciente labor de raspado llevada a cabo por Salvador Lo Bello se traduce en el rescate de una amplia franja de pintura mural desde el remate del revestimiento en cerámica de las paredes hasta el tope de los vanos de acceso, la cual puede distinguirse con facilidad por el tono más claro del pigmento. Un proceso de limpieza general y de retoques locales en las cintas devuelve el esplendor al conjunto pictórico (R. Rodríguez de Méndez, conversación personal, Junio 2002).



Diferencias de tonalidad en la pintura mural del interior de la glorieta luego del proceso de limpieza. Puede apreciarse también algunas manchas de excremento de murciélago sobre la superficie (Foto: P.H., 2002).


Los mascarones y el tope de la fuente a partir del remate de la pilastra son totalmente reconstruidos según testimonios orales y con base al estilo de la obra. La lámpara central y los apliques constituyen, en cambio, elementos accesorios realizados sin la mediación de información alguna, salvo el comentario no corroborado de que la glorieta contaba con una luminaria colgante.



Fuente al interior de la glorieta. Detalle (Foto: P.H., 2002).


Al contrario de las tejas esmaltadas y los mosaicos de cemento coloreados del techo y los pisos, respectivamente, las nuevas cerámicas policromadas de fuente y paredes internas guardan diferencias con las piezas originales, rápidamente detectables a la vista y al tacto del visitante prevenido. Ello permite realizar las aclaratorias pertinentes sobre las partes originales y las reposiciones efectuadas en la restauración, lo que se ha transformado además en una actividad ordinaria durante las visitas guiadas y los planes vacacionales.



Actividad de diferenciación al tacto entre los azulejos originales y los reproducidos (Foto cortesía de la Asociación Ateneo de Aragua-Casa de Los Arcos, 2002 ca.).


Simultáneamente a los trabajos de restauración de la glorieta, y ante la imprescindible necesidad de permitir una ocupación permanente del sitio que facilitara su resguardo y su uso continuo con actividades culturales, se construye un edificio anexo según proyecto del Arqº José Pulido, presentado y aprobado por las instituciones involucradas y los organismos competentes. A la medida del presupuesto disponible y dentro del criterio de respeto al antiguo inmueble que guía todo el proceso, se concibe una construcción económica (en razón de la técnica y los materiales utilizados), funcional, discreta, y capaz de cumplir con su misión administrativa y operativa sin distraer, en la medida de lo posible, el protagonismo de la glorieta, ni alterar el diseño original de la misma y su relación con el entorno.



Vista general del conjunto arquitectónico Casa de Los Arcos. La discreta ubicación del edificio anexo y la sencillez de su fachada coadyuvan a la relevancia de la glorieta (Foto: Wilson Prada, 2001?).


 En la actualidad la Asociación Ateneo de Aragua-Casa de Los Arcos cuenta con una sede que satisface sus necesidades fundamentales y que posee la virtud de haber sacrificado su valor artístico en aras de la neutralidad y el mimetismo, sin que por ello carezca del encanto que aportan su armonía y sencillez. Otro acierto a destacar es la conexión de la glorieta y el edificio anexo sólo través de un simple sistema de escaleras que desde la plataforma permite el acceso individual a ambos pisos de la nueva construcción. Este recurso hace posible el doble propósito de mantener la independencia espacial de la glorieta y de integrarla a la función cultural de todo el conjunto, al transformarla por ese medio prácticamente en paso obligado hacia el anexo y en valioso complemento del mismo.



Vista parcial de las escaleras que comunican los dos volúmenes del conjunto arquitectónico Casa de Los Arcos (Foto: P.H., 2002).


Hoy en día la Asociación cumple desde la Casa de Los Arcos una interesante labor como promotora cultural en sus propios espacios, y como centro de extensión para el conocimiento de instituciones similares a nivel nacional. En tal sentido ofrece periódicamente exposiciones de escultura, pintura, dibujo, cerámica, fotografía o material antropológico, que abarcan sin particular distinción artistas consagrados como Armando Reverón o Feliciano Carballo y jóvenes creadores aún no reconocidos, lo que deja ver que no se maneja al respecto una política definida. Estas exposiciones, usualmente con montajes de buena calidad, se encuentran acompañadas por actividades de extensión vinculadas a las mismas, las cuales son también variadas: eventos musicales, charlas, conferencias y/o talleres.



Muestra de obras de Feliciano Carvallo, oportunidad en la cual el cuerpo central de la glorieta también sirvió de espacio expositivo (Foto cortesía de la Asociación Ateneo de Aragua-Casa de Los Arcos, 2002 ca.).

 
Especial mención merece el esfuerzo desplegado a lo largo del año para lograr la asistencia diaria de escolares de la localidad, de zonas más distantes de la ciudad, e incluso de otras poblaciones del estado Aragua. La organización de paseos turístico-culturales apoyan el doble objetivo de facilitar el disfrute de exposiciones y actividades de importancia realizadas en otras instituciones y de captar ingresos que complementen el siempre escaso subsidio de los organismos oficiales; ejemplo de ello es la visita en 2002 a las exhibiciones Complaciendo peticiones, en la Galería de Arte Nacional, y de Oswaldo Vigas y Misterios de la China en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, con un almuerzo didáctico en el Centro de Estudios Gastronómicos (CEGA). Las estadísticas correspondientes al 2001 arrojan un total de 22.329 visitantes, lo que representa un promedio de 1.860 visitantes al mes, cifra significativamente superior a los 1.110 visitantes mensuales registrados el mismo año por el Museo de Antropología del Estado Aragua (Hernández, Mayo 2002).





Imagen superior, actividad de extensión cultural dirigida a la población escolar local (Foto cortesía de la Asociación Ateneo de Aragua-Casa de Los Arcos, 2002?). Imagen inferior, visista a la exposición de Oswaldo Vigas en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas (Foto: P.H., 2002).


La Casa de los Arcos forma parte del listado de inmuebles que, por ser objeto de interés turístico, histórico, arquitectónico, artístico y/o cultural, se encuentran amparados por el Decreto Nº 975, publicado en el Nº 610 extraordinario de la Gaceta Oficial del Estado Aragua, el 21 de noviembre de 1997. En dicho decreto, que es el Plan de Ordenación del Territorio del Estado Aragua, este inmueble aparece designado como sitio de interés con jerarquía local (4).

La realidad en el país demuestra, tal vez con más frecuencia de lo deseable, que un decreto no es garantía para la preservación de monumento alguno. Es también indispensable que el monumento en cuestión sea incorporado adecuadamente a la vida activa de la ciudad, y que el mismo llegue a constituir parte de la historia de sus habitantes. De acuerdo con lo comentado en los párrafos anteriores, la reactivación de la glorieta a través de su adecuación para uso cultural parece constituir una experiencia exitosa, gracias a la cual se ha salvaguardado para el acervo urbano la Casa de Los Arcos. Con su labor, todavía discreta y aún no valorada en su justa dimensión y significado, la Asociación Ateneo de Aragua-Casa de Los Arcos consolida además, paso a paso, el sentido de pertenencia de la población sobre este hermoso inmueble.



Concurrentes a una actividad expositiva, reunidos en la terraza de la glorieta (Foto cortesía de la Asociación Ateneo de Aragua-Casa de Los Arcos, 2002?).

 

NOTAS:

(1) Casi una década después, estas limitaciones parecen haberse intensificado según se desprende de declaraciones de Merly Russel, actual Presidenta de la Asociación Ateneo de Aragua- Casa de Los Arcos (Planas, 2011).

(2) Este texto fue escrito en 2002, y los trabajos de restauración y ampliación se efectuaron en 1998.

(3) Estimaciones aportadas oralmente en entrevista con los señores Jhon Lozada Zamudio, restaurador, y Rhaysa Rodríguez de Méndez , coordinadora del proyecto de rescate.

(4) En 2006, la glorieta de la Casa de Los Arcos fue incluida en el Censo del Patrimonio Cultural Venezolano 2004-2007, y por ende forma parte del Registro General del Patrimonio Cultural de Venezuela. Este bien cultural se encuentra en consecuencia amparado por la Providencia Administrativa 012/05 (IPC, 2006; pp. 107-108, 267-271).



FUENTES:

Hernández, Pedro. (Junio, 2002). Estudio de una edificación de uso cultural: La Casa de Los Arcos: Maracay-Estado Aragua. Trabajo inédito para el módulo “Patrimonio y Legislación Cultural” de la Maestría en Museología (Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda).

Hernández S., Pedro. (Mayo, 2002). El Museo de Antropología del Estado Aragua: Un tesoro rescatable. Trabajo inédito para el módulo “Fundamentos de la Museología” de la Maestría en Museología (Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda).

Instituto del Patrimonio Cultural-IPC. (2006). Municipios Girardot y Francisco Linares Alcántara, estado Aragua. Caracas: IPC. Catálogo del Patrimonio Cultural Venezolano. Región Centro Oriente: AR 03-17.

Planas, Carla. (2011, Mayo 23). La Casa de los Arcos. El Carabobeño. Disponible: http://www.el-carabobeno.com/impreso/articulo/t230511-c01/la-casa-de-los-arcos [Consulta: 2012, Enero 9].

Pulido, José. (s.f.). Casa de los Arcos [Hoja informativa inédita].

martes, 17 de enero de 2012

Puesta en valor del patrimonio urbano maracayero: La Casa de Los Arcos. Parte 2.

II. Caracterización histórica


La glorieta del conjunto arquitectónico conocido como Casa de los Arcos data de la tercera década del siglo XX (1), y representa un ejemplo vivo del afán renovador desde el punto urbanístico iniciado en Maracay, a la sazón centro político y militar del país, cuya expresión más acabada fue el complejo cívico-militar de la Plaza Bolívar (2), desarrollado dentro del concepto de “ciudad jardín” e inaugurado en 1930. Los avances y proyectos de dicho afán, truncados a la muerte del general Juan Vicente Gómez en 1935, motivaron que la ciudad fuese denominada por el periodista mexicano Nemesio García Naranjo “el Versalles de la Rehabilitación”.



Vieja fotografía (1930 ca.), conservada en la Casa de Los Arcos, y que posiblemente muestre el aspecto original de la glorieta.


En terrenos de su propiedad, muy cerca de su casa de campo (3) y del zoológico (4) que creara para albergar los animales que recibía de obsequio, mandó construir el general Gómez la glorieta con la fuente en su interior, en homenaje al agua, elemento que caracteriza la zona donde se ubica este inmueble, rica en manantiales y aguas termales. Por su estilo arquitectónico, que sugiere las construcciones mediterráneas moriscas, y por la riqueza de su ornamentación interna, se atribuye su autoría al ingeniero André Potel, el mismo que construyera por la misma época la Casa de Doña Dolores Amelia, profusa en detalles decorativos, en el centro de la ciudad.



Vista del interior de la glorieta. Foto: P.H., 2002.


El bucólico paisaje de la zona, la pureza de las aguas de la fuente, la armoniosa y sencilla arquitectura de la casa de campo de “El Benemérito” y la cercana presencia del zoológico, hicieron de la glorieta y sus alrededores sitio de paseo obligado para los habitantes de Maracay y para sus visitantes.

En 1936, todos los bienes del General Gómez pasan a manos de la Nación en virtud del Acuerdo confiscatorio contenido en la Gaceta Oficial de los Estados Unidos de Venezuela Nº 19.066, del 22 de septiembre del citado año. Ello incluye los bienes muebles, inmuebles, semovientes, corporales e incorporales de Las Delicias, donde se ubica la glorieta, los cuales son adscritos al Ministerio de Agricultura y Cría. Posteriormente, mediante el Decreto Nº 493, contenido en la Gaceta Oficial de la República de Venezuela Nº 25.852 del 2 de enero de 1959 (Pérez Hernández, s.f., pp. 425-426), se donan a la municipalidad del Distrito Girardot, con fines de expansión urbana e industrial, 700 ha. de terrenos de Las Delicias con sus respectivas bienhechurías, la glorieta entre ellas.

En la década de 1950 es demolida la casa campestre del general para construir en su lugar un grupo escolar en el estilo modernista del momento, con lo que la pequeña edificación queda fuera de contexto y desvinculada del zoológico (5). Perdido su atractivo inicial, es rentada para el funcionamiento de un bar restaurante que, con el tiempo, fue mermando en calidad hasta su cierre definitivo en la década de los ochenta.



Vista general de la quinta "23 de Mayo" o "El Mirador", cuyo derribo sorpresivo e innecesario en la década de 1950 representa un ejemplo de vandalismo cultural con posible motivación política. Foto extraída de Botello, 2007.


El sitio es utilizado durante un tiempo como depósito por la Alcaldía de Girardot, hasta que en 1989 este organismo cede el terreno, en calidad de comodato por 20 años, a la Asociación Ateneo de Aragua, institución civil sin fines de lucro adscrita a la Federación de Ateneos de Venezuela. A los fines de cumplir sus objetivos culturales, la Asociación gestiona el rescate de la glorieta, para el momento en avanzado estado de deterioro por acción natural y antrópica, y propone la construcción de una estructura anexa que le sirva de sede administrativa. En 1998, con recursos aportados por la Gobernación del Estado Aragua y bajo la responsabilidad del Arquitecto restaurador José Pulido, se construye el anexo y se restaura la glorieta.

La inauguración del conjunto arquitectónico tiene lugar el 23 de julio del mismo año. Desde entonces se despliega en y desde el sitio una actividad cultural que abarca exposiciones, charlas, conferencias, conciertos, paseos turístico-culturales, visitas guiadas y planes vacacionales orientados fundamentalmente a motivar la apreciación y creatividad artística, así como la identificación con la ciudad y el sentimiento de arraigo.

Para el efecto, todos los espacios son aprovechados según su capacidad y fines: la nueva estructura aloja por una parte las áreas administrativas y de servicio, y por otra el salón de usos múltiples, que la mayor parte del año, y según la disponibilidad presupuestaria, se destina a exhibiciones de arte, generalmente modestas pero de calidad. Estas exhibiciones han servido además para conformar y enriquecer una pequeña y variada colección de obras que pueden observarse de forma permanente en las áreas administrativas.






Imágenes de exposiciones de pintura en 2002? (arriba) y de fotografía en 2011 (abajo) realizadas en el salón de usos múltiples de la Casa de Los Arcos (edificio anexo). La foto superior es cortesía de la Asociación Ateneo de Aragua-Casa de Los Arcos; la foto inferior es de Alejandro Muszytowski y fue extraida del periódico ¡Exprésate!


El gran patio delantero y los angostos callejones laterales constituyen a veces una extensión de los espacios expositivos, siempre y cuando las características de las piezas lo permitan; pero fundamentalmente sirven de escenario para conciertos, artes escénicas, charlas y conferencias.



Obra escultórica de gran formato exhibida (en 2001?) en el patio delantero de la Casa de Los Arcos. Foto cortesía de la Asociación Ateneo de Aragua-Casa de Los Arcos.



Conferencia realizada en el callejón norte de la Casa de Los Arcos (2001?). Foto cortesía de la Asociación Ateneo de Aragua-Casa de Los Arcos.


Todas las actividades giran, sin embargo, en torno a la glorieta y la fuente, las cuales son expresas protagonistas en todos los eventos, bien sirviendo de antesala al área expositiva o integrándose a ella, o bien actuando de marco para las actividades de extensión que se desarrollan en sus propios pasillos o en los espacios abiertos que la rodean.



Concierto navideño (2001?) ofrecido en el patio delantero la Casa de Los Arcos, con la glorieta como fondo escénico. Foto cortesía de la Asociación Ateneo de Aragua-Casa de Los Arcos.


III. Caracterización constructiva

El conjunto que conforma la Casa de los Arcos presenta diferencias constructivas determinadas por la distancia temporal que media entre la glorieta y el edificio anexo, así como por el respeto a la estructura más antigua, para cuya restauración y ampliación se atendieron las ideas básicas contenidas en las convenciones de UNESCO sobre la restauración de monumentos. El cuadro siguiente resume las características constructivas más importantes de ambas edificaciones. En dicho cuadro puede observarse con claridad la expresa intención de mantener el protagonismo de la glorieta mediante un inmueble agregado cuya discreción se percibe en la sencillez de su estilo y de su ornamentación, en la neutralidad de los colores de su fachada y en su disposición a un nivel más bajo y al fondo del terreno.




No obstante, existen particularidades en ambas construcciones que merecen ser destacadas: en el cuerpo central de la glorieta, la fuente, totalmente decorada con cerámica policromada, vierte hacia los cuatro puntos cardinales. A 12 m. de altura, un plafón de influencia morisca, de madera casetonada y en colores azul y rojo dispuestos a manera de damero, sostiene una lámpara central en hierro forjado y madera, y de 16 luces, 12 de ellas con pantallas de vidrio.



Vista del plafón que decora el techo del cuerpo central de la glorieta, donde se localiza el surtidor de agua. Foto: P.H., 2002.


Bajo el plafón, los cerramientos en celosía de madera de las ventanas se mueven a manera de pivotes para el control de la ventilación cruzada. Las cuatro paredes están cubiertas con cerámicas policromadas hasta una altura de 2.15 m. El resto de la superficie exhibe hasta el plafón una pintura mural, agrupada en cuatro áreas claramente diferenciadas y dispuestas en forma sucesiva, y que el arquitecto restaurador José Pulido describe de la siguiente manera:

“1. Una extensa superficie de influencia morisca, con motivos lobulados a manera de falso mosaico, en tono amarillo con contornos blancos; 2. una cinta roja, cuyos contornos presentan molduras ilusionistas. Ella hace de fondo a motivos compuestos, a saber: un ánfora dorada, flanqueada por manillas en forma de doble voluta; 3. En los llenos, entre las ventanas, se encuentran elementos tratados a la manera ilusionista . Ellos recrean capullos de tipología aún no identificada; 4. Una cinta azul, cuyos contornos presentan molduras ilusionistas. Ella hace de fondo a motivos compuestos, cuyos colores corresponden a los convencionalismos de la heráldica” (Pulido, s.f., s.n/p.).



Vista parcial de la pintura mural que decora el interior del cuerpo central de la glorieta. Se aprecia también la lámpara de 16 luces que cuelga desde el centro del plafón y sobre el surtidor o fuente. Foto: P.H., 2002.


Las piezas originales de tejas esmaltadas y mosaicos policromados que se conservan son de fabricación sevillana. Ocho apliques del mismo estilo de la lámpara central se distribuyen en pares en los cuatro pasillos del corredor perimetral. Las vigas maestras del techo que sobresalen de las cornisas se encuentran rematadas por listones de madera pulida y trabajadas a la manera de los marcos de los vanos de acceso al área de la fuente.



Vista de los mosaicos policromados de revestimiento en las paredes internas de la glorieta y en el surtidor, y de los marcos en madera de los vanos de acceso al cuerpo central. Foto: P.H., 2002.


En el edificio anexo se presta, por su parte, especial atención a la decoración de las áreas de servicio: cada uno de los cuatro baños existentes, dos públicos en el salón de usos múltiples y dos privados en las áreas administrativas, ha sido personalizado con motivos particulares en los listelos que rematan la cerámica verde azulada, común a todas las áreas sanitarias. El mismo motivo se repite en cada caso en los lavamanos, de cerámica esmaltada y decorados a mano. Gabinetes y puertas de madera contribuyen a brindar un ambiente agradable y ordenado a cada espacio. Un detalle que merece mencionarse es la reutilización de los cerramientos de madera del antiguo bar restaurante en la tabiquería de una de las oficinas y en el tope la mesa que preside la sala de reuniones (Fotos: P.H., 2002).







NOTAS

(1) Su construcción habría sido iniciada en 1927, según señala el artículo “La Casa de Los Arcos”, publicado en El Carabobeño (versión digital), el 23 de mayo de 2011.

(2) “La amplia plaza de aproximadamente 320 metros de largo por 106 de ancho…. es un raro ejemplo, no sólo dentro del ámbito nacional sino también internacional, en el que se conforma un notable conjunto arquitectónico y urbano, con sus ejes visuales en los que se alternan fuentes, estatuas y los portales de los diversos edificios, en concordancia con el carácter monumental y conmemorativo del conjunto. El resultado es más que coherente y con seguridad representa una excepción de aquellos lugares diseñados a varias manos que a veces han producido tan pobres resultados”. (Polito, 2004, p.42).

(3) Esta casa, conocida como “23 de Mayo” o “El Mirador”, fue construida por orden del general J.V. Gómez en 1923. (Botello, 2007, s.n/p.).

(4) El zoológico de Las Delicias fue creado en 1915, a partir de una colección de animales domésticos y salvajes nacionales, enriquecida con especies exóticas, perteneciente al general J.V. Gómez (Cordero Velásquez, 1997, p. 41).

(4) Cuenta Cristina Gómez, hija del general, lo siguiente: “En esos tiempos [se refiere posiblemente a los años del régimen perejimenista (1952-1958)] tumbaron la quinta 23 de Mayo, casa donde papá vivió y murió en Las Delicias. La tumbaron para hacer una escuela, en una sabana donde cabían quinientas escuelas. Cuando vino Laureano Vallenilla y se enteró, se puso fúrico, porque él quería convertir esa casa en un museo. Lo mismo hizo años después la democracia, cuando construyeron la avenida Bolívar, que partió en dos a Maracay y creó una división que no existía, entre el norte y el sur. Demolieron la casona de la plaza Girardot, donde en la práctica funcionó durante años la Presidencia de la República…. Hubo, durante un tiempo, como un empeño por borrar de la ciudad la memoria de papá, pero no pudieron”. (Fleitas Núñez, 2003, pp. 299-300).



FUENTES

Borradores para 13 ensayos. (2011, Noviembre-Diciembre). ¡Exprésate!: El periódico residencial de Maracay. Año 1, n° 6.
Botello, Oldman. (2007). Toponimia antigua de Maracay: Calles, plazas, esquinas, plazas, sitios. Maracay: Concejo Municipal de Girardot.

Cordero Velásquez, Luís. (1997). Maracay: La meca del gomecismo. Caracas: autor.

Fleitas Núñez, Germán. (2003). Cristina Gómez, maracayera. Maracay: Gobernación de Aragua. p.299.

Hernández, Pedro. (2002). Estudio de una edificación de uso cultural: La Casa de Los Arcos: Maracay-Estado Aragua. Trabajo inédito para el Módulo “Patrimonio y Legislación Cultural” de la Maestría en Museología (Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda).

Pérez Hernández, J. M. (s.f.). Tierras de Maracay. Caracas: Congreso de la República.

Planas, Carla. (2011, Mayo 23). La Casa de los Arcos. El Carabobeño. Disponible: http://www.el-carabobeno.com/impreso/articulo/t230511-c01/la-casa-de-los-arcos [Consulta: 2012, Enero 9].

Pulido, José. (s.f.). Casa de los Arcos [Hoja informativa inédita].

martes, 10 de enero de 2012

Puesta en valor del patrimonio urbano maracayero: La Casa de Los Arcos. Parte 1.

Se da en llamar vandalismo cultural la destrucción deliberada o daño (a veces irreversible) a los bienes culturales materiales e inmateriales que constituyen la memoria colectiva o el patrimonio cultural de una comunidad. Dicho fenómeno puede tener motivos religiosos, ideológicos, políticos, económicos o sociales, y responde a razones de interés público o privado. Aun cuando no necesariamente conlleva una mala intención, el vandalismo cultural refleja el momento político y socioeconómico en el cual tiene lugar. Se habla de vandalismo cultural institucionalizado cuando la destrucción o daño de bienes culturales se efectúa  bien con anuencia o bien por desidia de la administración pública. Ejemplos de ello son, entre numerosos otros, la destrucción del casco histórico de Maracay en la década de 1960 en función de un proyecto político de modernización urbana que hoy día no puede ocultar su carácter discutible, así como el progresivo deterioro de la casona de la antigua hacienda La Trinidad (declarada Monumento Histórico Nacional en 1991) ante la inexplicable indiferencia de las instancias y organismos públicos a los cuales compete su salvaguarda.

Ejemplos contrarios -aunque todavía escasos y aislados- endulzan la realidad amarga del patrimonio construido de Maracay: se trata de algunos inmuebles de interés cultural que se han visto beneficiados por la atención de sus entes responsables mediante acciones de puesta en valor (1), cuyo éxito debería contribuir a su integridad física y cualitativa, y a su permanencia vital en el ámbito urbano.

Un caso emblemático es el de la denominada Casa de Los Arcos, propiedad pública puesta en valor en 1998 y que en la actualidad es un centro cultural de amplio reconocimiento en la ciudad.

El texto que se presenta a continuación, y que se expondrá en cuatro entregas sucesivas, fue elaborado como requisito de aprobación del módulo “Patrimonio y Legislación Cultural” de la Maestría en Museología de la Universidad Francisco de Miranda (Coro, estado Falcón). Aunque data de 2002, su contenido puede ser de utilidad a los interesados en el tema, considerando la escasa disponibilidad de bibliografía especializada sobre edificaciones locales. Por otra parte, la experimentada Merly Rossel, al frente de la Asociación Ateneo de Aragua- Casa de Los Arcos prácticamente desde la fecha de realización de este documento, sin duda ha procurado, con apoyo de su equipo de trabajo, de los creadores de arte y de la empresa privada, el mantenimiento de las condiciones generales de conservación observadas una década atrás (Planas, 2011).

Para efectos de publicación de este trabajo en el presente blog, han sido agregadas fotos y notas que no forman parte del texto original.


Estudio de una edificación de uso cultural: La Casa de Los Arcos: Maracay-Estado Aragua: (Coro, Junio de 2.002)


I. Identificación


El conjunto arquitectónico hoy conocido como Casa de Los Arcos se ubica en la zona noreste de la ciudad de Maracay (Parroquia Las Delicias), aledaña a una calle de servicio que corre paralela a la avenida Las Delicias- El Castaño, a la altura del sector Camoruco y en la vía que conduce a Choroní, muy cerca del sitio donde se alzaba la quinta El Mirador (2), casa campestre del General Juan Vicente Gómez y que éste habitara hasta su muerte, ocurrida el 17 de diciembre de 1935.

Por tratarse de un área de piedemonte y de ocupación espontánea, el trazado urbano no responde a la forma reticular característica del centro tradicional de la ciudad, lo que dificulta la localización precisa del conjunto. Tampoco fue posible obtener información catastral. En tal sentido, sólo puede decirse que el terreno donde se asienta limita al oeste con la avenida El Castaño, al sur y al norte con dos casas de habitación identificadas con los números 188 y 192, respectivamente, y al este con un terreno propiedad de la sucesión Carabaño.




Ubicación relativa de la Casa de Los Arcos, en el sector noreste de Maracay.


Desde la época de su construcción, el inmueble más antiguo del conjunto fue conocido como La Fuente, nombre que conservó a lo largo de los años para identificar incluso un establecimiento comercial que allí funcionó hasta la década de 1980. Cuando se plantea su rescate, a fines de los noventa, cobra fuerza la denominación Casa de Los Arcos, como ya lo llamaban los moradores vecinos en alusión a las arcadas que destacan en su fachada.

Este inmueble fue concebido como una glorieta destinada a albergar y proteger un surtidor de agua potable, la cual era conducida por tuberías desde las montañas próximas, ubicadas en lo que hoy día forma parte del Parque Nacional Henri Pittier.




Vista de la antigua glorieta (década de 1930 ca.). Foto extraída del sitio Maracay Forever.


El sitio era de libre acceso y, debido a su atractivo arquitectónico y a las bondades del clima, constituía además un lugar de recreación para los habitantes de Maracay. Fallecido el General Gómez, y confiscados todos sus bienes y los de su familia, el inmueble es descuidado por el Estado -su nuevo dueño-, el cual permite el uso del mismo para fines diversos y nada acordes con su función inicial. Es así como el mismo sirve de sede, a lo largo de casi cuarenta años, a un bar restaurante, y más tarde, hasta el momento en que la Gobernación de Aragua se interesa por su rescate, como depósito de maquinaria, equipos y materiales de la Alcaldía de Girardot. A partir de 1998, y luego de un complejo trabajo de restauración y ampliación, el sitio funciona como un centro cultural, a cargo de la Asociación Ateneo de Aragua.



Aspecto del Bar La Fuente, establecimiento comercial que funcionó en la glorieta hasta la década de 1980. Foto extraída del sitio Maracay Forever.


Considerando un reciente añadido, el conjunto arquitectónico conocido hoy como la Casa de Los Arcos se compone de dos volúmenes claramente diferenciados estilística y espacialmente, conectados por unas escaleras que dan acceso, desde el volumen más antiguo, a las diversas áreas del volumen más reciente.

El primero de los volúmenes, la glorieta, ocupa el centro del terreno y consiste en: a) un cuerpo central de planta cuadrada, un solo nivel, diseño simétrico y 46.5 m2 de superficie, donde se levantan muros portantes, y b) un corredor perimetral, de 1.50 m. de ancho, que exhibe tres arcos de medio punto en cada uno de sus cuatro lados.



Plano de planta del conjunto arquitectónico Casa de Los Arcos (escala 1:200). Levantamiento: P.H., 2002.


El cuerpo central se abre a cada pasillo del corredor a través de cuatro amplios vanos, también de forma cuadrada. Las cubiertas son de armazón de madera y de tejas de arcilla cocida. En el cuerpo central, cuya altura es de 14 m., dichas cubiertas vierten en cuatro aguas, mientras que en el corredor, dispuestas en forma de faldón, lo hacen en media agua desde los 8m. de altura. Toda la estructura se asienta sobre una plataforma de 1.25 m. de alto y 172 m2 de área, lo que favorece su predominio visual en relación a las construcciones aledañas. Tres escaleras revestidas de mosaicos de cemento rojos y amarillos permiten el acceso hacia las fachadas norte, sur y oeste de la glorieta, mientras que una más reciente y de cerámica porcelanizada blanca comunica la fachada este con la edificación posteriormente añadida.

La fachada oeste es la que se orienta hacia la avenida, haciendo por tanto las veces de fachada principal. Sin embargo, ningún detalle en particular le distingue del resto de las fachadas, las cuales muestran una serie tres arcos idénticos almohadillados y rematan en una cornisa voladiza de molduras sencillas que sostiene el entablado de la cubierta a media agua del corredor. Más arriba destaca el cuerpo central, el cual ostenta en sus cuatro lados una serie de cinco ventanas de ventilación que repiten la forma y ornamentación de los arcos, por una parte, y por otra remata en una cornisa semejante a la del corredor, cumpliendo la misma función que ésta. La ornamentación de almohadillado se presenta igualmente en todas las esquinas de la estructura, así como enmarcando los amplios vanos que comunican a la fuente.



Vista general del conjunto arquitectónico Casa de Los Arcos. Foto: Wilson Prada (2001?).


El segundo volumen fue construido en 1998 y se asienta, en forma equilibrada con respecto al primero, al fondo del terreno y a un nivel más bajo que el de la Glorieta.



Vista del añadido que conforma, junto con la glorieta, el conjunto arquitectónico Casa de Los Arcos. Foto: P.H., 2002.


De planta rectangular y diseño simétrico, este volumen presenta dos niveles.



Plano de planta del segundo volumen del conjunto arquitectónico Casa de Los Arcos (esc. 1:100). Levantamiento: P.H., 2002.


La Planta Baja, con una superficie de 100 m2, consiste en un salón de usos múltiples de 80 m2, y de dos espacios laterales de 10 m2 cada uno, donde se ubican los baños para damas al sur y para caballeros al norte, así como sendas puertas de servicio que comunican al exterior. Una pequeña área de aseo y limpieza se localiza además en el baño de los caballeros.



Vista parcial (en sentido sur-norte) del salón de usos múltiples en la planta baja del segundo volumen del conjunto arquitectónico Casa de Los Arcos. Foto: P.H., 2002.


El nivel superior posee la misma superficie del salón de usos múltiples y está destinado a las funciones administrativas, distribuyéndose para el efecto en dos espacios de 25 m2 hacia los extremos y en uno central de 24m2. Estos tres espacios se encuentran servidos por un área de acceso de 5 m.x 1.20 m.



Vista parcial del espacio administrativo sur en la planta alta del segundo volumen del conjunto arquitectónico Casa de Los Arcos. Foto: P.H., 2002.


Ambos niveles funcionan de manera independiente y puede accederse a ellos desde la terraza de la glorieta mediante sendas escaleras. Al salón de usos múltiples puede llegarse también desde los dos callejones laterales del terreno.

En la fachada principal de este volumen, de formas sencillas y funcionales, destaca una serie de cuatro ventanales de metal y vidrio, dos a cada lado, ubicados en el segundo nivel. Dichos ventanales, cuya forma recuerda las arcadas de la glorieta, se alinean y unen a cerramientos corredizos de la planta baja, brindando una impresión de monumentalidad. Entre estos pares de ventanales se ubica en cada nivel otra puerta-ventana corrediza, también de metal y vidrio pero de forma cuadrada. Dos pares de arcos de medio punto enmarcan jardineras a ambos extremos de la construcción completando el efecto armónico de la fachada. Parapetos escalonados sobre las áreas de los baños atenúan las diferencias de altura y rompen el dominio de líneas verticales.



Vista parcial de los dos volúmenes que conforman el conjunto arquitectónico Casa de Los Arcos. Foto: P.H., 2002.


Todo el conjunto se asienta en un lote de terreno de forma regular, con dimensiones de 44 m. x 28 m. y cuya ocupación deja superficies libres que pueden discriminarse en un amplio patio frontal de 13 m. x 28 m. y dos callejones laterales, cada uno de 5.3 m. x 27 m. Estas áreas poseen piso de cemento, y, aunque fueron pensadas como estacionamiento, durante los eventos importantes no se utilizan como tal gracias a que la calle de servicio de la avenida Las Delicias-El Castaño ofrece cupo suficiente y relativamente seguro, permitiendo el uso de dichas áreas con diversas actividades de extensión cultural.



NOTAS:

(1) “La puesta en valor o puesta en uso social, equivale a habilitar el patrimonio cultural de las condiciones objetivas y ambientales, que sin desvirtuar su naturaleza, resaltan sus características y permiten su óptimo aprovechamiento. Incluye la valorización del patrimonio, como un proyecto que busca aumentar su valor cualitativo tomando en cuenta las ventajas económicas asociadas al mismo” (Vidal Fernández, 2008?, s.n/p).

(2) Doña Cristina, hija del General J.V. Gómez, se refiere a esta casa como quinta “23 de Mayo”. Este inmueble fue derribado en la década de 1950. Cfr. Fleitas Núñez, Germán. (2003). Cristina Gómez, maracayera. Maracay: Gobernación de Aragua. p.299.



FUENTES:

Botello, Oldman. (2007). Toponimia antigua de Maracay: Calles, plazas, esquinas, plazas, sitios. Maracay: Concejo Municipal de Girardot.

Hernández, Pedro. (2002). Estudio de una edificación de uso cultural: La Casa de Los Arcos: Maracay-Estado Aragua. Trabajo inédito para el Módulo “Patrimonio y Legislación Cultural” de la Maestría en Museología (Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda).

Maracay Forever. (2008?). [Página Web en línea]. Disponible: http://www.facebook.com/group.php?gid=7923738725 [Consulta: 2011, Septiembre 7].

Planas, Carla. (2011, Mayo 23). La Casa de los Arcos. El Carabobeño. Disponible: http://www.el-carabobeno.com/impreso/articulo/t230511-c01/la-casa-de-los-arcos [Consulta: 2012, Enero 9].

El vandalismo cultural. (s.f). Zettapedia. Disponible: http://es.zettapedia.com/el-vandalismo-cultural.htm  [Consulta: 2012, Enero 9].

Vidal Fernández, José. (2008?). “Experiencias en Proyectos de Inversión en TURISMO: Lecciones Aprendidas”. Plan Estratégico Nacional de Turismo. PENTUR (2008-2018). [Documento síntesis]. TALLERES MACROREGIONALES DESCENTRALIZADOS EN TEMAS DE GESTION. Ministerio de Comercio Exterior y Turismo. Perú. Disponible: www.regionlalibertad.gob.pe/.../ 2%20EXPO%20EL%20PENTUR%20Jose%20Vidal.ppt [Consulta: 2012, Enero 9].