A inicios de la década de 1990, una telenovela logró paralizar Venezuela diariamente a la hora de su emisión; se intitulaba "Por estas calles" y devino en clásico del género. Eudomar Santos es tal vez el personaje más recordado: un joven de extracción popular, saleroso y entrador, y, sobre todo, dueño de un habla abigarrada y simpatiquísima. Un refrán resumía la filosofía de su vida: "Como vaya viniendo, vamos viendo". Ninguna otra expresión podría describir de manera más precisa esa existencia improvisada, un tanto pícara y del todo irresponsable, del referido personaje.
Veinticinco años después, el refrán de Eudomar pareciera estar arraigado más profundamente que nunca en nuestro inconsciente, y para colmo, también en el corazón de nuestras autoridades municipales.
En anterior oportunidad se ha hecho referencia a lo que se da en llamar vandalismo cultural, que en términos generales identifica la destrucción o daño (a veces irreversible) de bienes materiales o inmateriales de interés cultural, por motivaciones religiosas, ideológicas, políticas, económicas o sociales. Cuando dicho daño es consecuencia de decisiones o de descuido por parte de la administración pública, se habla entonces de vandalismo cultural institucionalizado. Maracay está llena de ejemplos de vandalismo cultural, incluyendo el de las "casas inglesas", recientemente abordado en la entrada a este blog del 19 de abril de 2015.
Dicha entrada se desarrolló sobre la base de una buena noticia: la presunta [1] aunque tardía declaratoria como patrimonio de Girardot de las casas inglesas atrás mencionadas, un conjunto habitacional construido hacia 1930 a objeto de alojar a los trabajadores de la Fábrica de Aceites de Maracay (creada en 1927), y que en el transcurso de los años acusó serio abandono y vino siendo objeto de radicales intervenciones.
Aspecto original del conjunto de viviendas "Casas inglesas" (1929-1930 ca.) frente a la entonces placita "19 de diciembre", hoy sustituida por el Bulevar Pérez Almarza.
Aspecto actual del conjunto, lamentablemente modificado a causa de intervenciones caprichosas e inadecuadas (foto P.H.S., 2015).
La noticia en cuestión fue publicada en El Aragüeño (Avanza rehabilitación...) el 21 de marzo de 2015, y en Ciudad Maracay (Continúa rehabilitación...) al siguiente día. Aunque en realidad la nota de prensa se centraba en la rehabilitación del bulevar, en ella se señalaba lo siguiente: "Este proyecto de Rehabilitación Integral también incluyó la recuperación de la fachada del Mercado Principal, ubicado en la calle Santos Michelena cruce con bulevar, y gracias al cumplimiento de las normativas del Instituto de Patrimonio Cultural, se recuperaron las fachadas como en la época de los 80 y 60, las cuales habían sido tapadas por láminas con anuncios publicitarios. De igual modo, las casas inglesas, ubicadas entre las calles Boyacá y Santos Michelena también fueron recuperadas y declaradas patrimonio de Girardot" (subrayado nuestro).
La nota (cuya fuente es Prensa Alcaldía Girardot, según indica Ciudad Maracay) identifica como portavoz de la buena nueva a la Directora de Planificación Urbana, nada más y nada menos que la responsable de la instancia municipal encargada de conducir la evolución ordenada y coherente de la ciudad, y de velar por el cumplimiento de las disposiciones legales pertinentes.
El dato sobre la declaratoria en cuestión es además refrendado mediante la disposición, en mitad del tramo Boyacá-Santos Michelena del bulevar, de un atractivo anuncio informativo, que recuerda la antigua costumbre de fijar carteles en los sitios públicos para dar a conocer los edictos de la autoridad.
Por aquello de que, así como se critica las actuaciones erradas de la administración pública también deben ser reconocidas las buenas, en la entrada del 19 de abril manifesté de buena fe mi satisfacción sobre la declaratoria debido a la conveniencia que he señalado en el párrafo precedente. Debo en cambio y por desgracia reconocer que mi entusiasmo fue excesivo al considerar que este acto reivindicatorio de la municipalidad podría constituir el inicio de una política de salvaguarda de otros conjuntos urbanos de interés patrimonial, hoy día en alto riesgo de ser desvirtuados o destruidos mediante intervenciones similares a las sufridas por las casas inglesas. Presumía yo que la Alcaldía de Girardot, por intermedio de su flamante Dirección de Planificación Urbana, demostraba al fin con este acto que había adquirido conciencia sobre la significación del patrimonio de la ciudad y sobre la necesidad perentoria de elaborar e instrumentar un plan integral de resguardo y puesta en valor del mismo.
¡Craso error el mío! ¡Apenas un mes después del notición sobre la declaratoria como patrimonio de Girardot de las casas inglesas, me encontré de manera casual con la desagradable sorpresa de que El Vergel, la casa de infancia del reconocido escritor maracayero Isaac Chocrón, que sirvió de argumento a la última de sus novelas (ver entrada a este blog del 6 de noviembre de 2011) y que forma parte del conjunto urbano conocido como Barrio Catalán, vinculado a la historia industrial de Maracay, se encontraba en proceso derribo!
Vista general de las quintas del Barrio Catalán sobre la actual calle Soublette (dec. 1930?), la segunda de derecha a izquierda es El Vergel. Imagen extraída de la página FB Maracay: Sólo su pasado histórico, y subida por M. Figuera.
Vista parcial de la primera y segunda (El Vergel) quintas sobre la calle Soublette, contadas de derecha a izquierda. Foto P.H., 2013.
Aspecto de El Vergel en 2007. Foto tomada por P.H.S. en ocasión del homenaje que la Fundación Pie de página hiciera a Isaac Chocrón para el bautizo de su novela en Aragua.
Vista panorámica hacia el sector suroeste de Maracay (donde se ubica el Barrio Catalán), tomada en noviembre de 2014 desde la terraza del Centro Comercial Estación Central, recientemente desarrollado en las antiguas instalaciones de Telares de Maracay, industria a cuya historia el barrio se encuentra estrechamente vinculado. Se divisa al fondo El Vergel, aún íntegro y relativamente conservado.
Lamentable, y desde todo punto vista insólito, aspecto actual de El Vergel, en pleno proceso de derribo. Foto: P.H.S., 23 de abril 2015.
De inmediato dí parte del hecho a la Coordinación de Patrimonio Histórico de la Gobernación de Aragua y fui informado de que unos días antes habían recibido la denuncia al respecto, ante lo cual procedieron a realizar en el lugar la inspección correspondiente. La sorpresa mayor -y ciertamente decepcionante- fue encontrar que la empresa que efectuaba el trabajo disponía de una autorización debidamente oficializada por parte de la Dirección de Planificación de la Alcaldía de Girardot para la demolición total del inmueble. Para colmo, El Vergel se echaba abajo para construir en su lugar un local de panadería. Con ello no solo se rompía la homogeneidad del conjunto urbano, sino que probablemente la sustitución, como ocurrió con las casas inglesas, daría lugar a otro edificio que nada aportaría al perfil urbano.
Hechas las advertencias pertinentes a la empresa que efectuaba el derribo, ¡y a la propia Alcaldía de Girardot!, acerca del carácter de bien patrimonial de todo el conjunto urbano, la Coordinación de Patrimonio Histórico logró la paralización de los trabajos con el decisivo apoyo del IPC. Conversaciones posteriores derivaron en el acuerdo de que el inmueble será recuperado respetando su estilo original (bajo parámetros del IPC y de la Coordinación de Patrimonio) y mantenido como casa de habitación del propietario.
Esta pifia de la Dirección de Planificación de la Alcaldía de Girardot es consecuencia grave del empeño (a todas luces soberbio e irresponsable) de esta instancia en desconocer el Catálogo del Patrimonio Cultural Venezolano como instrumento legal de estricto conocimiento y aplicación, donde además se identifica y describe de manera explícita cada uno de los bienes inmateriales y materiales sujetos de resguardo. El Barrio Catalán aparece reseñado en las páginas 59 a 60 del catálogo correspondiente al Municipio Girardot del estado Aragua, el cual es de libre acceso por la Internet para toda persona (natural y jurídica) que quiera revisarlo (http://www.ipc.gob.ve/images/stories/mapa/RegionCentroOriente/Aragua/Girardot.pdf) .
La agresión ocurrida contra El Vergel no tiene por tanto excusa alguna, y a mi muy personal modo de ver, debe ser objeto de una severa sanción a las partes involucradas.
Solo queda esperar (sin dejar de estar alertas) que, luego de este bochornoso caso, la Dirección de Planificación Urbana deje de emular al simpático Eudomar y se tome en serio la tremenda responsabilidad que corresponde a su misión institucional. Ha llegado la hora en que dicha Dirección se dedique a revisar detenidamente el catálogo y a diseñar un plan de acciones de resguardo y puesta en valor del patrimonio urbano de Maracay. De este modo también se encontrarán debidamente preparados para dar respuesta adecuada y coherente a las solicitudes de permiso de intervención de los numerosos y variados bienes que conforman dicho patrimonio.
NOTAS
[1] Hasta la fecha no ha sido posible localizar la oficialización en gaceta de dicha declaratoria.
FUENTES
Avanza rehabilitación del Bulevar Pérez Almarza. (2015, Marzo 21). El Aragüeño [Versión digital]. Disponible: http://www.prensaescrita.com/adiario.php?codigo=AME&pagina=http://www.elaragueno.com.ve
Continúa rehabilitación del bulevar Pérez Almarza (2015, Marzo 22). Ciudad Maracay, p.3
Instituto del Patrimonio Cultural-IPC. (2006). Municipios Girardot y Francisco Linares Alcántara, estado Aragua: Catálogo del Patrimonio Cultural Venezolano. Región Centro Oriente: AR 03-17. Caracas: IPC, pp. 59-60; 90.
Pérez Contreras, Z. (2014, Mayo 21). Maracay, industrias agropecuarias del general Juan Vicente Gómez. En. Historias de Maracay: Tiempos de la ciudad. Disponible:
Pedro, me he cabreado y deprimido leyendo esto, hasta cuándo, qué pena que estas cosas sigan ocurriendo, no me queda sino estupor y tristeza.
ResponderEliminarSaludos
Y pasado ya un mes largo del hecho, Claudia, la casa sigue igualita: sola, triste, rota. Tal parece que el entusiasmo por reconstruir no llega ni al talón del que había para destruir. Mi esperanza es que los trámites burocráticos estén a la orden del día y no se trate más bien del viejo truco de dejar al abandono para forzar el derribo definitivo. ¡Es que de estas cosillas, en lo que respecta al patrimonio cultural, tengo yo una tela marinera que ni te cuento! Picado de culebra, como quien dice....
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